Esquivel, Pedro de (¿-1570).


Geógrafo y matemático español, nacido en Alcalá de Henares, en fecha desconocida, y muerto en un fecha cercana a 1570.

Estudió artes y teología en la Universidad de Alcalá, donde más tarde ocupó la cátedra de matemáticas. Hacia 1566, Felipe II le encargó, como dice Ambrosio de Morales, que «mirando por vista de ojos pudiese hacer la descripción de España tan cierta y cumplida, tan particular y exquisita, como Su Majestad la deseaba y el maestro Esquivel podía hacerla». Para ello, según Morales tenía que determinar la posición exacta de los accidentes geográficos y de las poblaciones. La importancia histórica de la labor realizada por Esquivel consiste en la que fue uno de los primeros intentos de descripción geodésica de un país.

La triangulación geodésica elemental -muy distinta, por supuesto, de la moderna- fue descrita por vez primera por Gemma Frisius en su Libellus de locorum describendorum ratione (1533), incluido en su edición de la Cosmographia de Pedro Apiano. Estaba basada en la trigonometría expuesta por Regiomontano y en la tradición desarrollada en torno al propio Pedro Apiano y al geógrafo Sebastián Munster. En 1548 se publicó una traducción castellana de la edición del tratado de Apiano y del Libellus de Gemma Frisius, autor que, por otra parte, mantuvo una estrecha relación con el ambiente científico español. Esquivel, por lo tanto, conocía con seguridad su obra, que debió tener muy en cuenta por planificar la triangulación geodésica de España. Se preocupó también de determinar exactamente las unidades de medida, para lo que realizó una serie de comprobaciones, utilizando cadenas de cincuenta varas en terrenos llanos y métodos trigonométricos en los desiguales y montañosos. Provisto de una serie de instrumentos matemáticos que había diseñado y que transportaba en mulas, recorrió después durante varios años la península, realizando mediciones en colaboración con Diego y Felipe de Guevara. A la rigurosidad de su trabajo se refiere este último, diciendo «no haber palmo de tierra de España que no fuese por el autor vista, andada u hollada, asegurándose de la verdad de todo, en cuanto los instrumentos matemáticos dan lugar, de manera que sin encarecimiento se puede afirmar que, después que el mundo es creado, no ha habido provincia en él descrita con más cuidado, diligencia y verdad».

Esquivel no fue el primero que realizó levantamientos topográficos utilizando el método de las triangulaciones geodésicas. Felipe Apiano, hijo del célebre astrónomo, había efectuado mediciones de este tipo en Baviera pocos años antes, entre 1555 y 1561. Una vez más, carecen de sentido las disputas de prioridad planteadas desde una perspectiva nacionalista. La labor de Esquivel es un hito de auténtico relieve, no sólo por su temprana fecha, sino por la amplitud de sus objetivos y la rigurosidad con que los abordó. Murió, como era de esperar, antes de terminarla. Se nombró entonces por sucederle a su colaborador Diego de Guevara, que falleció muy joven poco después. El mismo día de su muerte, Felipe II escribió al secretario Gonzalo Pérez una carta, reproducida por Picatoste, que refleja el interés del monarca por estos Trabajos : «He entendido la muerte de Don Diego de Guevara, de que me ha pesado, y háseme acordado que creo que tenía los instrumentos y otro papeles de Esquivel. Será bien, si es así, que los hagais cobrar, que Juan de Herrera sabrá dellos, porque no se pierdan y se pueda continuar la carta de España que él hacía, en que creo yo podría entender a Herrera.»

Bibliografía

Fuentes

La principal fuente impresa es la obra de Ambrosio de Morales: «Discurso sobre las antigüedades de Castilla», redactada a partir de 1565 por el célebre cronista e incluida en el vol. II de sus Opúsculos castellanos, Madrid, B. Cano, 1793. En ella se ocupa con amplitud de la obra de Esquivel y también de Diego de Guevara, que había sido discípulo de Morales y Esquivel en la Universidad de Alcalá. Sobre las fuentes manuscritas y los documentos de archivo, ver los libros de Álvarez de Baena y Picatoste citados a continuación.

Estudios

FLÓREZ, Enrique: España Sagrada, vol. I, Madrid, M. F. Rodríguez, 1747, pp. 7.ÁLVAREZ DE BAENA, J.A.: Hijos de Madrid ilustres en santidad, dignidades, armas, ciencias y artes, vol. I., Madrid, B. Cano, 1789, pp. 296-302.PICAPOSTE RODRIGUEZ, F.: Apuntes para una biblioteca científica española del siglo XVI. Madrid, Tello, 1891, pp. 86-89.MARCEL, Gabriel: «Les origenes de la carta d´Espagne» en Revue Hispanique, 6 (1899), 163-193.LÓPEZ PIÑERO, José María: Ciencia y técnica en la sociedad española de los siglos XVI y XVII, Barcelona, Labor, 1979.

Thomas F. Glick y José María López Piñero