Luis Moya (1904-VVVV): El arquitecto que dejó huella en la historia de la arquitectura española
Luis Moya (1904-VVVV) es una figura trascendental de la arquitectura española del siglo XX. Su carrera, marcada por una transformación significativa en sus propuestas arquitectónicas, abarcó desde el clasicismo más profundo hasta las formas más modernas y vanguardistas. A lo largo de su vida, Moya dejó una impronta de gran relevancia, contribuyendo a la evolución de la arquitectura en España, desde sus inicios como estudiante hasta su consagración como uno de los grandes maestros de la arquitectura contemporánea. A continuación, se detallan los aspectos más importantes de su vida y obra.
Orígenes y contexto histórico
Luis Moya nació en Madrid en 1904, en una familia vinculada al mundo de la arquitectura. Su tío, Juan Moya, arquitecto y catedrático de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, fue una de las principales influencias para que el joven Luis se decidiera a seguir los pasos de la familia. En 1922, comenzó sus estudios en dicha escuela, donde, bajo el aprendizaje y guía de prestigiosos maestros, se formó como arquitecto, obteniendo su título en 1927 con su proyecto final de carrera titulado Mausoleo y Auditorio para Beethoven en Viena, que le permitió ganar el Premio Manuel Aníbal Álvarez. Esta distinción marcó el inicio de su carrera y su capacidad para integrar la tradición clásica con los retos del modernismo.
En su etapa de estudiante, trabajó en el estudio de Pedro Muguruza, un influyente arquitecto y profesor de la escuela, lo que le permitió conocer más a fondo la práctica profesional. Esta experiencia fue determinante en su vida, pues le permitió familiarizarse con el proceso creativo de grandes proyectos arquitectónicos, además de asistir a la guerra civil española, que cambió su visión sobre la arquitectura y la política.
Logros y contribuciones
A partir de 1928, Moya comenzó a ejercer la arquitectura de manera libre y participó en varios concursos, lo que le permitió consolidarse como uno de los grandes talentos de su generación. Entre sus primeros logros, destacan los siguientes concursos y premios:
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En 1928, participó en el concurso para el Dispensario Antituberculoso y Antivenéreo de Palencia.
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En 1932, quedó en tercer lugar en el concurso para el Faro en memoria de Cristóbal Colón en la República Dominicana, junto con Joaquín Vaquero.
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En 1935, ganó el V Concurso Nacional de Arquitectura con el proyecto Museo del Coche y del Arte Popular.
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En 1943, obtuvo el Primer Premio en el concurso para la Gran Cruz del Monumento Nacional a los Caídos, junto con Enrique Huidrobo y Manuel Thomas.
Una de las obras más significativas de su carrera fue el encargo realizado por el régimen franquista en 1939, donde, junto a Diego Méndez, se encargó de la reforma del Teatro Real de Madrid. La remodelación incluyó una modificación importante de la fachada que da a la Plaza de Oriente, una intervención que marcó el inicio de una serie de trabajos relacionados con la rehabilitación y adaptación de edificios históricos.
Desde sus primeras obras, Moya demostró una clara posición antimoderna, inclinándose hacia el clasicismo y la tradición española. Obras como el Museo de América (1942), que realizó junto a Luis Martínez Feduchi, o la Iglesia de San Agustín (1945) en Madrid, son claros ejemplos de su estilo, que reflejaba una arquitectura monumental y de gran simetría. La Universidad Laboral de Gijón (1946-1956), concebida como una ciudad ideal del clasicismo español, también pertenece a esta etapa temprana de su carrera.
Momentos clave de su carrera
A partir de 1955, la arquitectura de Luis Moya sufrió una transformación radical. El arquitecto dejó atrás las formas clásicas para adentrarse en los lenguajes del modernismo, sin perder de vista la funcionalidad y la estética de sus obras. En esta etapa de su vida, Moya destacó con proyectos como:
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La Iglesia del Pilar en el barrio del Niño Jesús de Madrid (1959-1960), un ejemplo claro de su evolución hacia una arquitectura moderna.
