Leopoldo I, Rey de Bélgica (1790-1865).
Rey de Bélgica (1831-65). Fue el primer monarca que tuvo Bélgica tras la independencia de este país de las Provincias Unidas (Holanda), conseguida en el año 1830. Nació en Coburgo, el 16 de diciembre del año 1790, y murió en la localidad de Laeken, el 10 de diciembre del año 1865. Fue hijo de Francisco Federico, príncipe heredero de Sajonia-Coburgo.
En el año 1813, Leopoldo participó activamente en las campañas del Imperio ruso contra las tropas invasoras de Napoleón Bonaparte. En el año 1816 contrajo matrimonio con la princesa Carlota, hija del príncipe regente inglés, futuro rey Jorge IV de Inglaterra. Cuando los griegos lograron rechazar la dominación turca, en el año 1830, le ofrecieron a Leopoldo la corona de dicho país, la cual rechazó por las múltiples limitaciones que le impusieron en su futura labor de gobierno. Pero, al año siguiente, Bélgica se declaró independiente de Holanda por el Congreso Nacional Belga, el cual le ofreció a Leopoldo la corona, que aceptó inmediatamente. Se coronó el 4 de junio del mismo año.
Leopoldo I tuvo que hacer frente durante sus primeros nueve años de reinado a una oposición tenaz por parte de Holanda y de su rey Guillermo III, que no aceptó tal separación. Finalmente, en el año 1839, gracias a un acuerdo alcanzado por las potencias europeas del momento, Leopoldo I fue reconocido rey por Holanda, toda vez que hubo que devolver a ésta los territorios de Luxemburgo y Limburgo. El mismo año de su subida al trono belga, Leopoldo I volvió a contraer matrimonio con Luisa María de Orleáns, hija del rey francés Luis Felipe de Orleáns, quien había subido al trono francés un año antes, prácticamente de la misma forma que lo había hecho Leopoldo I, por la aclamación del pueblo y mediante una revolución social.
Su política interior se caracterizó por el permanente deseo de mantener la unidad nacional, alternando para ello gobiernos liberales con católico-realistas. El período de paz y estabilidad amenazó con romperse el año 1847, cuando ambas formaciones políticas abandonaron el pacto político de alternancia y pasaron a practicar una política marcadamente hostil hacia Leopoldo I, por el papel cada vez más intervencionista del rey en los asuntos directos de gobierno. El monarca, deseoso de solucionar el clima político enrarecido y hostil hacia su persona, lanzó un ultimátum a todas las fuerzas políticas del país, en el que declaraba sus sinceras intenciones de abdicar en caso de que prefiriesen la instauración de un sistema republicano. Ambas partes llegaron finalmente a un acuerdo de respeto mutuo, por el que el rey se limitó a ejercer, en adelante, un papel político puramente constitucional y diplomático, dejando la iniciativa política a los partidos políticos.
En cuando a la política exterior, Leopoldo I hizo verdaderos esfuerzos por sostener el equilibrio entre Francia e Inglaterra, ya que ambas coronas le protegían ante cualquier tentativa anexionista de la corona holandesa, siempre dispuesta a reclamar territorios belgas. Desde el año 1851, temiendo las pretensiones expansionistas del nuevo emperador francés, Luis Napoleón III, Leopoldo I tomó abierto partido por las potencias absolutistas, como único medio de parar a Napoleón III.
Fue operado por los médicos Jean Civiale y Henry Thompson, los cuales lograron eliminarle los cálculos renales de los que padecía. Posteriormente Thomson, en solitario, tuvo que realizar otras tres litotripsias al rey Leopoldo. El rey se recuperó en poco tiempo y sin complicaciones, por lo que Thompson fue aclamado en Bélgica como héroe nacional con un premio de 3.000 libras. La reina Victoria de Inglaterra, pariente de Leopoldo, lo nombró por tal proeza caballero en 1867 y barón en 1899. El 10 de diciembre de 1865 falleció Leopolodo y fue sucedido en el trono por su hijo Leopoldo II, habido de su matrimonio con Luisa María de Orleáns.
Bibliografía
-
HOBSBAWM, E: La era de las revoluciones: 1879-1848. Barcelona,1991.
-
MARTÍNEZ CARRERAS, J.V: Introducción a la Historia Contemporánea. Madrid, 1989.
-
LUYKX, Th: La Belgique. Bruselas, 1972.
-
PALMER, R y COLTON, J: Historia Contemporánea. Madrid, 1971.
-
MAYER, A.J: La persistencia del Antiguo Régimen. Madrid, 1984.
-
HEARDER, H: Europa en el siglo XIX: 1830-1880. Valencia, 1973.
CHG