Ibárruri Gómez, Dolores, «Pasionaria» (1895-1989).
Dirigente comunista española, más conocida como Pasionaria, nacida en Bilbao el 9 de diciembre de 1895 y fallecida el 12 de noviembre de 1989.
Nació en la cuenca minera próxima a Bilbao, en el seno de una familia de mineros. Desde edad temprana se implicó en las luchas obreras del País Vasco, decantándose por la militancia comunista. Cuando el 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República, Ibárruri se trasladó a Madrid. Durante el régimen republicano fue encarcelada en varias ocasiones por sus actividades políticas. En este período fue escalando progresivamente en el escalafón directivo del Partido Comunista de España (PCE)(PCE). Ocupó diversos puestos en el Comité Central y en la Ejecutiva de dicho partido. A la par que ascendía en el organigrama del PCE, Ibárruri fue ganando una popularidad que la convertiría en una de las principales figuras del comunismo español.
Sus tareas dentro del partido eran sobre todo de cariz propagandístico, ya que destacaba como oradora y agitadora de las masas obreras. En las elecciones de febrero de 1936, obtuvo el acta de diputada por Asturias y llegó a ocupar la Vicepresidencia del Congreso. En las sesiones en las que participó, despuntó por su encendida oratoria muy al estilo soviético y por la agresividad y apasionamiento de sus palabras. De estas sesiones destaca una discusión encarnizada con el jefe derechista Gil Robles, que muchos trataron de convertir en una amenaza de muerte.
Cuando el 18 de julio de 1936 se conoció en Madrid la sublevación de las tropas de Marruecos, Dolores Ibárruri se dirigió por radio al pueblo español. Desde el Ministerio de la Gobernación, a través de los micrófonos de Unión Radio, la que ya ostentaba el sobrenombre de Pasionaria pidió a todos los trabajadores españoles su apoyo para defender la República. En su discurso pronunció el que sería uno de los principales eslóganes de la defensa de la República: No pasarán. Su labor propagandística se multiplicó desde el inicio del enfrentamiento, dirigiéndose principalmente a las mujeres y a los soldados. Obtuvo un gran éxito en su objetivo de reclutar el mayor número de voluntarios para engrosar las milicias comunistas.
Conforme avanzaba la guerra, Ibárruri siguió su ascensión en la estructura ejecutiva del Partido Comunista. Un batallón de las milicias de las Juventudes Socialistas Unificadas fue bautizado con su nombre y se le concedió el título de comandante de honor del 5° Regimiento. También participó, junto con André Marty y Palmiro Togliatti, en el comité comunista que trataba de conseguir ayudas para la España republicana. Sin embargo, su relación extramatrimonial con Francisco Antón le atrajo la crítica de algunos sectores dirigentes de su partido, que no aceptaban sus amoríos con un burócrata de la organización, mucho más joven que ella.
Cuando ya la guerra estuvo prácticamente perdida, Ibárruri ofreció al presidente Juan Negrín todo el apoyo del Partido Comunista a cambio de mantener la lucha hasta las últimas consecuencias. Confiaba en la intervención de las democracias europeas contra el franquismo. Pero la pretensión comunista de resistir hasta la extenuación (particularmente en el frente de Madrid) se evaporó con la creación del Consejo Nacional de Defensa de Segismundo Casado, jefe militar de la defensa de la capital, que se oponía a los planes de resistencia a ultranza del presidente Negrín.
Dolores Ibárruri inició su exilio en marzo de 1939, junto a otros destacados dirigentes comunistas. Su primer destino fue Orán, para más tarde trasladarse a Marsella y París. En la capital francesa residió durante algún tiempo. Allí participó en las reuniones de la Diputación Permanente de las Cortes republicanas en el exilio, ocupando su vicepresidencia. Al poco tiempo se trasladó definitivamente a Moscú, donde ya vivían sus hijos. En el período de su exilio, Ibárruri continuó llevando a cabo una activa vida política, sobre todo en el ámbito propagandístico. Al ser nombrada Secretaria General del Partido Comunista de España, con el apoyo de la Internacional Comunista, tuvo la posibilidad de entrevistarse con las más importantes figuras del movimiento antifascista internacional. Más tarde llegó a ser proclamada Presidenta del partido, a la edad de sesenta y cinco años. Recibió el reconocimiento de las autoridades rusas: fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad de Moscú y se le concedió la Orden de Lenin (1965) y el Premio Internacional de la Paz (1964). En 1962 se le concedió la nacionalidad soviética.
En 1977, después de treinta y ocho años de exilio, regresó a España. Tuvo tiempo de volver a obtener el acta de diputada para las Cortes democráticas, de nuevo por Asturias. En los últimos años de su vida siguió muy vinculada a la dirección del PCE. Dolores Ibárruri murió en 1989. Entre sus muchos escritos, destacan sus El único camino y Me faltaba España.
Dolores Ibárruri, voz original.
Bibliografía
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ESTRUCH, Joan. Historia del PCE, 1920-1939. Madrid, 1978.
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VÁZQUEZ MONTALBÁN, Manuel. Pasionaria y los siete enanitos. Barcelona, 1995.