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El Colegio Mayor Chaminade en la Ciudad Universitaria de Madrid (1963), una obra que refleja su capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos y desafíos arquitectónicos.
En paralelo, Moya comenzó a desempeñar importantes funciones en el ámbito académico. Fue Arquitecto Conservador de la Biblioteca Nacional, donde realizó una serie de reformas y ampliaciones que marcaron el futuro de este importante edificio. Entre sus obras destacadas en la Biblioteca Nacional se encuentran la ampliación de depósitos de libros en 1959 y la ordenación de la entrada y circulación interior en 1961.
A nivel académico, Moya fue catedrático de Composición en la Escuela de Arquitectura de Madrid entre 1963 y 1966, además de impartir clases de Estética y cursos de Doctorado en la Universidad de Navarra. Durante estos años, formó a una nueva generación de arquitectos, transmitiendo su vasto conocimiento y experiencia.
Relevancia actual
La carrera de Luis Moya representa una de las etapas más relevantes de la historia de la arquitectura española del siglo XX. Su capacidad para evolucionar y adaptarse a los cambios de la sociedad y la tecnología fue clave para su éxito y reconocimiento. A lo largo de su vida, Moya supo equilibrar la tradición arquitectónica con la innovación moderna, logrando crear una obra sólida y duradera.
Su legado perdura en una serie de edificios y reformas que siguen siendo estudiados por arquitectos y urbanistas de todo el mundo. La Biblioteca Nacional, la Iglesia del Pilar o la Universidad Laboral de Gijón son ejemplos de su visión y habilidad para transformar los espacios, adaptándolos a las necesidades del momento sin perder su carácter simbólico.
La figura de Moya ha sido reconocida también en el ámbito académico y cultural, siendo miembro numerario de la Academia de San Fernando y recibiendo el reconocimiento por su contribución a la arquitectura española. Su figura sigue siendo una fuente de inspiración para arquitectos contemporáneos que buscan entender cómo integrar lo clásico con lo moderno, respetando siempre el contexto y la funcionalidad.
Obras destacadas de Luis Moya
A lo largo de su carrera, Luis Moya dejó un legado de obras arquitectónicas que marcaron un antes y un después en la arquitectura española. Entre ellas, se destacan las siguientes:
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Mausoleo y Auditorio para Beethoven en Viena (1927)
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Museo de América (1942)
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Escolasticado de los Padres Marianistas en Carabanchel (1942-1944)
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Iglesia de San Agustín (1945)
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Universidad Laboral de Gijón (1946-1956)
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Iglesia del Pilar en el barrio del Niño Jesús (1959-1960)
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Colegio Mayor Chaminade (1963)
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Reformas en la Biblioteca Nacional (1959-1961)
Bibliografía
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Acto Académico en Honor de Luis Moya. Pamplona, Universidad de Navarra, Servicio de Publicaciones, 1991.
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Benévolo, L.: Historia de la Arquitectura Moderna. Barcelona, Ed. Gustavo Gili, 1994.
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Bru, E. y Mateo, J.L.: Arquitectura española contemporánea. Barcelona, Ed. Gustavo Gili, 1984.
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Cervera Vera, l.: Luis Moya, miembro numerario de la Academia de San Fernando. Pamplona, Universidad de Navarra, Servicio de Publicaciones, 1991.
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Chueca Goitia, F.: Historia de la arquitectura occidental. VI El siglo XX, las fases finales y España. Madrid, Editorial Dossat, 1980.
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Moya Blanco, L.: Cuaderno de apuntes de construcción de Luis Moya. (1924-1925). Madrid, 1993.
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MCN Biografías, 2025. "Luis Moya (1904-VVVV): El arquitecto que dejó huella en la historia de la arquitectura española". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/moya-luis [consulta: 24 de junio de 2025].