Figueroa y Alonso-Martínez, Eduardo de (1899-1960).


Arquitecto español, nacido en Madrid en el año 1899 y fallecido en la misma ciudad en el año 1960. Está considerado como uno de los introductores en nuestro país de la tendencia racionalista que surgió durante el primer cuarto del siglo XX en Europa. Este acercamiento a postulados vanguardistas tuvo su fin tras la Guerra Civil, siendo sustituido el enfoque experimental que caracterizó sus primeros trabajos por otro en la línea de la arquitectura historicista característica de las producciones arquitectónicas de la posguerra española.

Eduardo de Figueroa era hijo del Conde de Romanones y hermano de Agustín de Figueroa, alcalde de Madrid al finalizar la guerra civil. Criado en un ambiente de amor por el arte y la cultura, contrajo matrimonio con la artista Carmen Muñoz y Roca Tallada. Comenzó sus estudios de Arquitectura en la Escuela de Madrid, donde se licenció en el año 1923. Pronto comenzó a interesarse por las creaciones arquitectónicas racionalistas que durante el primer cuarto del siglo XX se extendieron entre los círculos creativos más vanguardistas de Europa. En 1929 pronunció una conferencia en la Residencia de Estudiantes de Madrid, cuyo tema fue «El procedimiento de trabajo en el arquitecto americano». Formó parte durante un breve periodo de tiempo del GATEPAC (Grupo de Arquitectos y Técnicos Españoles por una Arquitectura Contemporánea). Fue en el seno de esta institución donde Figueroa se despojó de sus influencias modernistas e historicistas para abrazar un racionalismo arquitectónico cuya visión personal plasmó en obras como su propia residencia (1936) ó su obra más popular, edificio de viviendas en la calle José Abascal (1935). Edificio de planta compleja, no se refleja en un alzado simétrico compuesto por tres piezas verticales, siendo la del centro un peto curvo con extremos avanzados sobre la fachada, retrocediendo fondo y laterales, quedando reducidos estos últimos a simples paños en la linde del solar que parecen torres. El efecto se consigue por la gran sombra de las terrazas y se refuerza al dejar sin cubrir la última planta, consiguiendo destacar los laterales del edificio. Transcurrida la Guerra Civil, formó parte del patronato del Museo Español de Arte Contemporaneo. Junto con el arquitecto Daniel Zabala consiguió el segundo premio del concurso de proyectos para el hipódromo de la Zarzuela.

AJMS