Felipe de Castro (1711-1775): El escultor gallego que marcó la historia del arte español

Felipe de Castro, nacido en 1711 en Galicia, es una de las figuras más importantes de la escultura española del siglo XVIII. A lo largo de su vida, se destacó no solo como un gran escultor, sino también como una figura clave en la consolidación del arte neoclásico en España. Su legado, cimentado en las magníficas obras que dejó, continúa siendo un referente para estudiosos y amantes del arte, representando una mezcla de talento, formación europea y reconocimiento en la corte española.

Orígenes y contexto histórico

Felipe de Castro nació en un contexto cultural de gran relevancia para el desarrollo de las artes en Europa. La España de principios del siglo XVIII se encontraba bajo el reinado de los primeros Borbones, una dinastía que promovió el contacto con otras culturas y favoreció el desarrollo de las artes, especialmente en los periodos posteriores. El país experimentaba una transición del Barroco hacia el Neoclasicismo, un movimiento artístico que buscaba recuperar las formas y los ideales de la Antigüedad clásica, algo que influyó profundamente en la obra de Castro.

El joven escultor gallego, desde temprana edad, mostró una aptitud notable para la escultura, lo que le permitió salir de su tierra natal y viajar a Roma. Allí, en 1739, obtuvo el primer premio de escultura, un reconocimiento que marcó un antes y un después en su carrera. Este logro le permitió adentrarse en el mundo de las Academias europeas, como la Academia de Florencia y la Academia de los Arcades, en las que fue admitido como miembro. Fue en esta última donde adoptó el nombre de Galesio Livadico, un seudónimo que, sin duda, le permitió integrarse en los círculos intelectuales de la época.

Logros y contribuciones

La formación académica de Felipe de Castro en Roma fue clave para su desarrollo como escultor. Durante su estancia en Italia, se empapó de los ideales neoclásicos que dominaron la escena artística del siglo XVIII. Esta formación le permitió no solo destacar por su destreza técnica, sino también por la claridad y el equilibrio en sus composiciones. Su regreso a España, a finales de la década de 1730, lo consolidó como uno de los escultores más importantes de la corte de Fernando VI, donde recibió el título de primer escultor del rey.

Una de las grandes contribuciones de Castro fue su capacidad para adaptarse a los gustos de la época, siendo responsable de diversas estatuas y relieves que se exhibieron en lugares emblemáticos, como el Palacio Real de Madrid. Entre sus obras más notables se encuentran San Leandro, San Isidoro, y una serie de estatuas de figuras históricas como Luis I, Trajano, Teodorico, Ataulfo, Walia, Turismundo, Enrique IV y Felipe II. Además, uno de sus logros más impresionantes fue la creación de los leones de la escalera principal del Palacio Real, una obra que perdura como símbolo del arte monumental del siglo XVIII en España.

Felipe de Castro no solo se destacó en la creación de estatuas, sino que también dejó un legado importante en los bajos relieves, un tipo de escultura que consistía en representaciones planas, pero con un alto nivel de detalle y realismo. Estos trabajos fueron muy apreciados por la corte y los críticos de la época, siendo considerados una muestra de su maestría y capacidad técnica.

Momentos clave

Durante su vida, Felipe de Castro vivió momentos cruciales que definieron su carrera:

  1. 1739: Obtención del primer premio de escultura en Roma, lo que le abrió las puertas a una carrera internacional.

  2. Ingresos en las Academias de Florencia y de los Arcades: Su inclusión en estas instituciones de renombre fue un reconocimiento a su talento y su formación académica.

  3. Regreso a España: Su retorno a la corte española como primer escultor de Fernando VI consolidó su carrera y le permitió llevar a cabo obras monumentales para la familia real.

  4. Creación de los Leones del Palacio Real: Una de sus obras más emblemáticas que sigue siendo una de las representaciones escultóricas más admiradas en el Palacio Real.

  5. Nombramiento como director de la Academia de San Fernando: Este puesto permitió a Castro influir en la formación de nuevas generaciones de escultores, dejando su huella en la enseñanza y el desarrollo del arte en España.

Relevancia actual

La figura de Felipe de Castro sigue siendo relevante en la historia del arte español. Su capacidad para integrar los ideales del Neoclasicismo en un contexto español lo convierte en un puente entre el Barroco y el arte moderno. Hoy en día, sus obras son objeto de admiración y estudio por parte de historiadores del arte y coleccionistas, quienes reconocen en ellas no solo un alto nivel técnico, sino también un profundo conocimiento de la anatomía humana, el movimiento y la proporción.

Los trabajos de Castro, especialmente las estatuas de figuras históricas, siguen siendo un testimonio de la grandeza del arte monumental del siglo XVIII. Además, su contribución a la creación de relieves, tanto históricos como alegóricos, muestra una visión innovadora que influyó en generaciones posteriores.

Felipe de Castro no solo se destacó como escultor, sino que también fue una figura clave en la formación de una nueva generación de artistas. Su nombramiento como director de la Academia de San Fernando le permitió transmitir su conocimiento y su visión artística a jóvenes talentos, contribuyendo al auge de la escultura española durante el reinado de Fernando VI.

En la actualidad, su obra sigue siendo una de las principales referencias del arte neoclásico en España, y su influencia se puede observar en las generaciones posteriores de escultores que encontraron en su estilo una fuente de inspiración.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Felipe de Castro (1711-1775): El escultor gallego que marcó la historia del arte español". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/castro-felipe-de [consulta: 19 de julio de 2025].