Gaya Pomes, Ramón (1910-2005).
Pintor y poeta español nacido en Murcia el 10 de octubre de 1910 y fallecido en Valencia el 15 de octubre de 2005, que está considerado uno de los creadores españoles más destacados del siglo XX.
Incluido dentro de la Generación del 27, su obra se enmarca, por tanto, dentro del afán de renovación artística que sacudió a la juventud de los años veinte y treinta del siglo XX. En cuanto a su faceta como pintor, Gaya se incluye dentro del «grupo de Murcia», formado por pintores que, nacidos en dicha ciudad, marcharon a Madrid (Gaya fue allí, en el mismo 1927, becado por el ayuntamiento de su ciudad natal) y se integraron en el mundo cultural de la vanguardia; no obstante, sus referencias pictóricas fundamentales siempre fueron Tiziano, Rembrandt, Rubens y, sobre todo, Velázquez. Junto a Gaya, destacan en este grupo Pedro Flores y Juan Bonafé; con Flores y Luis Garay viajará posteriormente a París. La colaboración de Gaya con el mundo cultural nos la muestran su presencia en Verso y prosa desde 1928 o su participación, ya en tiempos de la República, en las Misiones Pedagógicas, un proyecto de instrucción popular, junto a Cernuda, Dieste y Antonio Sánchez Barbudo.
Hijo de un obrero anarquista, quien le introdujo en el mundo de la pintura, Ramón Gaya dejó la escuela a los diez años para dedicarse a pintar. Durante los años de la guerra ingresó en la Alianza Republicana por la Defensa de la Cultura y destacó dentro de la redacción de Hora de España, junto a Altolaguirre, Dieste, Gil-Albert y Zambrano, y preparó múltiples carteles, género casi obligado en aquellas circunstancias. En 1937, se exhibieron dos cuadros suyos en el pabellón español de la Exposición Universal de París: un retrato del poeta Juan Gil-Albert, que hoy se exhibe en el Museo de Arte Moderno de Barcelona, titulado Palabras a los muertos y Espanto. Bombardeo de Almería, obra por la que, al año siguiente, obtuvo el Premio Nacional de Pintura. Desde el final de la Guerra Civil, tras perder a su mujer durante un bombardeo acaecido en Figueras en 1939 y pasar por la dura experiencia del campo de prisioneros francés, vivió exiliado en México, donde colaboró en algunas de las revistas de los exiliados españoles, tales como Romance, Tallero y El Hijo Pródigo.
A partir de 1952, inició un paulatino retorno a Europa, primero a París y Venecia y, desde 1956, a Roma. Su primer viaje a España se producirá en 1960, con motivo de una exposición en la Galería Mayer que pasó desapercibida, pues el ascetismo de su obra no tenían nada que ver con el expresionismo que entonces se imponía en la pintura española. En 1974 abrió un estudio en Valencia y , desde 1978, se suceden las exposiciones. En 1985 se le concede la Medalla de Oro a las Bellas Artes y cinco años después se inauguró en Murcia, su ciudad natal, un Museo que lleva su nombre.
Su obra pictórica destaca desde los mismos inicios en cuadros como La silla (1922) o Retrato de su padre (1926), en el que une al realismo, el uso de técnicas de carácter cubista. Tras el paréntesis de los primeros años del exilio, que suponen un remanso en su trayectoria, la obra de Gaya se interioriza a partir de los años cincuenta dando lugar a motivos cotidianos, interiores y naturalezas muertas pintados como algo vivido, como parte del mundo personal del autor. Tal es el caso del Homenaje a Corot de 1948.
A su retorno a España, su obra pasa desapercibida y será, incluso, tachada de academicista. Será preciso que llegue el afán por los redescubrimientos en los años setenta para que la figura de Gaya se reivindique. Su obra literaria se encuentra en buena parte relacionada con su actividad pictórica, tal es el caso de Velázquez, pájaro solitario (1969) o de los numerosos ensayos sobre temas pictóricos y literarios que recogen sus Obras completas, publicadas entre 1990 y 1992, y en los que destaca el cuidado por la calidad de la prosa. También son suyos Diario de un pintor (1952-1953); Nuevos sonetos del diario de un pintor (1940-1979), ambos de 1984, y Algunos poemas del pintor Ramón Gaya (1991).
En diciembre de 1997 le fue concedido el Premio Nacional de Artes Plásticas. El 16 de abril de 1999 recibió la investidura como doctor honoris causa por la Universidad de Murcia, en reconocimiento a su destacada vinculación con esa tierra y su Universidad, así como por sus facetas como pintor y escritor. Ese mismo año fue galardonado con el I Premio Julián Besteiro de las Artes y las Letras «por su incuestionable labor artística y literaria, a la que se añade su trayectoria ética, personal y profesional«. El 9 de mayo de 2002 recibió el I Premio Velázquez de Artes Plásticas, convocado por primera vez por el Ministerio de Educación y Cultura, «por la hondura de su trayectoria pictórica, su fidelidad a una estética y su producción en México durante 14 años«.
Bibliografía
-
V. BOZAL, Arte del siglo XX en España (Madrid: 1995).