Milosevic, Slobodan (1941-2006).
Político serbio, nacido en Pozarevac (Serbia) el 20 de agosto de 1941 y fallecido en La Haya (Holanda) el 11 de marzo de 2006.
Estudió Derecho en Belgrado y trabajó como banquero en Estados Unidos. Desde 1969 a 1982 fue un aparatchick del partido. Gerente de una compañía de gas, fiel contribuyente de su cuota para la Liga Comunista, consiguió pronto un buen mentor, el dirigente comunista y después presidente serbio Ivan Stambolic. Gracias a la influencia de éste logró el salto a la dirección del Banco de Belgrado, el mayor del país.
Con el apoyo de Stambolic consiguió ser, en 1986, presidente de la Liga de los Comunistas de Serbia. Nada más acceder al cargo comenzó a organizar el golpe palaciego que liquidó políticamente a Stambolic y, en octubre de 1987, accedió a la presidencia de Serbia, la mayor de las seis repúblicas que formaban la Federación Yugoslava.
Adoptó posturas consideradas como hegemonistas en beneficio de la supremacía serbia. Se opuso a la independencia de Kosovo, región dependiente de Serbia con mayoría de población albanesa y que aspiraba a convertirse en la séptima república yugoslava. A partir de 1981, momento en el que se agudizaron los enfrentamientos y manifestaciones en esta región, Milosevic forzó la dimisión de varios dirigentes albaneses de Kosovo. Fue el inspirador de la reforma constitucional adoptada en marzo de 1989, que recortó la gran autonomía que Tito había dado a Kosovo en 1974.
El 6 de abril de 1989 fue elegido por unanimidad presidente de la República de Serbia. Desde el momento en que estalló el conflicto en la antigua Yugoslavia, en abril de 1992, Milosevic celebró interminables reuniones con mediadores internacionales y con los líderes de las repúblicas balcánicas. El 12 de marzo de 1993 se reunió con los presidentes de la Conferencia Internacional de Paz, Cyrus Vance y David Owen, a fin de negociar la división de Bosnia-Herzegovina en 10 provincias: 3 para los serbobosnios, 3 para los musulmanes de Bosnia, 2 para los croatas y dos mixtas; aunque este plan no fue aceptado por ninguna de las partes.
El 17 de julio volvió a reunirse, esta vez en París, con el presidente croata, Franjo Tudjman, con David Owen y Trovard Stoltenberg, que sustituyó a Cyrus Vance, en una negociación que se alargó hasta agosto. Esta vez, el plan propuesto por los mediadores contemplaba la partición de Bosnia en 3 repúblicas autónomas: un 52% para los serbios, un 31 para los musulmanes y un 17 para los croatas. Sin embargo, y aunque fue aceptada por Milosevic, por el presidente bosnio Alija Izetbegovic y en parte por Franjo Tudjman, la propuesta fue rechazada por los serbios de Radovan Karadzic.
En julio de 1994, el Grupo de Contacto confeccionó el tercer plan de paz, pero no se logró alcanzar ningún acuerdo. Tras otra reunión en 1995, Milosevic insistió en no aceptar a ambas repúblicas y en que se reconociera a su República Federal de Yugoslavia, formada por 10 millones de habitantes, y a Montenegro, de 600.000 habitantes, como heredera de la Yugoslavia Socialista Federal.
A principios de noviembre comenzaron en Dayton (Ohio) las negociaciones para la paz en Bosnia que culminaron el día 21 con el establecimiento de Bosnia como un estado unificado dentro de sus fronteras actuales, pero dividido en dos entidades: la Federación Croata-Musulmana y la denominada República Serbia de Bosnia. Milosevic anunció entonces al pueblo yugoslavo que la guerra había terminado.
Pero un nuevo conflicto se cernía sobre el país. En marzo de 1998 Milosevic era blanco de críticas por parte de la comunidad internacional al acrecentarse el conflicto de Kosovo entre las fuerzas serbias enfrentadas a los separatistas albano-kosovares que exigían la independencia, mientras las tropas del presidente yugoslavo emprendían una fuerte ofensiva contra los separatistas.
