Alejandro Ferrant y Fischermans (1843-1917): El legado de un pintor académico y moderno de España
Alejandro Ferrant y Fischermans fue un destacado pintor español del siglo XIX y principios del XX, cuyo arte refleja una evolución desde el academicismo hasta el impresionismo. Nacido en Madrid el 9 de septiembre de 1843, Ferrant se formó en un entorno artístico privilegiado, gracias a su relación con su tío, el pintor Luis Ferrant Llausás. A lo largo de su carrera, Ferrant se destacó tanto en la pintura histórica como en el retrato, siendo especialmente reconocido por sus paisajes y su capacidad para trabajar con diversas técnicas como el óleo y la acuarela. Su vida y obra marcaron un antes y un después en el panorama artístico de la época, reflejando un estilo que fusionaba tradición y modernidad.
Orígenes y contexto histórico
Alejandro Ferrant nació en una época convulsa para España, marcada por el auge y declive de distintas corrientes artísticas. La España del siglo XIX vivió importantes cambios políticos, sociales y culturales, lo que impactó profundamente en el desarrollo de sus artistas. Ferrant comenzó su formación artística en un entorno familiar, siendo sobrino del pintor Luis Ferrant Llausás, quien fue una figura crucial en su desarrollo inicial. Bajo la tutela de su tío, Ferrant dio sus primeros pasos en la pintura, aprendiendo los fundamentos del arte académico, que dominaba en la época.
El arte académico estaba basado en la tradición clásica, lo cual fue determinante en la obra de Ferrant durante sus primeros años de formación. Posteriormente, su educación se complementó con estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, uno de los centros más prestigiosos de España. Allí, Ferrant destacó rápidamente, ganando premios en diversas asignaturas como Dibujo del Natural, Ropajes, Colorido y Composición, lo que demostró sus excepcionales dotes artísticas.
A medida que avanzaba en su formación, Ferrant se trasladó a Roma en 1874 como pensionado de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, lo que le permitió ampliar sus horizontes y conocer las últimas corrientes artísticas europeas. En la capital italiana, se sumergió en un ambiente artístico vibrante, donde se formó como pintor de gran renombre.
Logros y contribuciones
Durante su carrera, Alejandro Ferrant logró destacarse en varias disciplinas y técnicas pictóricas. Su habilidad para combinar el estilo académico con elementos más modernos y personales le permitió obtener un reconocimiento generalizado, especialmente en el ámbito de la pintura histórica y el retrato.
Uno de los primeros logros importantes de Ferrant fue su medalla de tercer lugar en la Exposición Nacional de 1864, obtenida por un retrato de su tío y maestro, Luis Ferrant Llausás. Este retrato es un testimonio de la destreza de Ferrant en el ámbito del retrato, una faceta que dominó con maestría. Sin embargo, sus aportes no se limitaron a esta técnica, sino que también exploró el campo de la pintura histórica, un área en la que alcanzó un notable éxito.
Uno de los momentos más destacados de su carrera fue su participación en la Exposición Nacional de 1866, donde presentó la obra San José con el Niño Dios, con la que obtuvo una medalla de segunda clase. Esta pintura le permitió consolidarse como un artista de gran renombre y comenzar a forjar su camino hacia la pintura histórica.
A su paso por Roma, Ferrant dejó una huella indeleble en la historia del arte con obras como San Sebastián en la Cloaca Máxima, que fue muy bien recibida en la Exposición de la Academia de Roma en 1877. Su éxito en Roma se coronó con la obtención de la Primera Medalla en la Exposición de 1878, lo que consolidó su estatus como uno de los pintores más destacados de la época. La obra La Disputa del Sacramento, pintada junto a Francisco Pradilla, es otro de los ejemplos de su capacidad para abordar temas históricos con gran maestría.
Momentos clave de su carrera
A lo largo de su vida, Alejandro Ferrant vivió momentos clave que marcaron el rumbo de su carrera artística. A continuación, se presentan algunos de los hitos más significativos:
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1864: Ferrant obtiene la tercera medalla en la Exposición Nacional con su retrato de Luis Ferrant Llausás.
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1866: En la Exposición Nacional de Cádiz, presenta San José con el Niño Dios y recibe la medalla de segunda clase.
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1874-1877: Ferrant recibe la beca para estudiar en Roma, donde crea San Sebastián en la Cloaca Máxima y participa con éxito en la Exposición de la Academia de Roma.
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1878: Obtiene la Primera Medalla en la Exposición Nacional por San Sebastián en la Cloaca Máxima.
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1880: Ferrant ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, consolidándose como un pintor de renombre.
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1882: Obtiene la primera medalla en la Exposición Nacional con El Cardenal Cisneros visitando las obras del hospital de Tavera.
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1903: Ferrant es nombrado director del Museo de Arte Moderno de Madrid.
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1914: Completa La Última Comunión de San Fernando, una obra que había comenzado en 1867 y que refleja la evolución de su estilo.
Relevancia actual
Alejandro Ferrant y Fischermans sigue siendo una figura fundamental en la historia del arte español. Su obra, que abarca una amplia gama de géneros, desde el retrato hasta la pintura histórica y paisajística, ha dejado una huella profunda en la evolución del arte en España. Si bien su estilo comenzó en el academicismo, con el paso de los años Ferrant supo incorporar elementos del impresionismo, lo que le permitió mantenerse relevante a lo largo de su carrera.
Su contribución a la decoración de importantes edificios públicos y religiosos, como la iglesia de San Francisco el Grande, el Palacio de la Infanta Isabel y el Ministerio de Instrucción Pública de Madrid, le otorga un lugar destacado en el ámbito artístico y arquitectónico de la época. Además, su nombramiento como director del Museo de Arte Moderno en 1903 refleja el reconocimiento de su influencia en el panorama artístico español.
Uno de los aspectos más fascinantes de su carrera fue su capacidad para integrar la tradición con las nuevas tendencias artísticas. Esto se evidencia claramente en La Última Comunión de San Fernando, que a lo largo de sus diferentes etapas muestra una evolución estilística, desde los primeros toques académicos hasta la incorporación de elementos impresionistas, lo que hace de esta obra una de las más representativas de su trayectoria.
Hoy en día, la obra de Ferrant se conserva en varios museos y colecciones privadas, siendo una referencia para los estudios sobre el arte español del siglo XIX. Su legado, tanto en el ámbito pictórico como en la enseñanza, continúa siendo una fuente de inspiración para las generaciones futuras.
MCN Biografías, 2025. "Alejandro Ferrant y Fischermans (1843-1917): El legado de un pintor académico y moderno de España". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/ferrant-y-fischermans-alejandro [consulta: 19 de julio de 2025].