Merino Irigoyen, Manuel Antonio (1730-1787): El Escolapio que transformó la educación y la lengua en el siglo XVIII

Manuel Antonio Merino Irigoyen, conocido en la vida religiosa como el P. Andrés Merino de Jesucristo, fue uno de los grandes intelectuales y pedagogos del siglo XVIII. Nacido en la villa alavesa de Elciego en 1730, su vida estuvo marcada por una profunda dedicación a la educación, el estudio de las lenguas clásicas y orientales, y una vasta producción literaria que, aunque con una marcada orientación religiosa, también reflejaba las tensiones y transformaciones de su época. A lo largo de su vida, Merino cultivó diversas disciplinas como la retórica, la gramática, la caligrafía y la narrativa, convirtiéndose en un referente en muchos campos del saber de su tiempo.

Orígenes y contexto histórico

Manuel Antonio Merino Irigoyen nació en Elciego, un pequeño pueblo de la provincia de Álava, en 1730. Aunque los detalles de su infancia son escasos, se sabe que su familia se trasladó a Valencia en torno a 1738, lo que le permitió acceder a una educación más formal en una ciudad en crecimiento durante el siglo XVIII. Fue en Valencia donde comenzó a acercarse a la vida religiosa y, en particular, a la Orden de las Escuelas Pías (Escolapios), una institución educativa que influiría profundamente en su vocación y obra.

En 1750, Merino ingresó al noviciado de los Escolapios en la parroquia de San Fernando en Madrid, donde empezó a formarse tanto en la vida religiosa como en la educación. Durante su noviciado y a lo largo de su carrera, mostró un carácter ejemplar y piadoso, lo que le permitió acceder a los votos solemnes en 1760. Su labor educativa y pastoral lo llevaría posteriormente a ser nombrado Rector del Colegio de San Antón en Madrid, uno de los principales centros de enseñanza de la capital española.

Logros y contribuciones

El trabajo de Merino en la educación y la enseñanza fue trascendental, no solo en España, sino también en el contexto europeo. Su enfoque pedagógico integraba las enseñanzas religiosas tradicionales con los avances científicos y culturales del siglo XVIII, lo que resultó en un modelo educativo innovador y de gran éxito.

La reforma pedagógica

Como rector del Colegio de San Antón, Merino trabajó incansablemente para transformar la educación en una herramienta eficaz para el progreso social. Sus propuestas pedagógicas, que vinculaban la enseñanza tradicional de la religión con el estudio de disciplinas modernas como las matemáticas, la astronomía y la geografía, fueron clave en el éxito de los Escolapios en Madrid. Esta combinación de valores religiosos con el conocimiento científico y humanístico fue uno de los pilares de su enseñanza, y su legado en este campo perduró a lo largo de los años.

Obras literarias y erudición

El P. Merino no solo fue un pedagogo, sino también un prolífico escritor. Entre sus primeras obras destaca el Tratado de Rhetorica para uso de las escuelas (Madrid, 1775), un manual de retórica que sintetiza las reglas tradicionales con un enfoque pragmático y didáctico. En este tratado, Merino define la retórica como «arte de bien hablar, con adorno, gravedad y copia», siguiendo los principios neoclásicos que dominaban la época. Este libro tuvo varias ediciones y se convirtió en una referencia en las aulas españolas.

Merino también se dedicó a la obra de recuperación y divulgación de la obra de Cicerón, publicando entre 1776 y 1781 las Oraciones selectas de Cicerón en siete volúmenes. Además, su Colección de las partes más selectas de los mejores autores de la latinidad (1777) continúa en la misma línea de exaltación de los valores clásicos como modelo de virtud y elocuencia. En 1781, publicó el Breve tratado de poesía latina y castellana, una obra que amplía sus ideas sobre la estética y la retórica, reforzando su perfil como un gran defensor del clasicismo.

La paleografía y las lenguas orientales

Otro de los grandes logros de Merino fue su labor en el campo de la paleografía. Su obra más destacada en este campo fue la Escuela de leer letras cursivas antiguas y modernas, publicada en 1780. Esta obra no solo es un manual de lectura de diferentes tipos de escritura, sino también un trabajo exhaustivo sobre la evolución de la caligrafía desde la época visigoda hasta el siglo XVIII, ilustrado con exquisitas reproducciones de los distintos estilos de escritura.

Además de su interés por la escritura, Merino fue un profundo conocedor de las lenguas orientales, en particular del árabe. Publicó varias obras relacionadas con este idioma, como una Gramática árabe, una Caligrafía árabe y un Diccionario árabe-castellano. Estos trabajos demostraron su erudición y su deseo de acercar el conocimiento oriental a la cultura española.

La narrativa y los relatos utópicos

En el ámbito literario, Merino también incursionó en la narrativa, publicando en 1786 la novela La mujer feliz, dependiente del mundo y de la fortuna. Esta obra es una continuación de la novela El hombre independiente del mundo y de la fortuna de su colega el P. Teodoro Almeida. Merino cambia la perspectiva al convertir a una mujer en la protagonista, Sofronia, una figura que representa los ideales de la educación femenina de la época. La obra fue un éxito, y se convirtió en un modelo de referencia para la literatura de corte moralizante.

En la misma línea, Merino también escribió dos relatos utópicos: Monarquía Columbina y Monarquía de los leones, obras que abordan las tensiones de su época a través de la crítica social y la presentación de mundos ideales. Estas novelas reflejan el espíritu cristiano y conservador de Merino, que se oponía a las reformas ilustradas que cuestionaban la autoridad tradicional de la Iglesia y la monarquía.

Momentos clave de su vida y legado

  1. 1730: Nace en Elciego, Álava.

  2. 1750: Ingresa al noviciado de los Escolapios en Madrid.

  3. 1760: Toma los votos solemnes y comienza su labor educativa en Madrid.

  4. 1775: Publica su Tratado de Rhetorica para uso de las escuelas.

  5. 1776-1781: Publica las Oraciones selectas de Cicerón.

  6. 1780: Publica la Escuela de leer letras cursivas antiguas y modernas.

  7. 1786: Publica La mujer feliz, dependiente del mundo y de la fortuna.

  8. 1787: Fallece en Valencia.

Relevancia actual

Aunque la figura de Merino ha quedado eclipsada por otros pensadores y escritores más emblemáticos de la Ilustración, su legado perdura en el campo de la pedagogía, la lengua española y la paleografía. Su obra, tanto en los ámbitos teóricos como prácticos, fue una contribución significativa a la cultura española del siglo XVIII. La educación que defendió, basada en la unión de lo religioso y lo moderno, y su erudición en lenguas clásicas y orientales, sigue siendo un referente para los estudiosos de la historia cultural y literaria de España.

Además, la obra de Merino continúa siendo de gran interés para los estudios de la Ilustración, ya que representa una postura crítica frente a las ideas reformistas de la época. A través de su visión conservadora y cristiana, Merino proporcionó una alternativa a las propuestas ilustradas, defendiendo la preservación de los valores tradicionales frente al avance de la modernidad.

Su trabajo como pedagogo, erudito y escritor es una de las grandes contribuciones del siglo XVIII a la cultura española, un legado que sigue siendo valorado por historiadores, literatos y educadores.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Merino Irigoyen, Manuel Antonio (1730-1787): El Escolapio que transformó la educación y la lengua en el siglo XVIII". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/merino-irigoyen-manuel-antonio [consulta: 24 de junio de 2025].