Madrigal, Alonso de, «El Tostado» (1400-1455).


Escritor y teólogo español, nacido entre 1400 y 1409 en Madrigal de la Sierra y muerto en 1455 en Bonilla de la Sierra (ambas en Ávila). Hijo de Alonso Tostado y de María de Ribera, su auténtico nombre era Alonso (o Alfonso) Fernández de Madrigal, aunque se le conoce por otros nombres, como Alonso de Madrigal, Alonso Tostado de Madrigal o, simplemente, el Tostado. A menudo aparece citado también como el Abulense.

Alonso de Madrigal recibió su primera enseñanza en el colegio de los franciscanos de Arévalo y de allí pasó a la prestigiosa Universidad de Salamanca, donde se graduó como Maestro en Artes y Teología y llegó a ser Bachiller en Derecho. En todas estas disciplinas destacó por su aguda inteligencia y su erudición. En Salamanca desarrolló su labor docente como titular de la cátedra de Artes y Filosofía Moral desde antes de 1436. Hacia 1440 parece que comenzó su enseñanza de la Teología, sustituyendo a Guillermo de Murcia en la cátedra de Exégesis bíblica, que luego regentó como titular desde 1441. Hacia 1446 ocupó la cátedra de Poesía y fue nombrado maestrescuela de la catedral. Fue también rector del Colegio de San Bartolomé de la Universidad de Salamanca.

Reconocido como el más importante teólogo español de su época, sus originales y osadas interpretaciones acerca de ciertas cuestiones doctrinales y su enorme fama le valieron la enemistad de muchos. De sus numerosos enemigos el más feroz fue el dominico fray Juan de Torquemada, que le acusó de defender posturas heréticas. Alonso de Madrigal acudió a Roma para defenderse de tales acusaciones, llamado por el papa Eugenio IV. En junio de 1443 el Tostado se enfrentó, en Siena de Toscana, a un tribunal de teólogos de la Curia y al propio Torquemada, quien había escrito un Tratado que contenía las acusaciones de herejía contra Alonso de Madrigal. Este tratado permaneció sin publicar en el Archivo Vaticano. El Tostado replicó con la composición de su Defensorium trium propositorum, una defensa de carácter marcadamente polémico en la que, además de explicar autorizadamente sus tesis en cuanto al dogma, atacaba con aspereza a los jueces de la Curia, a los que llamó “perros rabiosos”, “obcecados por la envidia”, y a Torquemada, al que describió como un “maldito labrador”. Ante Eugenio IV Alonso de Madrigal defendió 21 tesis, entre ellas la refutación de la fecha tradicional de la pasión de Cristo, su original interpretación acerca de la remisión de la culpa y del pecado, y su teoría sobre la celebración de la última cena. Algunas de las ideas expuestas ante el Papa provenían de las doctrinas conciliaristas, en ese momento en plena efervescencia en Europa a raíz de la celebración del Concilio de Basilea. Alonso de Madrigal era un convencido conciliarista, si bien no se sumó a las posturas más radicales del Concilio y en 1444 confirmó su obediencia al pontífice. En la Curia se ganó la admiración del Papa por su gran erudición, por lo que fue absuelto de todos los cargos presentados por Torquemada.

Tras su estancia en los Estados Pontificios, algunas fuentes lo situaron en el Concilio de Basilea, pero su asistencia no ha podido confirmarse. Parece en cambio que regresó directamente a Cataluña, donde tomó el hábito en el monasterio cartujo de Scala Dei (Tarragona) en 1444. Unos meses más tarde fue llamado nuevamente a Castilla por el rey Juan II, quien lo nombró miembro del Consejo real en calidad de canciller. En 1446 regresó a Salamanca, y fue nombrado maestrescuela de la catedral por el Papa en reconocimiento a su sabiduría. Permaneció en este cargo hasta 1454, fecha en que recibió el obispado de Ávila por solicitud de Juan II, dignidad que detentó hasta su temprana muerte apenas un año después.

Escritor de enorme prolijidad, su extensa obra se convirtió en proverbial en el dicho “escribir más que el Tostado”. En efecto, la primera edición de su obra completa, publicada en Venecia entre 1507 y 1531, constaba de 24 volúmenes. Se le consideró el más sabio teólogo de su tiempo, y alcanzó fama entre sus contemporáneos principalmente por su obra eclesiológica y doctrinal. Escribió comentarios a todos los libros históricos de la Biblia, glosando los prólogos de la Vulgata de san Jerónimo e introduciendo interpretaciones propias. Otras obras doctrinales de Alonso de Madrigal son: Suma de Confesión, De Santisima Trinitate, Tratado de los dioses de la gentilidad o las catorze cuestiones (publicado en 1545), Apologeticum o Comentarios sobre Eusebio (publicados en 1506).

