Eckstine, William Clarence ‘Billy’ (1914-1993).


Cantante norteamericano de jazz nacido en Pittsburgh, Pennsylvania, el 8 de julio de 1914, y fallecido el 8 de marzo de 1993.

Poco se sabe de los primeros años de este artista y de cómo entró en el mundo de la música. Se tiene constancia de su paso por la Howard University, escuela de música muy prestigiosa situada en el estado de Washington, pero él insistió en señalar que la única persona que le había enseñado música fue un crítico musical y trompetista ocasional de la revista Metronome llamado Maurice Grupp. Con él aprendió a tocar el trombón de pistones y la trompeta, y por su cuenta aprendió guitarra y canto. Trabajó en una gran cantidad de clubes en Pittsburgh, Detroit, Washington y Chicago, a menudo dirigiendo pequeños combos con los músicos locales que estaban disponibles.

En 1938 conoció a Earl Hines, director de una de las orquestas más importantes de la época, quien un año más tarde ofreció a Eckstine un contrato como cantante y trompetista. Su fuerte personalidad hizo de él toda una atracción de la orquesta, pues poseía una técnica vocal que le permitía competir y dialogar con los metales en volumen, a la vez que poseía un registro de barítono que gustaba de adornar con un vibrato pronunciado muy característico. Su forma de cantar fue muy apreciada tanto por el público negro como el blanco, y fue muy imitado por toda la juventud de los años cuarenta. En cierta forma, se convirtió en una estrella del pop, cuyas piezas más valoradas fueron las baladas «romanticonas» de la época.

Con todo, en la orquesta de Hines militaba una pléyade de gigantescas proporciones, entre los que se encontraban Charlie Parker con el saxofón contralto, Dizzy Gillespie con la trompeta y Sarah Vaughan con la voz principal. En 1943 abandonó la orquesta y se embarcó de nuevo en su actividad de solista en pequeños combos. Budd Johnson, un saxofonista tenor de la orquesta de Hines con quien había entablado amistad, le propuso formar una orquesta con los elementos díscolos de Hines, aquellos cuya forma de tocar dejaba de ser Swing de pura cepa y anticipaban el bebop. El agente de Eckstine consiguió entonces formar una de las más increíbles orquestas de todos los tiempos, con Dizzy Gillespie, Fats Navarro, Kenny Dorham y Miles Davis en las trompetas; Gene Ammons, Dexter Gordon, Wardel Gray, Budd Johnson y Lucky Thompson con los saxofones tenor, Clyde Hart y John Malachi, pianos; Sonny Stitt y Charlie Parker con los saxofones contraltos, Sarah Vaughan y el propio Eckstine con la voz, Art Blakey con los tambores y Tommy Porter con el contrabajo.

Las actuaciones de la orquesta eran seguidas con mucho interés, en parte porque mostraban la época de transición del Swing al bebop. La voz de Eckstine -a quien llamaban Mr B sus admiradores- era la parte comercial de la banda, los solistas boppers daban a la formación un toque de modernidad que el resto de las big bands de la época intentó evitar a toda costa, y el resultado fue una de las bandas más vanguardistas de la escena mundial. Desgraciadamente, las grabaciones que quedan de esta época adolecen de deficiencias técnicas severas. Entre las canciones que dejaron en prensa quedan I Got a Date With Rhythm, Good Jelly Blues, Love is The Thing, I’m in the Mood for Love, Long Tall Dexter, Cool Breeze y Without A Song.

Semejante concentración de genio por metro cuadrado no podía mantenerse excesivo tiempo: los intereses de todos estos músicos fueron derivando a la formación de grupos de pequeño formato en los que desarrollar completamente el nuevo sonido bebop. Así, los miembros más destacados fueron marchándose paulatinamente, y en 1947, cuando la merma fue excesiva, Eckstine puso fin oficial a la orquesta. Se volcó entonces en su actividad vocal con pequeños conjuntos en los que hacía uso de un repertorio mucho más comercial y menos jazzístico, lo que no impidió que fuera elegido por las revistas especializadas como mejor cantante de jazz en los años 1952 y 1954. Dulcificó su voz y se consolidó como un intérprete de baladas (Tenderly, Lush Life, One for My Baby, If You Could See Me Now, Smoke Gets in Your Eyes, y otras del género) que le reportó pingues beneficios. Su fama alcanzó cotas inusitadas para un artista afroamericano cuando la revista Life le dedicó portada y artículo ilustrado, y su estilo meloso ha ejercido gran influencia en los cantantes de jazz posteriores, como Harry Connick Jr. Sus actuaciones en los casinos de Las Vegas y Nevada fueron un gran éxito de público. En 1966 se lanzó a una gira mundial, en las que participó como estrella invitada con las orquestas de Duke Ellington y Maynard Ferguson, entre otros.

Bibliografía

  • FORDHAM, John. The essential guide to jazz on CD.

  • BERENDT, J. Jazz, su origen y desarrollo (México: Fondo de Cultura Económica, 1993).