Pico della Mirandola, Giovanni (1463-1494)
Filósofo italiano nacido en 1463 y fallecido el 17 de noviembre de 1494. Fue una de las figuras más representativas del siglo XV en Italia. Estudió a Platón, Aristóteles y Averroes, y aprendió las lenguas orientales para poder leer directamente los Oráculos caldeos, la Cábala y el Corán. Fue guiado en sus estudios por una febril búsqueda de una verdad fundamental que fuera como la fuente común a todas las filosofías. Pasó también una temporada en París para profundizar en los conocimientos de la escolástica. En su carta a Ermolao, De genere dicendi philosophorum (486), reivindicaba la profundidad del pensamiento de los filósofos medievales contra la degeneración del humanismo, al que veía reducido a la categoría de ejercicio literario. Según él, todas las escuelas y todos lo pensadores tienen algo de verdad: la verdad es unitaria y todo el pensamiento humano es esencialmente unitario también. Para demostrar precisamente la concordia de todas las filosofías y religiones, planeó un gran encuentro de sabios en Roma. Como programa para la discusión elaboró las Conclusiones philosophicae, cabalisticae et theologicae (1486), que era un compendio de 900 tesis tomadas de las más variadas escuelas y también, algunas, fruto de su propia cosecha. Como introducción elaboró el discurso De hominis dignitate, en el que afirma que el hombre goza de un privilegio especial, ya que puede degenerar al nivel de las bestias, o elevarse por encima de los ángeles por su posibilidad de hacerse hijo de Dios. En los últimos años de su vida escribió una obra en contra de la astrología adivinatoria, Disputationes adversus astrologiam divinatricem (12 libros), a la que considera absurda cuando intenta explicar los fenómenos del mundo sublunar mediante la acción de los cielos, que según Aristóteles son inmutables, y porque la astrología adivinatoria destruye la libertad del hombre.
Su condena no incluye la astrología matemática o especulativa, o sea, la que estudia científicamente el influjo de los astros en los fenómenos naturales. Con la magia, sin embargo, es benévolo: ella permite al hombre aprehender el vínculo de simpatía existente entre las diversas partes del universo, y además, la admiración que suscita en el hombre lo impulsa todavía más hacia la fe y el culto al Señor. Escribió también De ente et uno (1489), obra que trata de demostrar la concordancia entre Aristóteles y Platón.