Tras ser amenazado con una intervención de la OTAN y después de entrevistarse en innumerables ocasiones con el mediador estadounidense Richard Holbrooke, accedió finalmente a firmar un acuerdo de pacificación en Kosovo que se rubricó en octubre de 1998. El acuerdo estipulaba que las hostilidades con los separatistas albaneses debía terminar, las tropas serbias habrían de abandonar Kosovo, los refugiados kosovares regresar a sus hogares, dar acceso a las organizaciones humanitarias al territorio y Belgrado y colaborar con el Tribunal Internacional de La Haya para entregar a los criminales de guerra. Además, Belgrado debía negociar una autonomía con los albano-kosovares, el 90% de la población de esta provincia, mayoritariamente partidarios de la independencia de Yugoslavia.
Sin embargo, nada de esto llegó a cumplirse y Milosevic inició, el 24 de diciembre de 1998, una limpieza étnica en el pueblo kosovar que desembocó en el inicio de los ataques de la OTAN el 24 de marzo de 1999, una vez agotada y fracasada la vía democrática en las negociaciones de Rambouillet (Francia), y la huida masiva de refugiados kosovares hacia las repúblicas colindantes.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte cumplió su amenaza de bombardear Yugoslavia ante la negativa del presidente serbio Milosevic a aceptar el plan de paz acordado en Rambouillet (Francia). Poco antes de las ocho de la tarde del 24 de marzo, alrededor de un centenar de aviones de seis países, entre ellos bombarderos B-52, participaron en la primera acción que se dirigió a una decena de objetivos militares en todo el país. Se trataba de la primera acción ofensiva de la OTAN contra un estado soberano en sus 50 años de historia.
Tras 72 días de bombardeos de la OTAN, el presidente Milosevic cedió finalmente a todas las peticiones impuestas por los aliados desde el principio de la guerra. El acuerdo de paz recogió 10 puntos clave:1) Cese inmediato de la violencia en Kosovo.2) Calendario rápido de retirada de todas las fuerzas serbias.3) Despliegue de una fuerza con participación central de la OTAN.4) Mando único de la fuerza internacional.5) Administración propia para Kosovo.6) Un pequeño número de soldados serbios podrían regresar a Kosovo.7) Retorno con garantías de todos lo refugiados.8) Pleno respeto al acuerdo de Rambouillet9) Plan de estabilización para los Balcanes.10) Los bombardeos terminarían cuando se verificara la retirada de las tropas.
Sin embargo, la guerra hizo mella en la población yugoslava, especialmente en los ciudadanos de Belgrado, ciudad duramente bombardeada por la OTAN. No tardaron en llegar las protestas contra el presidente Milosevic. En junio de ese año de 1999, miles de personas se reunieron en Jagodina (110 kilómetros al sur de Belgrado), para protestar contra el régimen del presidente yugoslavo. La manifestación estaba organizada por la Alianza para el Cambio (SZP), coalición de partidos de oposición dirigida por el Partido Democrática (DS), del ex alcalde de Belgrado Zoran Djindjic. Este mismo partido anunció la petición al Tribunal Constitucional yugoslavo para que «constate que el presidente Slobodan Milosevic no está en condiciones de cumplir con sus obligaciones constitucionales«.
El fin definitivo del mandato de Milosevic llegó tras las elecciones del 24 de septiembre de 2000, en las que fue derrotado por Vojislav Kostunica, candidato del partido Oposición Democrática de Serbia (DOS), que obtuvo el 48,22% de los votos, frente a Milosevic, con el 40,23% de los sufragios. Pese a ello, Milosevic se resistió a admitir la derrota y calificó las elecciones de fraudulentas. Esa actitud, junto a la decisión del Tribunal Constitucional de anular las elecciones, desencadenó una rebelión sin precedentes en Serbia desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Cerca de medio millón de manifestantes asaltaron el Parlamento Federal y la sede de la televisión oficial serbia (RTS) para poner fin el régimen despótico de Milosevic y para que se reconociera la victoria en la primera vuelta del candidato opositor Vojislav Kostunica. Por su parte, Estados Unidos y la Unión Europea expresaron su pleno apoyo a la revolución popular de Belgrado y exigieron a Slobodan Milosevic que aceptara su derrota electoral y abandonara la presidencia yugoslava, algo que hizo el 6 de octubre de 2000 con un mensaje televisado. Cuando Kostunica juró su cargo al día siguiente se puso fin a 13 años de guerras y opresión.
