Antonio Hernández Palacios (1921-2000). Maestro del cómic español y viajero infatigable

Antonio Hernández Palacios (1921-2000) fue un prolífico y destacado autor de historietas español, cuya obra marcó un hito en la evolución del cómic en España y trascendió fronteras. Nacido en Madrid el 16 de junio de 1921, Palacios desplegó su talento durante décadas, creando obras que fusionaban un profundo sentido artístico con un rigor narrativo excepcional. Su legado incluye historietas emblemáticas que no solo retratan momentos históricos cruciales, sino que también abordan los dilemas humanos universales con gran sensibilidad.

Orígenes y contexto histórico

Desde muy joven, Antonio Hernández Palacios se sintió atraído por las artes gráficas. Poco antes del estallido de la Guerra Civil española, aprendió la técnica de la litografía, lo que supuso su primera incursión en el mundo de las artes visuales. Tras el conflicto, se dedicó al diseño de carteles cinematográficos, un medio que le permitió explorar su creatividad y consolidar un estilo visual que lo acompañaría durante toda su carrera. Estos trabajos de publicidad representaron su primera aproximación a la ilustración profesional, y aunque solo esporádicamente realizó cómics en revistas como Chicos o para la prestigiosa Editorial Valenciana, su talento pronto lo llevaría a otros horizontes.

La década de los cuarenta y cincuenta fue testigo de la consolidación de la historieta como vehículo narrativo en España. Sin embargo, el verdadero despegue de Hernández Palacios como autor de cómics llegó años más tarde, en un momento en que el cómic español comenzaba a diversificarse y a buscar nuevas formas expresivas. La experiencia que acumuló durante esos primeros años en la publicidad y la ilustración le sirvió para dotar a sus obras de una fuerza gráfica inconfundible.

Logros y contribuciones

La carrera de Antonio Hernández Palacios es una suma de logros que reflejan tanto su capacidad de adaptación a diferentes géneros como su pasión por la historia y la aventura. Su obra destaca por la combinación de un estilo detallado, casi barroco, y un tratamiento narrativo dinámico y envolvente.

Uno de sus aportes más destacados fue la serie Manos Kelly, iniciada en 1970 para la revista Trinca. Esta obra representa una de las cumbres del cómic español y un ejemplo de cómo Hernández Palacios supo aunar historia, aventura y compromiso social. Ambientada en el Oeste americano, poco después de la caída de El Álamo, la serie narra las peripecias de un descendiente de españoles que lucha por encontrar su lugar en un territorio donde confluyen los intereses de los colonos y los derechos de los pueblos indígenas. Con un trazo vigoroso y un colorido contrastado, la serie destaca por su profunda humanidad y su capacidad para retratar personajes complejos y realistas.

La pasión de Hernández Palacios por la historia se manifiesta igualmente en El Cid, considerada por muchos como una de las grandes obras maestras del cómic español. En esta serie, el autor recrea con minuciosidad la época medieval y rinde homenaje a uno de los personajes más emblemáticos de la cultura hispana, desplegando un inmejorable sentido estético y un ritmo narrativo que cautiva al lector.

Además de estas obras, Hernández Palacios colaboró con el guionista francés Jean-Pierre Gourmelen en la célebre serie Mac Coy, iniciada en 1974. Ambientada en el universo del western, esta saga se convirtió en uno de los títulos más populares de su carrera y fue publicada con notable éxito en varios países europeos. La unión de su talento gráfico con los guiones de Gourmelen dio como resultado un relato épico que revitalizó el género y consolidó a Hernández Palacios como uno de los grandes referentes del cómic europeo.

Momentos clave

La trayectoria de Antonio Hernández Palacios se caracteriza por varios hitos y obras fundamentales que lo consolidaron como uno de los dibujantes más influyentes de su generación. A continuación, se destacan algunos de los momentos más significativos de su carrera:

  • 1940-1950: Trabajos en carteles cinematográficos y esporádicas colaboraciones en revistas como Chicos y la Editorial Valenciana.

  • 1970: Inicio de la serie Manos Kelly en la revista Trinca, que supuso su consagración en el ámbito de la historieta.

  • 1974: Asociación con Jean-Pierre Gourmelen para la creación de Mac Coy, serie que obtuvo gran repercusión internacional.

  • Años 80: Desarrollo de una saga sobre la Guerra Civil española, con los títulos Eloy, Río Manzanares y Euskadi en llamas.

  • 1981: Publicación de Roncesvalles, una incursión en la temática medieval que reflejó su pasión por la historia.

  • 1982: Adaptación al cómic de Les chants de Maldoror para la revista francesa Metal Hurlant.

  • Años 80 y 90: Continuación de la serie Mac Coy y realización de otros proyectos vinculados al cómic histórico.

Estos momentos definen no solo su versatilidad como artista, sino también su inquebrantable compromiso con el arte de narrar a través de la imagen.

Relevancia actual

La figura de Antonio Hernández Palacios sigue vigente hoy en día como referente indiscutible en la historia del cómic español y europeo. Su influencia se percibe en la obra de numerosos autores contemporáneos que han bebido de su estilo expresivo y de su capacidad para dotar de realismo y emoción a las viñetas.

Sus historietas no solo han resistido el paso del tiempo, sino que han encontrado nuevas generaciones de lectores que valoran la profundidad narrativa y el tratamiento humano de sus personajes. La serie Manos Kelly continúa considerándose un ejemplo de cómo un cómic puede trascender los límites del entretenimiento para convertirse en un testimonio histórico y cultural. Por su parte, la saga de El Cid es una puerta de entrada a la historia medieval española para muchos jóvenes lectores.

La vigencia de Hernández Palacios también se refleja en la publicación de reediciones de sus principales obras, lo que ha permitido acercar su legado a un público más amplio. Estas nuevas ediciones destacan la calidad de su trazo y la riqueza de sus guiones, reafirmando el lugar privilegiado que ocupa en la tradición del cómic europeo.

Su estilo gráfico, caracterizado por un trazo barroco y una paleta de colores contrastada, sigue siendo objeto de estudio y admiración en escuelas de arte y foros especializados. Además, su visión humanista y su interés por las grandes epopeyas históricas convierten sus obras en un material indispensable para quienes buscan comprender la evolución de la historieta como medio de expresión artística.

Bibliografía

  • AA.VV. Historia de los comics. (Barcelona: Toutain Editor, 1982).

  • AA.VV. Tebeos: los primeros 100 años. (Madrid: Anaya, 1996).

  • GAUMER, Patrick y MOLITERNI, Claude. Diccionario del cómic ilustrado. (Barcelona: Larousse, Planeta. 1996).

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Antonio Hernández Palacios (1921-2000). Maestro del cómic español y viajero infatigable". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/hernandez-palacios-antonio [consulta: 15 de junio de 2025].