Krause, Karl Christian Friedrich (1781-1832).
Filósofo alemán, seguidor de Hegel y discípulo directo de Fichte y de Schelling en Jena, nacido el 6 de enero de 1781 y fallecido el 27 de diciembre de 1832.
Enseñó en Berlín, Gotinga y Munich. Entre sus obras se hallan: Lecciones sobre el sistema de la filosofía (1828), Lecciones sobre las verdades fundamentales de la ciencia (1929), Intuiciones o doctrinas para un más alto desarrollo de la vida humana (1902), Lecciones de estética (1882), Sistema de estética (1882), Fundamentos del derecho natural, y Sistema de moral.
Su filosofía es conocida como «panenteísmo» o filosofía de «todo-en-Dios». Toda su especulación gira en torno al Absoluto. El estudio sobre el Absoluto puede hacerse siguiendo dos métodos: analítico y sintético. El método analítico (de resonancias kantianas), parte de la consideración del yo, que se define como el conocimiento, el sentimiento y la voluntad, y tiene como objetivo llegar a Dios, Ser Absoluto. De Dios -y ésta es ya la puesta en marcha del método sintético y objetivo-, a quien Krause concibe como aseidad y totalidad reunidas en una esencia, devienen todos los seres. La característica de su pensamiento depende del modo de entender la esencia divina por parte de Krause: la esencia de Dios ni es condicionada ni limitada; por tanto, abarca al Universo en su conjunto. Dios es el conjunto de todos los seres. Dios se desarrolla en los seres (panenteísmo). Los seres existentes son derivaciones de la divinidad, y esta derivación se concreta en espíritu y materia. Estamos en un panteísmo, si bien él saldrá al paso explicando que el mundo, en su finitud, se desarrolla en la infinidad de Dios, como progresiva e inagotable explicitación de la unidad orgánica originaria. En este concepto de «unidad orgánica» se encuentra el centro unificador de todo el sistema krausiano en el que se articulan las «filosofías segundas», especialmente filosofías del derecho y de la estética.No obstante, lo más importante de su obra es la ética, la filosofía de la historia y su concepción de la sociedad. Se puede decir que el pensamiento de Krause es un idealismo aderezado con exigencias pietistas. Esto fue lo que llamó la atención de Sanz del Río para introducirlo en España. En este país, lo que se pretendió fue desplegar las posibilidades culturales que encierra el ideario de Krause, lo cual dio lugar a lo que se conoce como krausismo español.