Herrera, Vasco (¿-1531).


Conquistador español nacido en Trujillo (Cáceres) en fecha desconocida y muerto en Trujillo (Honduras) en 1531. Fue alcalde de Trujillo y gobernador de Honduras a la muerte de López de Salcedo, conjuntamente con Cereceda. Fue asesinado en Trujillo el año 1531.

De condición hidalga, pasó a Indias y participó en las conquistas de Nicaragua y Honduras, y se radicó finalmente en Trujillo, donde fue nombrado regidor y alcalde. Al morir el gobernador titular Diego López de Salcedo fue designado su sucesor por el Cabildo, pero sobrevino un pleito, ya que López de Salcedo había dejado el gobierno a Andrés de Cereceda. Protestó este último y se decidió que ambos, Cereceda y Herrera, actuasen conjuntamente como gobernadores, en espera de resolución real. Por si las cosas no estuvieran suficientemente complicadas, se presentó ante el Cabildo Diego Méndez de Hinestrosa, alegando que también había sido nombrado por el gobernador fallecido. Este Diego Méndez había sido anteriormente capitán de Herrera.

Los dos gobernadores entraron en discordia por el reparto de unos indios de López de Salcedo. Vasco Herrera los quería para sí, para su hermano Diego Díaz de Herrera y para sus amigos, mientras que Cereceda los quería para él y los suyos. Se hizo un reparto con el que no estuvieron de acuerdo ninguno de los dos. Herrera y su hermano se enemistaron luego con el alguacil mayor Juan de Cabrera y con el alcalde Francisco López. Éstos, con apoyo de algunos seguidores, proyectaron abandonar la tierra e irse a Guatemala. Surgió entonces un levantamiento de los indios de unas minas de oro, donde los naturales habían sido tratados cruelmente. Los guerreros del cacique Peicacura mataron a tres españoles, dos de ellos encomenderos. Cereceda estaba ausente, y Vasco de Herrera no les castigó oportunamente, lo que permitió un alzamiento general. Vasco decidió finalmente dirigir los naturales junto con su hermano y algunas autoridades del Cabildo. Penetró en el territorio rebelde y anduvo cinco meses persiguiendo a los alzados, aunque sin grandes resultados, como se lo hicieron saber sus amigos, el alcalde Francisco Pérez y el regidor Juan López de Gamboa. Surgió de esto una enemistad, que afloró al regresar a la villa, la cual se acentuó más aún cuando Vasco intervino para que no se nombrase alcalde aquel año a Francisco Pérez, sino a un pariente suyo. Pérez se puso en contacto con Méndez y otros enemigos de Vasco y logró que el Cabildo aprobase una resolución pidiendo el fin del mandato bicéfalo, que traía tantos males a la tierra. Los gobernadores prometieron mejorar sus actuaciones.

La tensión fue reavivada nuevamente por Diego Méndez, a quien pretendió apresar Vasco de Herrera. Méndez pidió amparo en una iglesia y Vasco no pudo detenerle. El 8 de octubre de 1531 ocurrió un alboroto callejero con gritos de “¡Viva el Rey!”. Salió Cereceda con la vara de justicia y vio a Vasco de Herrera moribundo en el suelo de la calle. No pudo hacer nada porque los amigos de Méndez, que habían perpetrado el asesinato, lo apresaron, imponiendo luego el gobierno despótico. Cereceda logró liberarse de su prisión finalmente y prender a su vez a Méndez, que fue ajusticiado por sus tiranías.

Bibliografía

  • FERNÁNDEZ DE OVIEDO, G. Historia General y Natural de las Indias. Madrid, B.A.E., 5 t.

MLS