Ortega y Montañés, Juan (1627-1708): Un Virrey y Arzobispo de Gran Influencia en el México Colonial

Juan Ortega y Montañés (1627-1708), nacido en Cartagena, España, fue una de las figuras más destacadas del México colonial. Su vida estuvo marcada por una carrera religiosa y administrativa que le permitió ocupar altos cargos, entre ellos el de virrey de Nueva España en dos ocasiones y arzobispo de la misma región. A lo largo de su vida, se distinguió por su integridad, dedicación al bienestar de los más humildes y una gestión virreinal que enfrentó retos tanto internos como internacionales. A continuación, se repasa su vida, logros y el impacto que dejó en el virreinato de Nueva España.

Orígenes y Contexto Histórico

Juan Ortega y Montañés nació en una fecha desconocida en Cartagena, España. Desde joven mostró aptitudes para el estudio, iniciando su educación en su ciudad natal antes de trasladarse a Málaga y, finalmente, a la Universidad de Alcalá. En esta institución se doctoró en jurisprudencia, lo que le permitió obtener diversos cargos importantes dentro del ámbito religioso y administrativo. Su carrera dio un giro trascendental cuando fue nombrado inquisidor para Nueva España, donde comenzó su ascenso a las altas esferas del clero y la política.

El contexto histórico de su época estuvo marcado por la consolidación del poder español en América y los frecuentes conflictos con otras potencias europeas, especialmente con las fuerzas francesas y británicas. A su llegada a América, Ortega y Montañés encontró un virreinato que enfrentaba varios desafíos, incluyendo levantamientos populares, luchas por el poder e importantes tensiones internas y externas.

Logros y Contribuciones

Un Clero Firme y Comprometido

En su labor como obispo, Ortega y Montañés destacó por su enérgico esfuerzo para imponer disciplina dentro del clero. Fue obispo de Guatemala y Valladolid (actual Morelia, México), donde su gestión se caracterizó por una firme intención de imponer las virtudes religiosas, combatiendo los abusos que algunos miembros del clero cometían en la época. Su bondad y su inclinación hacia los más humildes le dieron una reputación de justicia y misericordia, ganándose el respeto tanto de los feligreses como de los más poderosos.

Virrey Interino de Nueva España

En 1696, Ortega y Montañés fue nombrado virrey interino de Nueva España, tomando posesión del cargo el 27 de febrero de ese año. Su primer desafío fue sofocar un levantamiento popular ocurrido en la Plaza de Armas (hoy Zócalo) en Ciudad de México. Este levantamiento fue impulsado por estudiantes y miembros de la plebe que se resistieron a la autoridad del virrey, especialmente debido a la aprehensión de un joven acusado de intentar quemar una picota que representaba la autoridad de la monarquía española.

El virrey resolvió la situación con firmeza, instalando una nueva picota y prohibiendo la actividad del mercado ilegal conocido como el «baratillo». Durante su mandato, Ortega y Montañés también tuvo que enfrentar conflictos internacionales, como los enfrentamientos entre las flotas españolas y francesas en el mar Caribe, y la expansión de la colonización de las Californias, donde los jesuitas, como Eusebio Francisco Kino, realizaron grandes esfuerzos por evangelizar y explorar nuevos territorios.

La Muerte de Mariana de Austria y la Proclamación de Carlos II

Uno de los momentos más relevantes de su primer mandato como virrey fue el anuncio de la muerte de Mariana de Austria, madre del rey Carlos II de España. La noticia llegó a Nueva España en octubre de 1696, y Ortega y Montañés organizó las honras fúnebres en la catedral de México el 24 de noviembre de ese mismo año. Este evento marcó un hito en su mandato, pues también se llevó a cabo la transferencia de poder cuando el conde de Moctezuma, José Sarmiento Valladares, fue designado como nuevo virrey en diciembre de 1696.

Momentos Clave

El Regreso al Virreinato

En 1701, tras la renuncia de José Sarmiento Valladares, Ortega y Montañés fue llamado nuevamente a ocupar el cargo de virrey interino. Durante este periodo, continuaron las exploraciones y misiones en las tierras del noroeste, donde se confirmaba que California era una península. También se reforzaron las defensas de puertos estratégicos como Veracruz y Campeche, frente a las amenazas externas, principalmente de las fuerzas francesas y británicas.

El año 1702 estuvo marcado por un enfrentamiento a nivel internacional entre las potencias europeas partidarias de Felipe V y aquellas que apoyaban al archiduque Carlos. Este conflicto afectó directamente a Nueva España, cuyos puertos y flotas fueron atacados, resultando en la pérdida de valiosas mercancías y recursos monetarios que se transportaban hacia la península.

El Encuentro con el Duque de Alburquerque

A finales de 1702, la situación política en Europa llevó a la designación de un nuevo virrey para Nueva España: el segundo Duque de Alburquerque, nombrado por Felipe V. Ortega y Montañés se adelantó a recibir al nuevo virrey en Otumba, donde ambos se encontraron el 27 de noviembre de 1702. Este encuentro marcó el fin de su segundo mandato como virrey, pero Ortega y Montañés regresó a su sede arzobispal, donde continuó su trabajo pastoral hasta su muerte.

Relevancia Actual

Juan Ortega y Montañés es recordado como un virrey y arzobispo que supo manejar con habilidad los desafíos políticos y sociales de su tiempo. Su obra en el ámbito religioso y su manejo de los asuntos políticos le otorgaron una importante relevancia histórica en el virreinato de Nueva España. A pesar de las tensiones sociales y políticas, Ortega y Montañés dejó una huella significativa en la administración colonial, promoviendo tanto el orden como la justicia, sobre todo a favor de los más desfavorecidos.

Contribuciones a la Evangelización y Exploración

Su apoyo a las misiones jesuitas en territorios como las Californias y la Pimería fue crucial para la expansión de la influencia española en estas regiones. Los trabajos de figuras como Eusebio Francisco Kino, quien llevó a cabo una labor evangelizadora y de exploración en estos territorios, fueron posibles gracias al respaldo del virrey Ortega y Montañés, lo que subraya su importancia en la consolidación del control español sobre el norte de América.

Bibliografía

  • OROZCO y BERRA M., Historia de la dominación española en México. México, 1938.

  • RIVA PALACIO, V. El Virreinato, Tomo II de México a través de los siglos. México, Compañía General de Ediciones, 1961.

  • RUBIO MAÑÉ, I. Introducción al estudio de los virreyes de Nueva España. México, Ediciones Selectas, 1959 y México, UNAM, 1961.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Ortega y Montañés, Juan (1627-1708): Un Virrey y Arzobispo de Gran Influencia en el México Colonial". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/ortega-y-montannes-juan [consulta: 14 de junio de 2025].