Raffarin, Jean-Pierre (1948-VVVV).


Político francés, nacido en Poitiers el 3 de agosto de 1948, que fue nombrado primer ministro del Gobierno galo el 6 de mayo de 2002 por el presidente de la República, Jacques Chirac, en sustitución del dimitido Lionel Jospin. Tres años después fue reemplazado por Dominique de Villepin.

A pesar de su dilatada carrera pública, Raffarin era un político prácticamente desconocido en la escena nacional, hasta que Jacques Chirac le concedió un protagonismo inesperado tras los comicios presidenciales celebrados en 2002. El entonces primer ministro y candidato socialista a la presidencia, Lionel Jospin, sufrió una severa derrota en la primera vuelta electoral y, contra todo pronóstico, fue desbancado por el líder de la ultraderecha Jean-Marie Le Pen en la carrera, frente a Chirac, hacia el Palacio del Elíseo. Jospin asumió el descalabro de la izquierda en primera persona y anunció que su dimisión como jefe del Ejecutivo francés sería efectiva una vez concluido el proceso para la elección del nuevo presidente de la República. Se organizó en Francia un frente político común de fuerzas conservadoras, centristas y socialistas para frenar el avance de la ultraderecha y, en la segunda vuelta, Chirac logró la reelección por abrumadora mayoría. Un día después de los comicios, Jospin cumplió su compromiso de renuncia y abandonó el Palacio de Matignon para ceder el despacho de primer ministro a Jean-Pierre Raffarin.

Diplomado por la Escuela Superior de Comercio de París, después de cursar los estudios secundarios en el liceo Enrique IV de Poitiers y asistir a la Facultad de Leyes de Paris-Assa, Raffarin había desarrollado toda su carrera profesional a caballo entre la iniciativa privada y las responsabilidades públicas. En 1973 debutó en el ámbito empresarial con el equipo de dirección de marketing de la compañía cafetera Jacques Vadre y, tres años después, aceptó su primer cargo en la Administración estatal como consejero técnico del gabinete del entonces ministro de Trabajo, Lionel Stolèru. En 1981 regresó al ámbito privado para ocupar durante siete años la dirección general de la firma Bernard Krief Communication, cargo que compaginó con el ejercicio docente como profesor de conferencias en el Instituto de Estudios Políticos de París y delegado general en el Instituto Euro-92.

En paralelo a su trayectoria profesional, Raffarin dio salida a su vocación política, tanto en el ámbito municipal, por su condición de consejero (1977-1995) de Poitiers y adjunto a la alcaldía (1995-2001) de Chasseneuil-du-Poitou (Futoscope), como en el ámbito regional, como presidente del Consejo de Poitou-Charentes, cargo para el que fue elegido en 1988 y que renovó en las convocatorias de 1992 y 1998. En calidad de dirigente del Consejo Regional, fue vicepresidente de la Asociación de Presidentes de Consejos Regionales, presidente de la Asociación de Regiones de Francia y miembro de la dirección de la Asamblea Europea de las Regiones.

En 1989 dio un salto cualitativo a su proyección política y presentó su candidatura al Parlamento Europeo en las listas de la coalición de centro-derecha RPR-UDF. Se convirtió entonces en diputado de la Eurocámara y logró renovar el acta en 1994. Entre 1995 y 1997 fue nombrado titular de la cartera de Pymes y Artesanos, en el gabinete del primer ministro Alain Juppé y, en la siguiente legislatura, ganó un escaño de senador por la circunscripción de Vienne en la Cámara Alta francesa donde, entre otras responsabilidades, fue miembro de la Comisión de Asuntos Económicos, presidente de la Delegación para el Fomento y el Desarrollo Sostenible y miembro del Grupo Francia-Québec.

Formado políticamente en las filas centristas de la UDF (Unión para la Democracia Francesa), Raffarin asumió la vicepresidencia de Democracia Liberal, un pequeño partido de centro-derecha, en 1997 y, desde ambas formaciones, abrazó la causa política de Jacques Chirac. Ya en 1995 se opuso al criterio de la gran mayoría de liberales y centristas que defendían la candidatura presidencial del entonces primer ministro, Edouard Balladour, frente a la opción del líder de la RPR (Reagrupación para la República) y, en 2002, volvió a demostrar su apoyo incondicional a la reelección de Chirac, a pesar de que el líder de su propio partido, Alain Madelin, concurría como candidato en la primera vuelta de las presidenciales.

Confirmado Chirac en su despacho del Elíseo el 6 de mayo de 2002 y nombrado Raffarin nuevo jefe del Ejecutivo, ambos políticos pusieron en marcha una operación política para conquistar al electorado de centro-derecha de cara a las elecciones legislativas previstas para el 16 de junio. En la tarea de unificación también se había implicado el ex-ministro Alain Juppé, promotor de la iniciativa de reunir a todos los candidatos afines bajo una misma etiqueta electoral. Finalmente, y salvo la UDF que concurrió en solitario, el centro-derecha francés se agrupó bajo el paraguas de la UMP (Unión por la Mayoría Presidencial) en los comicios parlamentarios. El proyecto chiraquista logró una victoria rotunda en la primera vuelta y sentó las bases para alcanzar, en segunda ronda, la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. Con 355 de los 577 diputados de la Cámara legislativa, la UMP configuró un nuevo escenario político que certificaba el fin de la cohabitación en Francia.

Al día siguiente de la consulta electoral, Raffarin presentó su dimisión protocolaria como jefe provisional del Ejecutivo al presidente de la República, quien de inmediato le confirmó en el cargo de primer ministro y le encomendó la tarea de formar Gobierno. Dos años después de la cómoda victoria en las legislativas, el electorado francés infligió un severo castigo al bloque chiraquista y la derecha sufrió un varapalo sin precedentes en las elecciones regionales de 2004. Los socialistas ganaron en 23 de las 26 regiones francesas y sólo Alsacia votó por las listas conservadoras. Raffarin ofreció su renuncia a Chirac pero el jefe del Elíseo le confirmó en el cargo y le ordenó continuar en las labores de Gobierno con un Gabinete remodelado.

Pese al respaldo de su mentor político, la permanencia de Raffarin al frente del Ejecutivo continuó cuestionándose en todos los círculos de la vida pública francesa y alcanzó un grado de máxima intensidad en enero de 2005, con la movilización masiva de los funcionarios galos contra las reformas de corte neoliberal propuestas por el Gobierno. Las centrales sindicales también criticaron con dureza la iniciativa que el Ejecutivo conservador llevó al Parlamento para reformar la ley socialista que, cinco años atrás, había establecido la semana laboral de 35 horas. De nuevo una jornada de huelga contra la política social del Gabinete Raffarin tuvo un seguimiento masivo y logró paralizar el país el 10 de marzo de 2005.

En este escenario socio-político, la salvación del Ejecutivo Raffarin pasaba inevitablemente por un eventual triunfo del «sí» en el referéndum convocado en Francia el 29 de mayo para ratificar la Constitución europea. Sin embargo, tal y como aventuraban todas las encuestas, los electores rechazaron de forma mayoritaria el tratado y Raffarin se convirtió en la primera víctima de la tormenta política que de forma inmediata comenzó a descargar sobre París. El presidente Chirac aceptó su dimisión y designó al ministro del Interior Dominique de Villepin para sustituirle al frente del nuevo Ejecutivo galo.

Especialista en publicidad, Raffarin es autor de obras como La vida en amarillo (1977) y La publicidad, nervio de la comunicación (1983). También ha escrito textos políticos como Todos somos de las regiones (1988), Nuestro contrato de la alternancia (2001) o Por una nueva gobernanza.