Barbieri, Giovanni Francesco o «Guercino» (1591-1666).
Pintor italiano nacido el 8 de febrero de 1591 en Cento, cerca de Ferrara (Emilia-Romaña) y muerto el 22 de diciembre de 1666 en Bolonia. Su verdadero nombre era Giovanni Francesco Barbieri, mientras que su apodo Il Guercino (‘El Bizco’) proviene de su defecto físico.
Recibió sus primeros estudios de técnica pictórica en su tierra natal, aunque formalmente su estilo proviene de Bolonia, especialmente de la obra de Ludovico Carracci. Sus primeros trabajos, como la Madonna gloriosa con santos y un dador (1616; Museo Real de Bellas Artes, Bruselas) son grandes de forma, poseen fuertes colores y brochazos vigorosos. Su método de usar luces y sombras no tiene nada que ver con el descubrimiento técnico de Caravaggio, sino que deriva de Bolonia y Venecia, ciudades que Guercino visitó en 1618.
En 1621 viajó a Italia, donde jugó un importante papel en la evolución del Barroco romano. Entre otros muchos encargos, decoró el Casino Ludovisi; el fresco principal, Aurora, en el techo del gran salón, es un trabajo impregnado de un espíritu romántico, pintado para que parezca que no existe el techo de la estancia, y así el espectador puede ver el carro de la Aurora moviéndose hacia fuera del edificio. Con todo, ésto revela realmente algún aspecto de la crucial experiencia de su estancia en Roma: su contacto con el secretario privado del papa Gregorio XV, monseñor Agucchi, un defensor acérrimo del clacisimo de Annibale Carracci en detrimento del estilo romano. Guercino, de todos modos, parece que intentó crear su propio estilo conforme con los principios de Carracci, esfuerzo especialmente visible en su Santa Petronila (1621; Museo Capitolino, Roma). A la muerte de Gregorio XV en 1623, Guercino abrió un estudio en Cento. Entonces, tras la muerte de Guido Reni en 1642 (cuya posición en Bolonia, así como la de Annibale Carricci, había sido inamovible), se marchó a esta ciudad, en la cual fue el pintor más importante hasta su muerte.
Uno de los últimos trabajos de Guercino, como Abraham sacando a Hagar y a Ismael (1657-1658; Galería de Pintura Brera, Milán), son de ejecución admirable, aunque otros pueden parecer endebles o sensibleros.
Sus obras más notables son: Lot y sus hijas; Jesucristo en pie bendiciendo a los espectadores; La resurrección de Lázaro; El arrepentimiento de San Pedro; San Pedro en oración; San Pablo; La degollación de San Juan; San Jerónimo; San Francisco de Asís; Circe; Retrato del Guercino, en París; San Gerónimo escribiendo, en el museo de Parma; San Guillermo; San Bruno; San Pedro de Verona, en el museo de Bolonia; El milagro de San Pedro; San Sebastián; San José; Apolo y Marsias, en Florencia; Ángeles recogiendo los instrumentos de la pasión; Santo Tomás, en el museo del Vaticano; Martirio de Santa Inés; El hijo pródigo; Endimion; Tancredo y Herminia; San Pablo; Sansón; Santa Petronila, en Roma; Magdalena, en Nápoles; La pintura; San Pedro sacado de la prisión; Magdalena en el desierto; Susana en el baño, en Madrid; Cristo muerto, en Londres; La Fe, en Londres; Ex-voto, en Bruselas.