José Ramón de Luanco (1825-1905). Un pionero de la química y la historia de la ciencia
José Ramón de Luanco, nacido en Castropol, Asturias, el 16 de febrero de 1825, es una de las figuras más destacadas de la química española del siglo XIX. Su influencia se extendió no solo en el ámbito de la ciencia química, sino también en la historia de la química, un campo que cultivó con pasión y dedicación. A pesar de no haber logrado alcanzar el nivel de notoriedad de algunos de sus contemporáneos, su legado como docente, investigador y historiador de la ciencia es indiscutible.
Orígenes y contexto histórico
José Ramón de Luanco creció en un contexto que marcó profundamente su carrera. La España de principios del siglo XIX vivía una transformación radical en todos los ámbitos: político, social y científico. Durante su infancia, las ideas ilustradas comenzaban a calar en la sociedad, y la ciencia empezaba a ser vista como una herramienta de progreso.
A pesar de que Luanco inició su educación con los estudios de humanidades, pronto se inclinó por las ciencias exactas. En 1838, comenzó sus estudios en la Universidad de Oviedo, donde, además de filosofía, se interesó por las matemáticas y las ciencias naturales, lo que lo llevó a ingresar, en 1846, como pensionado en la Escuela Normal de Ciencias. Fue aquí donde comenzó a especializarse en química, una disciplina que en esa época experimentaba una serie de avances y cambios fundamentales.
Logros y contribuciones
A lo largo de su carrera, Luanco demostró ser un hombre de gran dedicación y versatilidad. En 1855, obtuvo la cátedra de química aplicada a las artes de la Escuela Industrial de Sevilla, aunque no llegó a ejercerla debido a un imprevisto. En su lugar, asumió la cátedra de química general en la Universidad de Oviedo. Sin embargo, su carrera estuvo marcada por varias vicisitudes administrativas que lo llevaron a ocupar distintas cátedras en diversas universidades españolas.
Uno de los grandes logros de Luanco fue su contribución al campo de la historia de la ciencia. Si bien su trabajo como investigador no estuvo exento de dificultades, sus aportes al desarrollo de la química histórica fueron significativos. Fue uno de los primeros historiadores de la ciencia en España en cultivar sistemáticamente este campo, y sus investigaciones en la alquimia y en los metalúrgicos españoles en América siguen siendo de gran interés para los estudiosos de la historia de la ciencia.
En cuanto a su faceta como investigador, Luanco es recordado por sus estudios analíticos de aguas y meteoritos, así como por su innovador sistema para la extracción de yodo de las algas. Sin embargo, lo más destacado de su carrera fue su capacidad para reconocer y enseñar las nuevas teorías químicas que comenzaron a ganar aceptación a mediados del siglo XIX. En un momento en que muchos químicos españoles seguían adheridos a la teoría dualista de Jöns Jacob Berzelius, Luanco fue uno de los primeros en incorporar en su enseñanza la teoría unitaria, la teoría atómica y la teoría de la valencia, que fueron introducidas por científicos como Jean Baptiste André Dumas, Auguste Laurent y Charles Frédéric Gerhardt.
Esta incorporación de las nuevas teorías se reflejó en la redacción y las sucesivas ediciones de su «Compendio de las lecciones de química general», un texto que fue utilizado en diversas universidades españolas y que representó una actualización fundamental en la enseñanza de la química en España.
Momentos clave en su vida
A lo largo de su carrera académica, José Ramón de Luanco vivió varios momentos clave que marcaron su trayectoria:
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1846: Ingreso en la Escuela Normal de Ciencias, donde comenzó a desarrollar su interés por la química.
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1855: Obtención de la cátedra de química aplicada a las artes en la Escuela Industrial de Sevilla, que no llegó a ejercer.
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1855: Cátedra de química general en la Universidad de Oviedo.
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1860: Supresión de la Facultad de Ciencias de Oviedo, lo que llevó a su traslado a Santiago de Compostela.
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1862-1865: Periodo en el que Luanco impartió clases interinas de química inorgánica en Madrid.
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1867: Traslado definitivo a Barcelona para enseñar química general en la Universidad de Barcelona.
Estos momentos, aunque marcados por diversas dificultades administrativas, contribuyeron a que Luanco desarrollara una visión única y moderna de la química, que perduró a lo largo de su carrera.
Relevancia actual
La figura de José Ramón de Luanco sigue siendo relevante hoy en día, especialmente en el campo de la historia de la ciencia. Su contribución al estudio de la alquimia, los metalúrgicos españoles en América y la historia de la química en general lo convierten en un referente para aquellos que estudian la evolución de las ciencias químicas en España.
En la actualidad, su labor como historiador de la química sigue siendo fuente de consulta. Su trabajo en la recopilación de textos alquímicos y sus estudios sobre los metalúrgicos españoles en el Nuevo Mundo aportaron una nueva perspectiva sobre el desarrollo de la química en la historia de España, a menudo olvidada o subestimada en los relatos oficiales de la ciencia.
Además, su influencia como docente continúa siendo notable. Marcelino Menéndez y Pelayo, uno de los grandes pensadores de su época, fue discípulo de Luanco y se benefició de sus enseñanzas en química y filosofía. Este legado de conocimiento transmitido a sus discípulos perdura en la actualidad, no solo en el campo de la ciencia, sino también en la historiografía científica.
Contribuciones a la historia de la ciencia
Una de las facetas más interesantes de la vida de Luanco es su labor como historiador de la ciencia. A través de su trabajo, fue capaz de recopilar y analizar textos alquímicos y de profundizar en el impacto de los metalúrgicos españoles en América. Su interés por la historia de la química lo llevó a escribir varias obras, como Los metalúrgicos españoles en el Nuevo Mundo (1888), y La alquimia en España (1889-1897), que aún se consideran textos fundamentales para entender la evolución de la química en el contexto español.
En la obra La alquimia en España, Luanco ofreció una visión detallada de los procesos alquímicos que tuvieron lugar en la península ibérica, mientras que su investigación sobre los metalúrgicos en América ayudó a comprender la contribución española en la revolución industrial del continente americano.
La relevancia de Luanco como historiador de la ciencia no debe subestimarse, ya que fue uno de los primeros en reconocer la importancia de la historia de la ciencia como una disciplina por derecho propio, en una época en que esta área de estudio apenas comenzaba a desarrollarse.
Legado y conclusión
A lo largo de su vida, José Ramón de Luanco dejó una huella profunda en la ciencia española, tanto en el ámbito de la enseñanza como en la investigación. Su habilidad para adaptarse a los cambios de paradigma en la química lo convierte en un personaje fundamental en la historia de la ciencia en España.
A pesar de las dificultades administrativas y de recursos, Luanco logró influir en generaciones de estudiantes y científicos. Su trabajo como historiador de la ciencia, particularmente en la química, sigue siendo una referencia esencial para los estudiosos del campo, mientras que su contribución a la evolución del pensamiento químico en España es innegable.
La figura de José Ramón de Luanco representa la perseverancia y el compromiso con la ciencia en un periodo en que las ciencias exactas empezaban a tomar una forma más moderna. Su legado perdura como un testimonio de la importancia de la ciencia en la sociedad española y como una inspiración para las futuras generaciones de científicos e historiadores.
MCN Biografías, 2025. "José Ramón de Luanco (1825-1905). Un pionero de la química y la historia de la ciencia". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/lualdi-adriano [consulta: 14 de junio de 2025].