Nevill Francis Mott (1905-1996): Pionero de la Física Moderna
Nevill Francis Mott (1905-1996): Pionero de la Física Moderna
Orígenes y Formación Académica
Nevill Francis Mott nació el 30 de septiembre de 1905 en Leeds, Reino Unido, en una familia profundamente ligada a la ciencia. Su bisabuelo, Sir John Richardson, fue uno de los primeros exploradores del Polo Norte, mientras que sus padres, Charles Francis Mott y Lilian Mary Reynolds, eran científicos destacados. Ambos se conocieron en el Cavendish Laboratory de la Universidad de Cambridge, bajo la dirección del químico Joseph John Thomson, quien más tarde recibiría el Premio Nobel de Física. Estos antecedentes, llenos de logros académicos, fueron determinantes en la formación de Mott, quien heredó una curiosidad científica insaciable que lo acompañaría toda su vida.
Desde joven, Mott mostró un excepcional interés por las ciencias, lo que lo llevó a ingresar al prestigioso Clifton College en Bristol. Posteriormente, continuó su educación en el St. John’s College, en la Universidad de Cambridge, donde se especializó en Física y Matemáticas. Durante su tiempo en Cambridge, su curiosidad científica y su capacidad para el análisis teórico lo hicieron destacar como un estudiante brillante.
Trayectoria Profesional Temprana
La Influencia de los Grandes Maestros
Fue durante su tiempo en Cambridge donde Mott comenzó su carrera investigadora, bajo la supervisión de R. H. Fowler, uno de los físicos más renombrados de la época. Este primer contacto con el mundo de la investigación científica en un entorno tan prestigioso marcó el inicio de su carrera. En 1927, Mott viajó a Copenhague, donde se unió al Instituto Nórdico de Física Teórica, dirigido por el legendario físico Niels Bohr. Esta experiencia en el núcleo de la ciencia de la época fue fundamental en la formación de Mott, quien pudo interactuar con algunos de los más grandes pensadores de la física moderna.
Al año siguiente, Mott continuó su formación en la Universidad de Göttingen en Alemania, donde se unió al grupo dirigido por Max Born, uno de los pilares de la mecánica cuántica. Aquí, profundizó en temas avanzados de física teórica, consolidando su base de conocimientos en física moderna.
Ingreso en la Universidad de Manchester
En 1929, Mott regresó al Reino Unido, específicamente a la Universidad de Manchester, para trabajar como asistente de Sir William Lawrence Bragg, otro gigante de la ciencia contemporánea. Este periodo fue crucial para el desarrollo de Mott, ya que le permitió trabajar en estrecha colaboración con Bragg, conocido por su trabajo sobre la difracción de rayos X y la cristalografía. En Manchester, Mott comenzó a investigar la teoría de la colisión de átomos y partículas, un área que marcaría muchas de sus futuras contribuciones científicas.
Carrera Docente y Científica en Bristol
En 1933, Mott asumió la cátedra de Física en la Universidad de Bristol, una posición que marcaría un cambio fundamental en su carrera. En esta etapa, se centró en estudiar las propiedades de los metales y semiconductores, un área en la que aplicó sus conocimientos sobre la mecánica cuántica para desarrollar teorías innovadoras. En colaboración con otros científicos de la Universidad de Bristol, como H. W. Skinner y H. Jones, Mott amplió sus investigaciones sobre las aleaciones y los materiales de transición, contribuyendo a la comprensión de la conductividad y las propiedades electrónicas de estos materiales.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Mott se apartó de su trabajo docente e investigativo en Bristol para participar en proyectos científicos relacionados con la defensa, desarrollados en Londres. Aunque estos proyectos fueron de carácter secreto, se sabe que Mott trabajó en áreas relacionadas con el armamento y las comunicaciones, lo que demuestra su versatilidad y la amplitud de su conocimiento. Al finalizar el conflicto, regresó a Bristol y retomó sus investigaciones sobre la física de materiales.
