Esquilache, Leopoldo Gregorio, Marqués de (ca.1700-1785). El reformista que encendió el Motín de Esquilache
Esquilache, Leopoldo Gregorio, Marqués de (ca.1700-1785). El reformista que encendió el Motín de Esquilache
Leopoldo Gregorio Esquilache, Marqués de Esquilache, nació en Mesina (Sicilia) alrededor de 1700 y falleció en Venecia el 15 de septiembre de 1785. Fue una figura política clave en el reinado de Carlos III, tanto en Nápoles como en España. A lo largo de su vida, Esquilache fue fiel servidor de los monarcas borbónicos y desempeñó roles esenciales en la administración, pero su legado quedó marcado por la oposición feroz de las clases sociales españolas a sus reformas, lo que culminó en un episodio histórico de gran impacto: el Motín de Esquilache.
Orígenes y contexto histórico
Esquilache provenía de una familia humilde, lo que contrastaba con su posterior ascenso en la administración. En sus primeros años en Nápoles, se destacó como contable en la casa comercial Barretta y como intendente en el ejército napolitano durante la Guerra de Sucesión de Austria. En 1746, Carlos VII de Borbón lo nombró responsable del servicio aduanero del Reino de Nápoles, un cargo que marcó el comienzo de su estrecha relación con los Borbones. En 1748, Esquilache fue designado secretario de Hacienda, lo que consolidó su influencia dentro de la administración napolitana. Su capacidad de gestión le permitió ascender rápidamente dentro del círculo cercano del rey.
En 1755, fue ennoblecido con el título de marqués de Squillace (españolizado como Esquilache), un reconocimiento de su éxito político y económico. Durante esta etapa, también se ocupó de las secretarías de Guerra y Marina, desarrollando un ambicioso plan de reformas en el ejército y en la economía. Su visión reformista le permitió ganar prestigio, pero también le granjeó numerosos enemigos entre la nobleza y otras clases sociales.
Logros y contribuciones
Con la subida al trono de Carlos III de Borbón en 1759, Esquilache se trasladó a España junto a su monarca, quien le asignó el mismo cargo de secretario de Hacienda que ocupaba en Nápoles, sustituyendo a Juan Francisco Ruiz (conde de Valdeparaíso). Este cambio de ministros fue la única modificación que realizó Carlos III en la administración del reino de su predecesor, Fernando VI.
En España, Esquilache aplicó una serie de reformas que modernizaron el país, pero que no fueron bien recibidas por la población ni por las élites. Entre sus iniciativas más destacadas se encuentran:
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Reformas económicas: Esquilache promovió la liberalización del comercio de grano, lo que, aunque en principio buscaba mejorar la economía, resultó controvertido debido a las consecuencias de la escasez de alimentos en algunas regiones de España.
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Urbanismo: Fue responsable de importantes obras de infraestructura en Madrid, como la construcción de alcantarillado y sistemas de iluminación, además de edificios emblemáticos como el de Aduanas y Correos.
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Protección social: Estableció medidas para ayudar a los más necesitados, como la creación de cajas de ahorro para huérfanos y viudas, la oferta de trabajos para vagabundos, e incluso la instauración de una lotería nacional.
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Reformas en la administración territorial: En 1765, estableció nuevas intendencias en las colonias americanas de Cuba y Luisiana, con fines tanto militares como económicos.
A pesar de estos avances, su estilo autoritario y poco diplomático en la implementación de las reformas le acarreó la animosidad de amplios sectores de la sociedad española, especialmente entre la alta nobleza y la Iglesia. Además, Esquilache intentó modificar la relación entre la Iglesia y el Estado, lo que le generó tensiones con la jerarquía eclesiástica, especialmente en lo relacionado con la aplicación del Concordato de 1753.
Momentos clave
Las reformas de Esquilache fueron, en muchos casos, percibidas como una intromisión en las costumbres tradicionales y en los intereses de las clases privilegiadas. Su falta de tacto político y la falta de una adecuada comunicación con las distintas capas sociales fueron factores clave en su caída. Algunos de los momentos más importantes de su vida incluyen:
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Prohibición de la capa larga y el sombrero de ala ancha (1766): Una de las medidas más impopulares de Esquilache fue la imposición de un bando que ordenaba la eliminación de la capa larga y el sombrero de ala ancha, con el objetivo de evitar el ocultamiento de armas y objetos ilícitos. Esta medida fue rechazada por una gran parte del pueblo, que la consideró una invasión a sus costumbres tradicionales.
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El Motín de Esquilache (1766): La medida de la vestimenta, junto con la crisis económica provocada por la escasez de pan, generó una enorme frustración popular que desembocó en una revuelta en Madrid. El motín fue un levantamiento contra las políticas de Esquilache y la administración de Carlos III. Los manifestantes pidieron la destitución de Esquilache y de otros ministros extranjeros, lo que obligó al rey a tomar la decisión de apartarlo de su cargo.
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Destitución y exilio: El 23 de marzo de 1766, Esquilache fue destituido de su puesto de secretario de Hacienda. En los días posteriores, su residencia en Madrid fue saqueada por los revoltosos, lo que selló su destino político. Esquilache abandonó Madrid el 26 de marzo, y el 13 de abril embarcó rumbo a Nápoles y, finalmente, regresó a su ciudad natal, Mesina. Aunque intentó mantener su relevancia en la corte, nunca volvió a ocupar un cargo significativo en la administración española.
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Embajador en Venecia (1772-1785): Después de su destitución, Esquilache se retiró de la vida política activa en España, aunque fue nombrado embajador en Venecia en 1772. Su paso por la ciudad italiana marcó el último capítulo de su vida, donde permaneció hasta su fallecimiento en 1785.
Relevancia actual
El Motín de Esquilache sigue siendo uno de los eventos más significativos en la historia de España del siglo XVIII. Esquilache, a pesar de su fracaso como político en España, dejó un legado de reformas y transformaciones en el ámbito económico y social que, aunque no fueron completamente aceptadas en su momento, sentaron las bases de algunos de los cambios posteriores en el país.
El personaje de Esquilache también es un ejemplo de cómo las tensiones entre los reformistas y las clases tradicionales pueden tener consecuencias profundas y a menudo imprevisibles. En muchos sentidos, su historia refleja las complejidades de implementar cambios en una sociedad profundamente anclada en sus costumbres y estructuras de poder.
Hoy en día, el Motín de Esquilache es estudiado como un hito en la historia del absolutismo en España y como un recordatorio de las dificultades que enfrentaron los monarcas ilustrados al tratar de modernizar el país. A pesar de su destitución, Esquilache sigue siendo una figura clave para entender las tensiones políticas y sociales de la época.
Bibliografía
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MACÍAS DELGADO, J. El motín de Esquilache a la luz de los documentos. (Madrid, Centro de Estudios Constitucionales: 1988).
MCN Biografías, 2025. "Esquilache, Leopoldo Gregorio, Marqués de (ca.1700-1785). El reformista que encendió el Motín de Esquilache". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/esquilache-leopoldo-gregorio-marques-de [consulta: 15 de octubre de 2025].