García Corrales, Diego (1961-2001).
Atleta español, nacido en Azkoitia (Guipúzcoa) el 12 de octubre de 1961 y fallecido en Azpeitia (Guipúzcoa) el 31 de marzo de 2001. Inició su carrera deportiva como fondista de larga distancia en las modalidades de 10.000 metros y cross, hasta que en 1989 decidió cambiar de especialidad y dar el salto a la prueba más dura del atletismo, el maratón. No llegó a ser el más brillante de la exitosa escuela de maratonianos españoles que comenzaba a formarse por aquellos años pero sí fue uno de los hombres más metódicos, humildes y disciplinados del atletismo nacional. Su repentina muerte, víctima de un fallo cardiaco mientras entrenaba en las pistas del circuito que lleva su nombre en la localidad guipuzcoana de Azpeitia, causó una conmoción generalizada en el mundo del deporte.
Debutó en las pruebas de maratón con una marca de 2h.13’48» sobre 42 km.195 metros, la segunda posición en la prueba clásica de San Sebastián y un futuro prometedor a pesar de haber alcanzado la elite de la competición a una edad tardía. En su primera cita olímpica en Barcelona’92 consiguió ser noveno en la meta del estadio de Montjuich y formar parte del equipo español de maratón que, sólo dos años más tarde, consiguió brindar a los aficionados una de las gestas más importantes del atletismo y una de las escenas más emotivas del deporte nacional. Martín Fiz, Diego García y Alberto Juzdado subieron al podio, por este orden, en los Campeonatos de Europa de Helsinki y colocaron a España a la cabeza de las potencias mundiales del maratón. Nunca antes, tres atletas de un mismo país se habían colgado las tres medallas de la prueba reina en una competición continental. Desde entonces, la cantera de atletas de esta especialidad ha cosechado algunos de los éxitos más importantes en los circuitos de todo el mundo. En 1997, el equipo nacional de maratón vio reconocido su mérito con la concesión del Premio Príncipe de Asturias de los Deportes.
Antes de los Juegos, García ya había participado en las citas más importantes del calendario internacional. En 1991 consiguió la decimocuarta posición en los Mundiales de Tokio y la vigesimotercera en la Copa Maratón londinense. Tras el debut olímpico, obtuvo la décima plaza en San Sebastián y un excelente concurso en Japón, donde materializó su mejor marca con 2h.10’30».
Coronado ya subcampeón de Europa en 1994, fue un habitual de los maratones domésticos españoles y consiguió el primer puesto en Sevilla en 1995 y el segundo, dos años después, en la cita de la Ciudad Condal. También dejó huella de su veteranía y su profesionalidad en los concursos internacionales y firmo su último éxito en el año 2000 con el subcampeonato en el maratón de Seúl. En junio de aquel año y después de correr el maratón de Amsterdam anunció su retirada de la alta competición para seguir disfrutando de pruebas menos exigentes. Fiel a su compromiso con las carreras populares, en las que nunca negó su participación, compitió por última vez en la Behobia-San Sebastián. Cuando se preparaba para participar en el medio maratón Azcoitia-Azpeitia, una prueba que él mismo había organizado, sufrió un repentino paro cardiaco que acabó con su vida.