Josefa Jovellanos (1745-1807): La Poetisa Asturiana que Luchó por la Educación y la Espiritualidad
Josefa Jovellanos (1745-1807): La Poetisa Asturiana que Luchó por la Educación y la Espiritualidad
Josefa Jovellanos, nacida en 1745 en Gijón y fallecida en la misma ciudad en 1807, es una figura emblemática de la historia de Asturias y de la literatura española. Hermana del célebre Gaspar Melchor de Jovellanos, destacó no solo por su obra literaria sino también por su profundo compromiso con la educación y la vida espiritual. Su existencia estuvo marcada por el amor a las letras, su dedicación a la formación de las jóvenes y su ingreso a la vida religiosa, donde alcanzó una importante relevancia.
Orígenes y contexto histórico
La familia Jovellanos fue una de las más influyentes de la época en Asturias, y Josefa, como miembro de ella, tuvo una educación esmerada que la inclinó hacia la literatura y las humanidades. Hija de una familia noble, creció en un ambiente donde la cultura era altamente valorada, y aunque su hermano Gaspar Melchor es más reconocido históricamente, la figura de Josefa merece un lugar destacado en la historia de la cultura española.
Josefa Jovellanos fue conocida principalmente por su apodo, «La Argandona», debido al nombre de su esposo, Domingo González de Argandona. La vida de la poetisa estuvo influenciada por su entorno familiar y social, donde el contacto con figuras relevantes de la época, como el conde de Campomanes, dejó una huella importante en su desarrollo intelectual y creativo.
Logros y contribuciones
A lo largo de su vida, Josefa Jovellanos se dedicó al fomento de las letras y la cultura. Aunque su obra literaria no alcanzó la fama de la de su hermano Gaspar Melchor, su poesía escrita en bable asturiano, un dialecto propio de la región, tiene un valor histórico significativo. En 1839, se publicó su obra poética, que fue escrita en un contexto en el que el bable comenzaba a ser reconocido como un lenguaje literario válido.
Además de su trabajo como poetisa, la vida de Josefa estuvo marcada por su dedicación a la educación. Tras la muerte de su esposo en 1784, se retiró a Oviedo, donde se consagró a la vida espiritual. En 1793, decidió ingresar a la orden de las agustinas, tomando el nombre de sor Josefa de San Juan. Su compromiso con la educación de las niñas huérfanas fue uno de los aspectos más relevantes de su vida religiosa, y en 1794 fundó un colegio para este fin. A través de este colegio, ofreció formación a jóvenes que de otro modo no habrían tenido acceso a una educación adecuada, contribuyendo a la mejora de la sociedad asturiana en su época.
Momentos clave en su vida
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Matrimonio con Domingo González de Argandona: Su vida estuvo marcada por el matrimonio con un hombre influyente en la política asturiana, lo que le permitió establecer contactos con figuras destacadas como el conde de Campomanes.
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La mudanza a Madrid: Gracias al cargo de su esposo como procurador del Principado en la corte, vivió en Madrid, donde disfrutó de una vida social activa, vinculada con la nobleza y la cultura.
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La muerte de su esposo: En 1784, la muerte de su esposo marcó un giro en su vida, llevándola a dedicarse por completo a la vida espiritual.
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Ingreso en las agustinas: En 1793, ingresó en la orden religiosa, donde adoptó el nombre de sor Josefa de San Juan. Esta etapa marcó el comienzo de su labor educativa y de servicio a la comunidad.
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Fundación de un colegio: En 1794, un año después de tomar los votos, fundó un colegio destinado a la educación de niñas huérfanas, una obra que le permitió dejar una huella duradera en la sociedad asturiana.
Relevancia actual
Aunque Josefa Jovellanos no goza de la misma notoriedad que su hermano Gaspar Melchor, su legado sigue siendo relevante hoy en día. Su poesía, aunque escrita en bable, es un testimonio de la riqueza literaria de Asturias en el siglo XVIII y XIX. Además, su dedicación a la educación de niñas huérfanas y su vida religiosa marcan un ejemplo de altruismo y compromiso social que sigue siendo admirado.
El colegio que fundó sigue siendo un símbolo de su dedicación a la formación de las generaciones futuras, y su obra literaria, aunque limitada en su difusión, ha servido como fuente de inspiración para quienes valoran el uso de las lenguas regionales en la literatura.
Su vida ejemplar como mujer de letras, esposa, madre y religiosa ha sido reconocida en diversos estudios sobre la historia de Asturias y la figura femenina en la literatura española. Así, su nombre ha sido rescatado del olvido, y hoy se reconoce su contribución a la cultura asturiana y española.
Obras de Josefa Jovellanos
Aunque la mayor parte de su obra permanece inédita, su legado literario incluye una serie de cartas dirigidas a su hermano Gaspar Melchor y al rey Carlos IV. Además, su contribución en forma de crónicas, como una relación de las exequias del rey Carlos III, es un valioso testimonio de su época.
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Poemas en bable: Su obra poética fue publicada póstumamente en 1839.
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Cartas a su hermano Gaspar Melchor de Jovellanos: Estas cartas muestran una faceta personal e intelectual de la poetisa.
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Cartas al rey Carlos IV: En estas cartas, Josefa expresa sus pensamientos y opiniones sobre diversos temas políticos y sociales.
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Relación de las exequias por el rey Carlos III: Un documento que refleja su interés por los asuntos públicos y su conexión con la corte.
Conclusión
Josefa Jovellanos fue una mujer excepcional que destacó no solo por su talento literario, sino también por su compromiso social y su dedicación a la educación y la espiritualidad. Su vida, marcada por momentos de amor, pérdida y servicio, deja una huella indeleble en la historia de Asturias y en la literatura española. A través de su poesía, su obra educativa y su vida religiosa, Josefa se erige como un ejemplo de mujer comprometida con su tiempo y su entorno, cuyo legado sigue siendo relevante hoy en día.
MCN Biografías, 2025. "Josefa Jovellanos (1745-1807): La Poetisa Asturiana que Luchó por la Educación y la Espiritualidad". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/jovellanos-josefa [consulta: 17 de junio de 2025].