El Impacto de la Segunda Guerra Mundial en su Trabajo
Durante la Segunda Guerra Mundial, el trabajo de Mott se desvió temporalmente de su investigación académica para involucrarse en proyectos científicos y militares altamente clasificados en Londres. Su contribución al desarrollo de tecnologías relacionadas con el armamento y las comunicaciones fue crucial en un momento en que la ciencia se convertía en un elemento clave en los conflictos bélicos. Sin embargo, después del fin de la guerra, Mott regresó a su puesto en Bristol, donde continuó con sus investigaciones científicas en un campo que, hasta ese momento, no había sido completamente explorado: los superconductores.
Reconocimientos y Premio Nobel de Física (1977)
A lo largo de su carrera, Mott acumuló numerosos logros, pero uno de los más significativos fue el Premio Nobel de Física que recibió en 1977, que compartió con los estadounidenses Philipp Warren Anderson y John Hasbrouck van Vleck. Este galardón se otorgó por sus investigaciones sobre la estructura electrónica de los sistemas magnéticos y materiales amorfos, un campo de estudio en el que hizo aportaciones fundamentales. En particular, sus trabajos en superconductores de alta temperatura y su investigación sobre los materiales amorfos y su comportamiento electrónico contribuyeron significativamente a la evolución de la física de materiales.
Aportaciones Clave al Campo de la Física
Una de las contribuciones más destacadas de Mott fue su trabajo sobre la teoría de los materiales amorfos. Este descubrimiento, que amplió el trabajo previo de Philipp Anderson sobre la ausencia de difusión en materiales amorfos, llevó a Mott a formular una teoría que tuvo un impacto importante en la electrónica y otras tecnologías, como los dispositivos de almacenamiento magnético, las computadoras y los convertidores de energía solar. Además, su investigación sobre superconductores y la transición entre estados conductores y no conductores le permitió reformular muchos de los principios tradicionales en física sobre estos materiales.
Carrera en Cambridge y Últimos Logros
En 1954, Mott regresó a Cambridge como catedrático de Física, donde profundizó aún más en sus investigaciones sobre la física del estado sólido y los superconductores. Su regreso a Cambridge también marcó el inicio de un periodo de gran productividad investigadora, que culminaría con su reconocimiento internacional en 1977. Además de su trabajo académico, Mott participó activamente en la reforma educativa del Reino Unido, con especial énfasis en la formación científica de las nuevas generaciones. También asumió puestos de liderazgo en varias asociaciones científicas, destacándose como presidente de la Taylor ; Francis Ltd. y rector del Gonville and Caius College de Cambridge.
El Impacto de la Segunda Guerra Mundial en su Trabajo
Durante la Segunda Guerra Mundial, Mott vio su investigación académica interrumpida por su contribución a proyectos científicos de alto nivel, de carácter secreto, desarrollados en Londres. Si bien los detalles de estos trabajos no fueron revelados de inmediato, se sabe que Mott participó activamente en áreas vinculadas con la tecnología de armamento y las comunicaciones militares. Este periodo evidenció la capacidad de Mott para adaptarse a nuevas áreas de la ciencia y aplicar sus conocimientos en contextos prácticos de gran impacto social y estratégico.
Aunque la guerra lo apartó de sus investigaciones en el campo académico, a su regreso a Bristol después del conflicto, Mott retomó su carrera con renovado ímpetu. Fue en este momento cuando comenzó a adentrarse en un campo que definiría una parte importante de su legado: los superconductores. Este ámbito, que no estaba suficientemente explorado en esa época, ofrecería a Mott la oportunidad de hacer importantes avances, que más tarde lo llevarían a ser reconocido con el Premio Nobel de Física.
Reconocimientos y Premio Nobel de Física (1977)
En 1977, Nevill Mott recibió uno de los más grandes honores en la ciencia: el Premio Nobel de Física, que compartió con los estadounidenses Philipp Warren Anderson y John Hasbrouck van Vleck. Este premio se otorgó en reconocimiento a sus investigaciones fundamentales sobre la estructura electrónica de sistemas magnéticos y materiales amorfos, áreas en las que sus contribuciones fueron pioneras.
