Giulio o Julio Romano (1492-1546).


Arquitecto, decorador y pintor italiano, cuyo nombre auténtico fue Giulio Pippi, si bien es más conocido por el sobrenombre Julio Romano, por ser ésta su ciudad de procedencia. Allí nació en 1492 y murió en Mantua en 1546.

Fue el discípulo favorito de Rafael, con el que colabora en algunas obras como el cuadro de La Sagrada Familia de Francisco I, o desde 1515, en la realización de la Estancia del Incendio del Borgo, en las logias del Vaticano y en la galería de Pisque en la Farnesina. Después de la muerte del maestro, se hace cargo de la realización de los frescos de la Sala de Constantino, siguiendo el proyecto de Rafael.

Como pintor, sin la tutela de su maestro, en Roma realiza obras importantes como la Conversación Sagrada de Santa María dell’Anima, la Lapidación de San Esteban o la Virgen de la Gata. En esta ciudad inicia también su labor como arquitecto. Sin embargo, sus mejores obras y su más importante producción está ligada a la ciudad de Mantua, donde conoce a Federico II Gonzaga a través de Baltasar de Castiglione, en 1524. Federico II le nombra prefecto general en sus talleres artísticos, lo que le permite desarrollar una intensa campaña de proyectos urbanísticos y de construcciones religiosas y civiles, el Mercado del pescado en 1535, la Catedral, a excepción del ábside y la fachada, en 1545, y el propio Palacio, en 1544, donde realiza la Sala de Troya y la Sala de los Caballos. La imagen de la ciudad quedará marcada por sus realizaciones. Pero su obra maestra, sin duda, fue el Palacio de Té, realizado entre 1524 y 1535, residencia de recreo de la corte de Mantua. En él no sólo realiza el proyecto de arquitectura, sino todo su programa decorativo, tanto de pintura al fresco como de estuco.

Julio Romano junto con Peruzzi, supone la alternativa más anticlásica del Manierismo. Ellos son los encargados de alterar la sintaxis del lenguaje clásico del Alto Renacimiento. En su Palacio de Té, Romano aprovecha tipológicamente las experiencias desarrolladas en las diferentes villas romanas. En planta se proyecta un cuerpo rectangular, en torno a un patio, que supone la parte de palacio, unido a un complejo jardín, con un patio semicircular terminado en una gran pérgola. Esta inspiración la toma de la Villa Madama de Rafael (Véase Rafael). Lo más importante y novedoso, en este complejo, es la manera en que está concebido proyectualmente. Los palacios construidos hasta ese momento tenían cuatro alzados idénticos, Romano propone cuatro alzados distintos, cada fachada será diferente con un carácter distinto, una en forma de logia, otra en pórtico, etc. Desarrollo impensable según el modelo clásico.

La fachada que se abre al patio del palacio, se dispone en forma de gran logia, con arcos de medio punto, alternados y soportados por pares de columnas toscanas y pilastras, que la confiere un ritmo muy clasicista. Esta zona contrasta con la gran pérgola semicircular enfrentada. El patio se remata con columnas fajadas. Este desarrollo se complementa con elementos de contraste, como es la alternancia de elementos a la rústica y elementos perfectamente pulidos.

El jardín es una de las grandes realizaciones del artista, en él va a desarrollar una decoración ilusoria y cambiante, inspirada en el clasicismo de Rafael. Su desarrollo trasmite la sensación de un mundo complejo y suntuoso reforzado por el carácter cambiante de la arquitectura.En el Patio de la Mostra, picadero del palacio de Té, el sistema anticlásico desarrollado en todo el palacio, se lleva su máximo límite, no va a existir en todo el patio un solo elemento que corresponda a la norma marcada por Vitrubio, incluso llega a la utilización de diferentes materiales en su ejecución. Se divide en dos pisos bajos y un ático. El piso inferior queda a su vez divido en dos, mediante una cinta o cornisa que lo recorre, interrumpida de tramo en tramo por ménsulas que reciben el peso de las columnas salomónicas situada en el piso superior. Establece una variación rítmica, mediante la alternancia de vanos de diferentes formas, dos hileras de ellos son adintelados y los otros dos de medio punto. El almohadillado y las dovelas se alternan a la rústica y perfectamente acabados. A la vez que aparecen elementos constructivos nuevos, como son las columnas salomónicas, que en vez de descansar en el suelo, lo hacen en ménsulas y que sustentan un friso de triglifos y metopas, según la teoría de los órdenes este friso es propio del orden dórico.

La oposición al clasicismo desarrollada por Julio Romano, se fundamenta en la utilización de elementos clásicos pero apartados del lenguaje que le es propio, desarrolla una sintaxis antinormativa. El resultado de ello es una arquitectura más rica, más variada, más cambiante, que la desarrollada por el clasicismo.

En el palacio de Té, también proyecta todo el programa decorativo, realizado por su mano en muchos de los casos. Los temas desarrollados en esta decoración giran en torno a dos ideas: las pasiones amorosas, a la que alude el fresco de Historias de Psique, y las virtudes de Federico II Gonzaga, quien en la Sala de los Gigantes, quiso que fuera explicada su propia fidelidad a la autoridad de Carlos V, expresada por Julio Romano mediante una visión fantástica y angustiada del castigo de los titanes rebeldes. El estilo enfático y extravagante de este ciclo de frescos, poblado de formas desconcertantes y recorrido por sombras luminosas, se transformó en uno de los paradigmas de la cultura europea.

Giulio Romano. Jardín del Palacio de Té.
Giulio Romano. Terrazas del jardín del Palacio de Té.

Bibliografía

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