Carbonell, Poncio (h. 1260-1350).
Fraile franciscano nacido en Barcelona. Ocupó en su orden diversos cargos de importancia, como guardián del convento de su ciudad natal y provincial de Aragón antes de abril de 1336. Desempeñó misiones diplomáticas al servicio del rey aragonés Jaime II, como la que se le encomendó en 1314 para que visitase a su hermano don Fadrique, rey de Sicilia, en relación con los asuntos de los frailes espirituales y su defensa de la pobreza evangélica; también, un año más tarde, intentó la reconciliación entre este rey de Sicilia y el rey don Roberto de Nápoles.
Fue preceptor del infante Juan de Aragón, a quien dedicó parte de su obra, y, según consta en diversos autores antiguos que transmiten la noticia, maestro de Luis de Francia, más tarde Obispo de Tolosa. En algunas biografías se le ha confundido con dos personajes homónimos: un fraile espiritual defensor de la Postilla de Pedro Juan Olivi y que murió en prisión hacia el año 1297, y un Poncio Carbonell que fue obispo de Seleucia. Participó, tal como aparece en una bula de Benedicto XII, en una junta de teólogos celebrada en Aviñón en el año 1336 para la elaboración de las constituciones generales de la orden, denominadas benedictinas o de Cahors, por el lugar donde definitivamente fueron aprobadas. Poncio Carbonell es el primer teólogo de la Edad Media que comentó todos los libros de la Biblia, ingente obra conservada en varios manuscritos en la Biblioteca de Cataluña y en la Biblioteca Provincial de Toledo. Sus primeros comentarios datan de 1318, una exégesis del libro de Job realizada para su discípulo don Juan de Aragón; más adelante, entre 1319 y 1328, glosaría los Salmos, el Apocalipsis, El Cantar de los cantares y el libro de Daniel. A partir del siglo XVII, una enconada controversia entre dominicos y franciscanos trató de dilucidar la paternidad de la denominada Catena áurea, atribuida por los primeros a santo Tomás y por los segundos a Poncio Carbonell. Esta encendida discusión se cerró más adelante, ya a fines del siglo XVIII, con un examen riguroso de los manuscritos conservados, llevada a cabo por parte del bibliotecario de San Juan de los Reyes de Toledo y del franciscano Vicente Manuel Castaño, que llegaron a la conclusión de la dependencia de Poncio Carbonell respecto del Aquinatense.Además de sus comentarios bíblicos, se han conservado tres versiones manuscritas de un texto escrito en 1335 y que lleva por título Tractatus de mundi aetatibus et tentationibus et de Antichristo y una Series patriarcharum, regum Israel et Juda, imperatorum romanorum, summorum pontificum.