Una de las investigaciones más significativas de Mott en este campo fue su profundización en la teoría de los materiales amorfos, una clase de materiales que no tienen una estructura atómica ordenada, como los cristales. Su trabajo permitió entender el comportamiento electrónico de estos materiales, especialmente en relación con la conducción de electricidad y los fenómenos magnéticos que antes parecían inexplicables. La teoría de Mott fue clave para explicar las propiedades inusuales de los materiales amorfos, como los vidrios metálicos, que han tenido aplicaciones en la fabricación de dispositivos electrónicos y magnéticos.
Por otro lado, su investigación en superconductores también marcó un hito en la física moderna. En particular, Mott formuló una teoría que corregía las deficiencias de los modelos existentes sobre las transiciones entre estados conductores y no conductores en los superconductores. Esta teoría, que abordaba las excepciones observadas en los superconductores tradicionales, fue un paso crucial para entender cómo ciertos materiales pueden conducir electricidad sin resistencia a temperaturas extremadamente bajas, lo que abrió el camino para futuras aplicaciones en tecnología de alta gama, como los imanes superconductores utilizados en la medicina y la tecnología de computadoras.
Carrera en Cambridge y Últimos Logros
En 1954, Mott regresó a Cambridge como catedrático de Física, una posición que le permitió seguir impulsando su investigación en el Cavendish Laboratory. En Cambridge, profundizó en su estudio de los materiales sólidos, los semiconductores y, especialmente, los superconductores. Su trabajo en la física de materiales y en la teoría de la conductividad electrónica fue crucial para el desarrollo de nuevas tecnologías en el campo de la electrónica avanzada.
Además de su trabajo científico, Mott se dedicó a tareas de gran importancia en el ámbito académico y científico. Fue un ferviente defensor de la reforma educativa en el Reino Unido, y su influencia fue decisiva en los cambios que se implementaron en la formación científica de los estudiantes británicos. Su rol en la promoción de la ciencia también incluyó la presidencia de la Taylor ; Francis Ltd., una de las principales editoriales científicas del país, desde 1978. Esta posición le permitió estar al frente de importantes publicaciones científicas y promover el acceso a la investigación científica de calidad.
Entre 1959 y 1966, Mott también desempeñó el cargo de rector del Gonville and Caius College de Cambridge, un centro educativo de gran prestigio, donde influyó en la vida académica y administrativa de la universidad. Durante su tiempo en el college, trabajó en la mejora de las condiciones de los investigadores y estudiantes, fomentando un ambiente propicio para la investigación de vanguardia.
Años Posteriores y Legado
Tras su retiro de la vida académica en 1971, Mott se retiró a una casa de campo en la pequeña localidad de Aspley Guise, donde dedicó sus últimos años a la escritura. Publicó su autobiografía bajo el título A Life in Science, en la que relató sus experiencias y los momentos más destacados de su carrera científica. Además, Mott continuó escribiendo artículos científicos, con especial énfasis en los avances que había logrado en el campo de los superconductores y su investigación sobre la física de materiales amorfos.
El legado de Nevill Mott no se limita a sus descubrimientos en la física de materiales o su influencia en la reforma educativa, sino que también se extiende a la formación de futuras generaciones de científicos que se beneficiaron de sus enseñanzas y publicaciones. Además, su trabajo sobre la teoría de la conductividad electrónica y los materiales amorfos sigue siendo una base esencial para muchos de los desarrollos tecnológicos actuales, desde la electrónica hasta los materiales avanzados utilizados en la tecnología de almacenamiento de datos y dispositivos magnéticos.
Mott fue reconocido con numerosos galardones a lo largo de su carrera, incluido el título de Sir, otorgado en 1962 por sus contribuciones al avance de la ciencia. Su contribución a la física moderna y su dedicación a la educación y la investigación científica lo aseguran un lugar destacado en la historia de la ciencia del siglo XX.
Nevill Francis Mott, un científico cuya curiosidad y rigor académico transformaron la física moderna, sigue siendo recordado por sus pioneras investigaciones que ayudaron a moldear las tecnologías que usamos hoy.
MCN Biografías, 2025. "Nevill Francis Mott (1905-1996): Pionero de la Física Moderna". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/mott-nevill-francis [consulta: 15 de octubre de 2025].