Milosevic ante el TPIY
El ex mandatario no abandonó, sin embargo, la lucha política y el 25 de noviembre de 2000 fue reelegido presidente del Partido Socialista de Serbia (SPS) en un congreso que, bajo el lema ¡Seguiremos!, sirvió para consolidar el liderazgo de Slobodan Milosevic. No obstante, su partido sólo consiguió el 13,6 % de los votos y 37 escaños en las elecciones legislativas celebradas el 23 de diciembre, mientras la coalición Oposición Demócratica de Serbia del presidente Kostunica arrollaba con 177 diputados y casi dos tercios de los votos emitidos.
En la madrugada del 1 de abril de 2001, Slobodan Milosevic ingresó por orden del juez en la prisión central de Belgrado para responder a las acusaciones de malversación de fondos y abuso de poder durante su etapa al frente del país. La detención del líder de los socialistas serbios se produjo después de veinticuatro horas de enfrentamientos entre la policía y la guardia particular del dictador que, incluso, amenazó con suicidarse antes de entregarse con vida a las autoridades. El gobierno yugoslavo anunció que Milosevic sería juzgado en su país por los delitos económicos que le imputaba la justicia serbia pero que no lo extraditarían a La Haya, como exigían la Unión Europea y EE.UU, para someterse a juicio por los crímenes contra la humanidad cometidos durante su campaña de limpieza étnica en la provincia de Kosovo. Para cubrir su ausencia obligada en la dirección del Partido Socialista de Serbia (SPS), Milosevic designó desde la cárcel al ex ministro de Asuntos Exteriores, Zivadin Jovanovic, presidente en funciones de su formación política.
El Ejecutivo yugoslavo mantuvo durante algunos meses su negativa a extraditar a Milosevic pero la maltrecha economía del país necesitaba con urgencia la ayuda internacional y Washington había condicionado su aportación a la colaboración de Belgrado con el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). Finalmente, el Gobierno yugoslavo decidió aprobar por decreto el mecanismo de cooperación con el TPIY para entregar al ex dictador y el 28 de junio de 2001 las autoridades de la ONU trasladaron al recluso Solobodan Milosevic a La Haya, para comparecer ante el Tribunal por su responsabilidad en los crímenes de guerra cometidos en Kosovo. La decisión de extraditar a Milosevic se adoptó en contra del criterio del Tribunal Constitucional yugoslavo, que había ordenado congelar el proceso, y del presidente del país, Vojislav Kostunica, que no fue consultado y calificó la entrega de ilegal.
Mientras en Belgrado estallaba una crisis política, la fiscal general del TPIY, Carla del Ponte, anunció su intención de ampliar las acusaciones contra Milosevic a las matanzas cometidas en Croacia y Bosnia. El 3 de julio de 2001, el ex presidente yugoslavo compareció por primera vez ante los tres jueces del TPIY. Milosevic negó la legitimidad del tribunal, renunció a su defensa y se negó a contestar sobre su culpabilidad o inocencia en los cargos que se le imputaban. El largo proceso judicial contra el ex mandatario para depurar su responsabilidad en los crímenes contra la humanidad cometidos en Croacia y Kosovo y el delito de genocidio perpetrado en Bosnia, comenzó en La Haya el 12 de febrero de 2002. El reo ejerció su propia defensa durante el juicio que, entre 2002 y 2004, fue interrumpido en más de 20 ocasiones por los problemas de salud del acusado. Murió en 2006 sin que hubiera concluido el proceso.