Casimiro I, Rey de Polonia (1016-1058).


Rey de Polonia, nacido el 25 de julio de 1016 y fallecido el 28 de noviembre de 1058. Apodado el Pacífico, fue hijo de Miészko II, rey de Polonia, y de Rixa. Su padre falleció en 1034, cuando era todavía un niño.

Su madre fue nombrada su tutora y asumió los deberes de regente hasta que Casimiro fuera mayor de edad, pero su mala administración política sublevó al pueblo polaco, y fue obligada a huir a Sajonia con su hijo en 1036.

Rixa envió a Casimiro a París, dónde el empezó a estudiar. Mientras tanto, Polonia era presa de las diferencias internas. Fue devastada al mismo tiempo por el rey de Bohemia y por los rusos. Pero los nobles intentaron solventar esta difícil situación. Se convocó una reunión en Gniezno y el primado Etienne Pobozg propuso llamar al heredero legítimo de la corona.

En esos momentos, se desconocían los intereses de Casimiro con respecto al trono y los nobles tenían recelos puesto que el heredero podía volver con la intención de vengarse por la expulsión de su madre, la regente, y él del país. Pero al no existir en la nobleza ningún cargo realmente digno para gobernar, se convino en llamar al legítimo heredero del trono polaco.

Casimiro se había retirado a la abadía de Cluny (véase: Orden de Cluny), en Francia, y hasta allí llegaron los embajadores del pueblo polaco para exponerle al heredero las desventuras del país y los deseos de la nación. Casimiro había tomado los votos, y había recibido el cargo de diácono. El papa Benedicto IX, a quién se dirigió Casimiro para romper los vínculos con la Iglesia, se los concedió pero a cambio de ciertos privilegios: el pueblo polaco debía pagar todos los años, a perpetuidad, una cierta suma para el mantenimiento de una lámpara en la Iglesia de San Pedro; la nación entera debía llevar, como los monjes, el cabello cortado en forma de corona; en las fiestas religiosas los nobles tendrían en el cuello, durante la misa, una estola de lino, similar a la de sacerdotes y diáconos; Casimiro debía conservar el hábito religioso y, por último, los polacos no podrían comer carne desde la septuagésima semana antes de Pascua.

Tras aceptar estos privilegios, Casimiro dejó el monasterio y se encaminó hacia Polonia. Su madre, a la que vio cuando atravesaba Sajonia, intentó disuadirle en vano de volver a su país. En Polonia fue recibido entre aclamaciones generales y fue coronado como Casimiro I en Gniezno en 1041.

Su primera labor como rey fue mitigar las diferencias que habían generado la división entre el pueblo y publicar una amnistía. Esta cuidadosa conducta produjo el mejor efecto a la hora de restablecer la tranquilidad. Casimiro, previendo que la prosperidad de Polonia provocaría los celos de los poderosos vecinos, intentó adelantarse a sus jugadas.

Jaroslaw, duque de Rusia, era el enemigo más peligroso, por lo que Casimiro buscó su alianza solicitándole la mano de su hermana y ofreciéndole la devolución de numerosas ciudades que Boleslao I de Polonia, su abuelo, les había arrebatado. El pueblo ruso también tenía necesidad de estar en paz, por lo que Jaroslaw firmó el tratado propuesto, y envió a su hermana María a los embajadores de Casimiro, con una conveniente dote. La princesa, al llegar a Polonia, renunció a la religión ortodoxa, se hizo bautizar de nuevo y tomó el nombre de Dobrogneva.

Por otro lado, Mazovia entró bajo la potestad de Casimiro. Los prusianos le ofrecieron la posibilidad de pagarle un tributo, y se pusieron bajo su dependencia.

Casimiro I, una vez asegurada la paz política, intentó hacer florecer las ciencias en su reino, y ayudó en la implantación del cristianismo en su país. Consiguió que 12 religiosos viajaran desde Cluny para establecerse en Polonia. Fundaron dos conventos, que ayudaron a devolver el espíritu religioso perdido en las numerosas contiendas civiles en las que se había visto envuelto el país.

A pesar de no querer entrar en guerra con ningún estado, Casimiro se vio obligado a involucrarse en una invasión a Hungría en 1052. La causa fue el armisticio que mantenía con el emperador de Rusia, y también para agradecer a éste la ayuda que le prestó al frenar y evitar los ataques del rey de Bohemia a Polonia

Casimiro II falleció el 28 de noviembre de 1058, tras dieciséis años de reinado. Para entonces, Polonia había alcanzado la estabilidad tras las anteriores calamidades pasadas. Con Dobrogneva tuvo cuatro hijos: Boleslao, que le sucedió como Boleslao II (1039-1081); Vladislas, Otón, el cual murió antes que él; Mieszko, que sólo le supervivió algunos años y una hija que se casó con Vratislas, duque de Bohemia.

Bibliografía

  • CASSON, L. Los reyes bárbaros. Barcelona, Folio, 1997.

  • LERSKI, G.J. Historical dictionary of Poland, 966-1945. Connecticut, Greenwood Press, 1996. TAUTÉ, A. Kings & queens of Europe. North Carolina, University of North Carolina Press, 1989.

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