Maine de Biran, François-Pierre (1766-1824).


Filósofo y político conservador francés. Se inició en el estudio de las matemáticas, para ir poco a poco internándose en la psicología y la filosofía, bajo la influencia de Cabanis y de Destutt de Tracy.

Maine se confía totalmente a la introspección: el instrumento para el conocimiento de la verdad y para la salvaguardia de la religión (entendida en un sentido no confesional) es el «sentido íntimo» o conciencia, en oposición al sensualismo de Condillac, del que en un principio fue simpatizante. A través de la introspección, descubre la infalibilidad de la apercepción inmediata interna y la unificación del yo -un yo que se manifiesta activo y volitivo-, para afirmarse como existente en medio del mundo -no-yo– que presenta resistencia. Esta polaridad de actividad y resistencia es asimismo la matriz de todas las nociones metafísicas. Por una parte, captándose como actividad, el yo se aprehende como libertad, la cual es conocida de inmediato en la medida en que es conciencia del propio poder de actuar, y precede a cualquier percepción de pasividad. Por otro lado, en la resistencia opuesta al yo por el cuerpo tienen su origen la idea de extensión y todas las demás ideas que caracterizan los cuerpos materiales. El dualismo radical existente en el hombre entre la actividad y la pasividad, entre la vertiente constituida por la conciencia -que le convierte en persona-, y la vertiente orgánica y fisiológica -que le aproxima a los animales-, está oscurecido por fenómenos psicológicos como el del hábito, que implica mecanización con respecto a la voluntad libre. Por eso es tarea de la filosofía reafirmar ese dualismo contra las deformaciones que se producen espontáneamente en el ánimo del hombre. Entre la consideración del hombre fisiológico y la conciencia, Maine añade la noción de una «tercera vida» del hombre, la vida «espiritual», que él presenta en términos de misticismo, como el camino para identificarse con el mismo Dios, a través de la meditación y mediante la intervención de la gracia.

El hombre, un ser intermedio entre Dios y los animales, tiene la posibilidad de asemejarse a éstos si se convierte en esclavo de su propio cuerpo y se pierde en el resto de la naturaleza, pero también podrá elevarse por medio del amor hasta el creador, abandonándose en él. Esto explica la superioridad del amor sobre la razón, aunque sólo a esta última se halla vinculada la personalidad y la libertad del hombre. Así pues, Maine, discrepando del ambiente sensista y positivista, y en contraste con el espíritu de la Ilustración de su tiempo, llegará a ser el máximo representante del renacimiento del espiritualismo en la tradición de Descartes y Malebranche.

Fuera de Influencia del hábito sobre la facultad de pensar (1802), y algunas obras menores, el resto de sus obras aparecieron póstumamente. Éstas son: La descomposición del pensamiento (1805), La apercepción inmediata (1807), Sobre las relaciones entre lo físico y moral del hombre (1811), Ensayo sobre los fundamentos de la psicología (1812), Fundamentos de la moral y de la religión (1818), Nuevos ensayos de antropología o de la ciencia del hombre interior (1824), Diario íntimo (redactado a lo largo de toda su vida).