Díaz, Gonzalo [pintor chileno] (1947-VVVV).


Pintor e instalador chileno, nacido en Santiago en 1947, está considerado el más genuino representante del objetualismo en su país y es miembro destacado de la generación chilena del Noventa y de la Escuela de Santiago, grupo que busca a través de la innovación en los materiales empleados en la obra un nuevo lenguaje de expresión artística.

Gonzalo Díaz estudió en la Escuela de Bellas Artes de la capital chilena, donde ingresó en 1965 y se formó con maestros de la talla de José Balmes y Adolfo Couve, considerados pioneros de la pintura contemporánea de su país. Licenciado en 1969, este mismo año obtuvo un puesto de profesor ayudante en los Talleres de Pintura de la Universidad de Chile, centro en el que desde 1975 ejerció como profesor titular; posteriormente también impartió clases en el Instituto de Arte Contemporáneo, en cuya fundación en 1977 tuvo una participación activa. En 1980 se trasladó a Italia para completar estudios en la prestigiosa Universidad Internacional de Florencia, donde coincidió con su compatriota Francisco Smythe. En 1982 el Museo Nacional de Bellas Artes le premió por su obra más emblemática, Historia sentimental de la pintura chilena, que además marcó un giro en su carrera hacia el arte más vanguardista y el lenguaje objetual. Dentro de este contexto, en 1992 participó junto con Eugenio Dittborn, Juan Domingo Dávila y Arturo Duclós en el proyecto Museo Imaginario, que dio origen la citada Escuela de Santiago.

Entre los numerosos premios y galardones que Gonzalo Díaz ha obtenido, destacan entre otros, sendas victorias en el Concurso de Creación Plástica de la Universidad de Chile, en 1978 y 1979 con Paraíso Perdido y Serigrafía del Paraíso, respectivamente; el Gran Premio del VI Concurso de Nuevos Valores organizado por el Museo Nacional de Bellas Artes (1980); el Primer Premio en Dibujo de la II Bienal de Gráfica de la Universidad Católica por Historia Sentimental de la Pintura Chilena; y el Premio Altazor del año 2000, con la obra objetual Unidos en la Gloria y en la Muerte.

La obra de Gonzalo Díaz reviste los rasgos de un artista inconformista con la concepción tradicional del arte y que busca nuevos caminos de expresión para ahondar en los problemas que le interesan. Esta permanente inquietud le condujo a principios de los años ochenta a desarrollar un trabajo en el que a la pintura tradicional sobre una superficie plana añadía objetos rescatados de la contemporaneidad, pero que adquieren una nueva significación, como ocurre con Historia sentimental de la pintura, evocando mitos del pasado. En otras ocasiones, la genialidad de Díaz consiste en una obra que se «apodera» del espacio arquitectónico que lo cobija; es el caso de Unidos en la gloria y en la muerte, una instalación que sorprende por su originalidad y que le ha dado a conocer internacionalmente. Artista comprometido con la realidad de su país, dedicó la serie Lonquen 10 años (1989) a la época más difícil de la dictadura.