El Tostado fue hombre de gran inquietud intelectual que se interesó por las corrientes reformadoras de la Iglesia que atravesaban su época. Continuó la tradición de crítica a las costumbres inmorales del clero de la literatura castellana del siglo XIV, en obras como Libellus contra sacerdotes publicos concubinarios o en su Tratado sobre la misa. Como defensor de las tesis conciliaristas desde una postura moderada, el Tostado proclamó en obras como De reformatione Ecclesiae y particularmente en De potestate papae su convicción de la soberanía suprema del Concilio General, asamblea a la que consideraba la más excelente de la Cristiandad y superior a la voluntad del pontífice romano. Escribió también obras de teoría política como su De optima politica, en la que desarrollaba tesis opuestas a la concepción del Estado de Sócrates y Platón, enraizadas en sus lecturas de Egidio Romano, autor al que admiraba y cuya obra De Regimine Principum glosó y vertió al castellano. En el cuerpo de su obra se incluyen también obras de carácter más profano, como su Liber de quinque figuratis paradoxae o el Tratado cómo al ome es necesario amar, su obra más estudiada en nuestros días, si bien su autoría ha sido puesta en duda. Escrito en romance, el Tratado versa acerca del matrimonio en un tono marcadamente satírico.

Otras obras en romance son Cuestiones sobre filosofía moral y natural, Confesional, Breve obra de los fechos de Medea, versión castellana de la Medea de Séneca, y Breviloquio de amor e amiciçia, obra de juventud escrita en 1437, que rezuma cultura universitaria y muy influida por la filosofía natural de Aristóteles. Es fundamental su formidable edición comentada de los Chronici canones de Eusebio de Cesarea, que al parecer él mismo se ocupó de romancear (se conservan en forma manuscrita en la Biblioteca Nacional de Madrid).

La producción literaria y doctrinal de Alonso de Madrigal se inserta en el marco de la transición de la Edad Media al Renacimiento, muy tardío en Castilla. Aunque los orígenes de su pensamiento y sus principales preocupaciones como teólogo se encuentran en la última Escolástica, el Tostado se interesó por las corrientes renovadoras del pensamiento de su época, tanto religiosas como filosóficas y se le suele considerar representante del primer humanismo castellano. En lo literario, pertenece al grupo de escritores moralistas que, como Alfonso de Cartagena o fray Hernando de Talavera, dignificaron el castellano como lengua capaz de expresar el pensamiento filosófico. En este sentido, en la obra de Alonso de Madrigal no cabe separar sus obras escritas en latín de aquéllas compuestas en romance. Nuestro autor se ocupó asimismo de la traducción al castellano de obras clásicas, siguiendo una tendencia muy querida del Humanismo. Destacó en su tiempo como adalid de la reforma religiosa y sus textos, junto con los sermones de san Vicente Ferrer, quizás sean las proclamas más imperiosas sobre la reforma de la Iglesia.

En lo político fue un gran defensor de la monarquía, influido tal vez por la obra política de su contemporáneo don Álvaro de Luna. Consideraba a la monarquía como la forma más perfecta de gobierno y dedicó encendidas alabanzas al corporativismo de las ciudades, que consideraba como ejemplo para el gobierno de la Iglesia. Sus obras alcanzaron gran difusión gracias a la imprenta, tanto en la Península Ibérica como en el extranjero. Murió el 3 de septiembre de 1455, siendo obispo de Ávila y fue enterrado en la catedral de esta ciudad, donde puede admirarse su sepulcro obra del escultor Vasco de la Zarza.

Bibliografía

  • BELLOSO MARTÍN, Nuria. Hombre, sociedad y derecho en el pensamiento de Alfonso de Madrigal, el Tostado. Madrid, 1986.

  • BLÁZQUEZ HERNÁNDEZ, J. El Tostado, alumno graduado y profesor de la Universidad de Salamanca, en «XV Semana española de estudios de Teología» Madrid, 1956; pp. 411-447.

  • CÁTEDRA, Pedro. Del Tostado sobre el amor. Barcelona, 1987.

  • DI CAMILLO, Ottavio. El humanismo castellano del siglo XV. Valencia, 1976.