María do Ceo, Sor (1658-d. 1752).
Escritora y religiosa portuguesa, nacida en Lisboa el 11 de septiembre de 1658, y muerta en su ciudad natal en la segunda mitad del siglo XVIII.Era hermana gemela de otra poetisa y dramaturga lusa, Isabel Senhorinha da Silva, y ambas fueron hijas de don Antonio d’Eça y doña Catalina de Távora, quienes se preocuparon por la instrucción humanística de sus hijas con un interés poco habitual entre los padres de su época.
El 27 de junio de 1676, cuando sólo contaba dieciocho años de edad, la que había de ser de allí en adelante Sor María do Ceo profesó en el convento franciscano de Nuestra Señora de la Esperanza, en Lisboa, en el que vivió durante el resto de su longeva existencia. Aunque se ignora la fecha concreta en que se produjo su fallecimiento, se sabe que Sor María do Ceo murió centenaria o muy cercana a los cien años de edad, ya que hay documentos que la dan por viva en el año de 1752. Tan dilatada vida le permitió ocupar todos los cargos posibles en la administración de su comunidad religiosa (en la que fue abadesa en dos ocasiones), al tiempo que le dejó pergeñar una de las obras literarias más prolíficas de su época. Buena conocedora de la lengua castellana, la alternó con su portugués natal para escribir indistintamente en una y otra, lo que extendió su fama no sólo más allá de los muros del convento en que moraba, sino también fuera de las fronteras lusas. Además, aunque siempre se ocupó de asuntos religiosos, cultivó varios géneros y se ocupó tanto de la prosa como del verso, por lo que el conjunto de su producción literaria muestra una gran variedad -excepción hecha, como ya se ha apuntado, de la temática tratada- que contribuyó poderosamente a difundir el nombre de esta monja poeta. Tanto era así, que firmó muchas de sus piezas con el pseudónimo de «Soror Marina Clemencia, religiosa franciscana no convento da ilha de S. Miguel», para que la admiración que despertaba su literatura no la distrajera de su devoción y sus obligaciones monacales.
Entre sus obras en prosa, sobresale una especie de alegoría moral escrita en portugués, que lleva por título A preciosa; y, en castellano, un intento de resucitar la novela pastoril, dotándola de una clara simbología religiosa, titulado La peregrina. Respecto al teatro escrito en castellano, hay que empezar por lamentar la pérdida actual de tres comedias que, dentro de ese mismo género alegórico espiritual de La peregrina, se quedaron inéditas en su tiempo, por lo que sólo ha llegado hasta nosotros la noticia de los títulos de cada una de ellas (En la cara va la fecha, Preguntarlo a las estrellas y En la más oscura noche).
Sin embargo, sí se conservan ocho autos alegóricos de Sor María do Ceo escritos en castellano, de los cuales cinco aparecieron publicados en 1740, y los tres restantes en 1744. En efecto, en el primero de dichos años el impresor lisboeta Miguel Manescal da Costa sacó a la luz un volumen titulado Triunfo do Rosario, repartido en cinco autos do mesmo muito devotos é divertidos pelas singulares ideas com que os compóz á muy Reverenda Madre María do Ceo, dado á estampa pelo Padre Francisco da Costa. Los cinco autos alegóricos recopilados en este volumen son La flor de las finezas, Las rosas con las espigas, Perla y rosal, Rosal de María y Tres redenciones del hombre.
Cuatro años después, el impresor Antonio Martín publicó en Madrid una obra miscelánea titulada Obras varias y admirables de la Madre María do Ceo, religiosa francisca y Abadesa del Convento de la Esperanza de Lisboa: Corregida de los muchos defectos de la edición portuguesa e ilustrada con breves notas por el Doct. D. Fernando de Settién Calderón de la Barca y dedicadas a la Excelentísima Señora Duquesa de Medina-Coeli. El religioso agustino Fray Henrique Flórez, «traductor» de este volumen, asegura en el prólogo que Sor María do Ceo escribió en castellano las obras contenidas en dicha recopilación, y que su labor de «traductor» se había limitado a corregir los lusismos y algunos malos usos del castellano «que si en la Corte de Lisboa no pueden afear, en la de acá desdicen de la moda«. Esto viene a demostrar que, a finales del siglo XVII y durante buena parte del XVIII, el teatro portugués (al menos, el teatro conventual femenino) seguía profesando gran admiración hacia el teatro barroco español, especialmente hacia la producción calderoniana, que constituía el mayor exponente de la perfección dramática de aquellos tiempos. Y así, en efecto, los tres autos de Sor María do Ceo que aparecieron en esta miscelánea de 1744 (Amor es fe, Las lágrimas de Roma y Mayor fineza de amor), dedicados todos ellos a San Alejo, son tributarios de todos los tópicos del teatro calderoniano, desde el culteranismo léxico y sintáctico hasta el género alegórico religioso, pasando por elementos estructurales tan propios del teatro barroco como los lances caballerescos y la presencia constante del gracioso. Y aunque la monja franciscana, atenta siempre a estos modelos, no mostró demasiada originalidad en la trama de sus piezas y el trazado de sus personajes, sí es obligado destacar la altura poética que alcanzaron su versos.
Bibliografía
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HORMIGÓN, Juan Antonio (dir.) Autoras en la Historia del Teatro Español (1500-1994). (Madrid: Publicaciones de la Asociación de Directores de Escena de España, 1996).
J. R. Fernández de Cano.