Plejanov, Gueorgui Valentínovich (1857-1918).


Filósofo y pensador revolucionario ruso. Defensor de una revolución social mediante la lucha por las libertades políticas y el desarrollo de las organizaciones obreras. Plejánov o Plechanov, vivió en el exilio desde 1880 hasta 1917. Se adhirió al marxismo teórico y entró en contacto con el movimiento obrero occidental. Su análisis y divulgación de las doctrinas de Marx tuvieron gran influencia en la conformación del Partido obrero socialdemócrata ruso (fundado en Minsk en 1898). Pensador agudo y profundamente sincero, Plejánov mantuvo siempre su libertad interior, que defendió denodadamente contra cualquier dogmatismo. Su marxismo permaneció siempre dentro de los límites trazados por Marx y Engels, y no cedió a las demandas de los socialistas, ni a las lisonjas de los «revisionista», ni a la dialéctica de Lenin. El mismo Lenin reconoció que las obras de Plejánov eran «las mejores en toda la literatura marxista«.

Obras más importantes: Ensayo sobre el desarrollo de la concepción monista de la historia (1895), La función de la personalidad en la historia (1898), Las cuestiones fundamentales del marxismo (1908), El materialismo militante (1908-10), Problemas fundamentales del marxismo (1910), Ensayo sobre la historia del materialismo (1931). Intentó también afrontar el problema de las raíces de clase del juicio estético, en obras como: Cartas sin dirección (1899-1906), El movimiento proletario y el arte burgués (1908), El arte y la vida social (1912).

La literatura en Plejanov.

Todas las contradicciones con que el marxismo irrumpe en la Rusia de 1917 se plasman en la ideología de quien, con justicia, debe ser llamado primer crítico del marxismo, G.V. Plejanov; de él, Trotsky afirmaba: «En cierto sentido, en un sentido muy importante, Plejanov fue el Belinski marxista, el último representante de esta noble dinastía de publicistas», «Literatura y revolución», p. 123.

Creación literaria y control de imágenes.

Plejanov reclamaba para el escritor el dominio de las imágenes y no el de la lógica o la razón, con lo que abogaba por una cierta libertad creativa, frente a las constricciones ideológicas que luego se exigirían a los autores literarios. Puede, entonces, considerarse a Plejanov el primer creador de una estética marxista, a través de escritos diversos que reúne en Cartas sin dirección (1912-1913) o en su segundo ensayo, El arte y la vida social, que se tradujo tempranamente en España (1934); en él se ocupaba de cuestiones como la distinción entre lo bello y lo estético, señalando que la belleza es un concepto histórico, mientras que la estética viene determinada por implicaciones sociales, de donde su relativismo, como indica al final de la tercera carta: «…el trabajo es más antiguo que el arte y en general el hombre considera primero los objetos y los fenómenos desde el punto de vista utilitario y únicamente después adopta en su actitud ante ellos el punto de vista estético» (p. 100).

El utilitarismo del arte.

A la hora de valorar la relación que el arte ha de mantener con la sociedad, Plejanov se inclina por una creación artística utilitaria, que sirva para clarificar las condiciones históricas sobre las que la sociedad ha de asentarse; así termina su primera carta de 1900: «…el arte de cualquier pueblo está determinado por su sicología; su sicología es un resultado de su situación, y ésta depende en última instancia del estado de las fuerzas productivas y de sus relaciones de producción» (pp. 49-50).

Aducía, como ejemplo, los efectos perniciosos que la decadencia del arte burgués había causado en el período histórico de las últimas décadas del s. XIX: «…aunque fue mucho lo que ganaron las obras de arte románticas con la insurrección de sus autores contra los «burgueses», por otra parte perdieron bastante a consecuencia de la vaciedad práctica de dicha insurrección», p. 180.

La cultura proletaria.

Por ello, aventuraba una nueva cultura de base proletaria, no impuesta por ninguna directriz ideológica, sino surgida de la atracción que el nuevo proceso político-social, que se estaba gestando en Rusia, iba a ejercer sobre los escritores. Más o menos, estas líneas de pensamiento fueron las predicadas a partir de 1924, aunque sustituyendo la teórica libertad con que el escritor habría de acercarse al proyecto revolucionario por la obligación de dar cuenta del mismo. Paradójicamente, Plejanov fue arrestado tras el triunfo de Octubre de 1917 y murió en 1918.

Bibliografía

  • – Plejanov, G.V., Cartas sin dirección. El arte y la vida social [1956], Madrid, 1975; El arte y la vida social, Madrid, 1934.

  • – Trotsky, «Literatura y revolución», Sobre arte y cultura, Madrid, 1974.