Dión de Prusa o Crisóstomo (40 a.C.-ca. 112).
Llamado también Crisóstomo («boca de oro»), Dión fue un afamado rétor y sofista griego natural de Bitinia. Inició su carrera literaria como rétor y, en sus primeras obras, se deja ver la influencia de la llamada Segunda Sofística. Se sabe que escribió una Alabanza de la cabellera, ridiculizada por Sinesio en su obra titulada Alabanza de la calvicie; a este primer período de su producción, pertenecen también sus discursos de alabanza al papagayo y al mosquito, hoy perdidos. Sin embargo, Dión pronto abandonó este cauce y pasó a militar en las filas del estoicismo gracias a la influencia de Musonio Rufo, maestro también de Epicteto. En el año 82, al caer en desgracia su protector Flavio Sabino acusado de tramar una intriga contra el emperador Domiciano, Dión tuvo que partir al exilio y abandonar Roma y su Bitinia natal. Hasta la muerte de Domiciano, Dión llevó una vida difícil y errante a través de Grecia, los Balcanes y Asia Menor. Esta peripecia vital marcó aun más su tendencia hacia el estoicismo más afín a las posturas cínicas, tal y como se trasluce en los discursos compuestos en esta época. En los reinados de Nerva y Trajano, Dión volvió a disfrutar de su anterior influencia, aunque sin abandonar nunca sus convicciones éticas. Recibió la ciudadanía romana gracias a Nerva y fue amigo personal del emperador Trajano.
Se le atribuyen un total de 80 discursos, dos de los cuales son, sin embargo, obra de su discípulo Favorino de Arelate; en ellos, se descubren importantes datos sobre la vida cultural de su tiempo, sobre todo en los discursos que Dión dedicó a ciudades como Rodas, Alejandría o Celenas, a los que hay que añadir el titulado Euboico, en el que hay una visión idealizada de la vida del campo. También escribió discursos sobre asuntos de interés literario y gramatical, muy del gusto de aquella época, como el Troikós, donde se introducen algunas enmiendas a Homero y a su narración de ciertos mitos. Asuntos de interés filosófico aparecen en los cuatro Discursos sobre el rey, donde se da cabida a un debate acerca del soberano ideal.
Hay, pues, en sus discursos muy diversos temas, que afectan tanto a situaciones reales como imaginarias, a la moral, los mitos, etc., insertos todos ellos en la órbita del pensamiento estoico-cínico. Dión se muestra de esta forma como modelo de una retórica con pretensiones puramente literarias. Por lo demás, este autor se presenta a sí mismo como un idealista y un admirador del pasado helénico; al mismo tiempo, se siente garante de una larga tradición cultural, a la que pertenecía, aunque sin mostrar nunca una postura contraria a Roma. En cuanto a su estilo, Dión fue un aticista convencido y adoptó como modelos a Platón y Demóstenes; de todos modo, evitó con sumo cuidado el arcaísmo, puesto de moda por otros rétores de la Segunda Sofística. Aspiraba, así, a conseguir un estilo cercano a la conversación, sencillo y que parecía nacido de la improvisación.
El último dato seguro sobre la vida de Dión de Prusa lo conocemos a través de Plinio el Joven, quien en el año 111-112 fue procónsul en Bitinia. En aquella ocasión, Dión tuvo que defenderse delante de él de unos acusadores, según le cuenta Plinio al emperador Trajano en una epístola.
Bibliografía
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Ediciones:
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ARMIN, J.V.- Opera omnia, Berlín, 1893-1896, 2 vols.
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BUDÉ, G. DE- Opera omnia, Leipzig, 1916-1919, 2 vols.
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COHOON, J. W. & CROSBY, H. L.- Loeb, 1932-1950, 5 vols. (bilingüe en inglés).
Estudios:ARMIN, J. V.- Leben und Werk des Dio von Prusa, Berlín, 1898.
Traducciones:MOROCHO GAYO, G.- Discursos I-XI, Madrid.CERRO CALDERÓN, G. DEL- Discursos XII-XXXV, Madrid.Teresa Jiménez-Calvente.