Ricardo de Fabra Esteve (1945-VVVV): El matador que brilló en la plaza de Las Ventas
Ricardo de Fabra Esteve, nacido el 17 de septiembre de 1945 en Alcácer, Valencia, es un reconocido matador de toros español que marcó una etapa importante en el mundo taurino. A lo largo de su carrera, el torero dejó una huella profunda tanto en el ámbito nacional como internacional. Su paso por las plazas más importantes de España, junto con su impresionante trayectoria y su capacidad para enfrentarse a los más grandes desafíos del ruedo, lo convirtieron en uno de los grandes exponentes de la tauromaquia española en su tiempo.
Orígenes y contexto histórico
Ricardo de Fabra Esteve nació en un entorno taurino que lo marcó desde su infancia. Alcácer, un municipio situado en la provincia de Valencia, es conocido por su vínculo con la cultura del toro. Creció rodeado de la tradición taurina, lo que propició su inclinación por esta disciplina. A lo largo de los años, la tauromaquia se consolidó como una parte integral de su vida, lo que lo llevó a iniciar su carrera profesional en este apasionante mundo.
El contexto histórico de la España de mediados del siglo XX también influyó en el desarrollo de su carrera. En aquellos años, el toreo estaba en su apogeo, y figuras como Manolete, Luis Miguel Dominguín o Antonio Bienvenida eran los grandes referentes para los jóvenes toreros. Fue en este contexto de auge de la tauromaquia cuando Ricardo de Fabra comenzó a forjar su camino hacia la fama.
Logros y contribuciones
La carrera de Ricardo de Fabra Esteve comenzó a destacarse a partir de su debut en las plazas más importantes de España. Su presentación en la plaza Monumental de Las Ventas, en Madrid, el 11 de julio de 1967, marcó el inicio de una trayectoria que estaría llena de grandes momentos. Este debut en el ruedo madrileño fue un hito para el joven torero, que ya demostraba su destreza y valentía frente a los astados más difíciles.
En cuanto a su alternativa, eligió un escenario emblemático: la plaza de toros de Valencia, la ciudad del Turia, que marcó su entrada formal en el círculo de los matadores de toros. El 10 de marzo de 1968, Ricardo de Fabra tomó la alternativa con el padrinazgo de Diego Puerta Diánez, otro gran torero sevillano, quien le cedió la lidia del toro Rondeño, perteneciente a la ganadería de don Francisco Galache.
Además, en su carrera destacó por sus momentos clave en el ruedo, como su presentación en la misma plaza de Las Ventas en 1969, donde intentó confirmar su doctorado ante la primera afición del mundo, el 12 de mayo de ese año. En esta ocasión, el torero estuvo acompañado por el matador madrileño José Manuel Inchausti («Tinín»), quien le cedió un astado de la ganadería de doña María Pallarés de Benítez Cubero.
Momentos clave en la carrera de Ricardo de Fabra
A lo largo de su carrera, Ricardo de Fabra estuvo presente en los momentos más relevantes de la tauromaquia española, consolidándose como un torero respetado y admirado por la crítica y el público. Algunos de estos momentos clave fueron:
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Presentación en Las Ventas (11 de julio de 1967)
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Toma de alternativa en Valencia (10 de marzo de 1968)
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Confirmación en Las Ventas (12 de mayo de 1969)
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Actuaciones en importantes plazas como la de Sevilla y Madrid.
Cada uno de estos momentos significó un paso más en su carrera, donde su destreza, coraje y entrega le permitieron ganarse el respeto de sus compañeros y la admiración de los aficionados.
Relevancia actual
Aunque la suerte no siempre acompañó a Ricardo de Fabra en todas sus actuaciones, su relevancia dentro del mundo taurino sigue siendo notable. Con el paso del tiempo, su nombre ha quedado grabado en la historia de la tauromaquia española, siendo considerado uno de los toreros más destacados de su generación. A pesar de no haber alcanzado la fama de otros grandes matadores de su tiempo, la figura de Ricardo de Fabra ha quedado marcada por su valentía, su técnica depurada y su amor por el arte del toreo.
En la actualidad, su legado sigue siendo recordado por los aficionados más veteranos, quienes aún valoran la calidad de sus faenas y la personalidad única que mostró en cada uno de sus pasos por el ruedo. Además, su figura se mantiene viva en el imaginario de los jóvenes toreros que siguen sus pasos, inspirándose en su dedicación y en el ejemplo que dio durante su carrera.
A lo largo de los años, el nombre de Ricardo de Fabra Esteve ha sido parte de la historia viva del toreo, y su figura sigue siendo un referente para todos aquellos que admiran el arte del toro.
La tauromaquia, con sus luces y sombras, ha sido testigo de innumerables matadores que, como Ricardo de Fabra, se entregaron por completo a un arte que exige no solo técnica y valentía, sino también una profunda pasión y respeto por la tradición. Aunque hoy en día el toreo atraviesa momentos complejos y se enfrenta a nuevas reflexiones sociales, figuras como la de Ricardo de Fabra continúan siendo emblemáticas en la historia de la tauromaquia.
MCN Biografías, 2025. "Ricardo de Fabra Esteve (1945-VVVV): El matador que brilló en la plaza de Las Ventas". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/fabra-esteve-ricardo-de [consulta: 14 de junio de 2025].