Cantón, Alfredo (1910-1967).
Narrador, ensayista y pedagogo panameño, nacido en Emperador (una localidad perteneciente a la provincia de Panamá, aunque en la actualidad sumergida bajo las aguas del Canal) el 6 de septiembre de 1910, y fallecido en la ciudad de Panamá en 1967. Humanista fecundo y polifacético, poseedor de una vasta cultura adquirida principalmente en algunas de las instituciones universitarias más prestigiosas de los Estados Unidos de América, contribuyó a la administración política de su país con el desempeño de diferentes cargos oficiales y dejó impresas varias novelas que le convirtieron en uno de los narradores panameños más celebrados de su tiempo.
Impulsado por su firme vocación humanística, cursó el Bachillerato de Letras e ingresó luego en la Universidad de Panamá, donde obtuvo el título de Licenciado en Filosofía y Letras. Su interés por la educación le llevó también a matricularse en el Instituto Pedagógico de Managua (a la sazón, uno de los centros de mayor prestigio, en el ámbito centroamericano, entre los dedicados a la enseñanza de las ciencias pedagógicas), de donde pasó a las universidades de Washington y St. Louis (Missouri) para ampliar su brillante curriculum académico con diferentes cursos de post-grado que le granjearon los títulos de «Master of Arts» y doctor en Educación. Durante varios años, ejerció la docencia en las aulas superiores norteamericanas (donde alcanzó el grado de catedrático) y, al regresar a su país natal, fue llamado a ocupar algunos cargos oficiales de alta responsabilidad, siempre relacionados con la política cultural y educativa.
En su faceta de escritor, Alfredo Cantón se dio a conocer merced a la publicación en España de una colección de novelas cortas que enseguida anunciaron a críticos y lectores la irrupción de un auténtico narrador de raza. Se trata de las piezas tituladas Rojas pálidas, Alba Blanca, Espérame y ¿Caballero o bandido?, todas ellas aparecidas en un volumen (Barcelona: Tipografía Maucci, 1935) que vio la luz el mismo año en que salió de los tórculos su primera narración extensa, publicada bajo el título de A sangre y fuego (1935).
Tras un largo decenio de silencio narrativo, Alfredo Cantón volvió a los anaqueles de las librerías con una nueva entrega novelesca, El ciego de Bulabá (Panamá: Biblioteca Selecta, 1946), a la que siguió, después de un alejamiento de las imprentas aún más prolongado, Juventudes exhaustas (Panamá: Imprenta Nacional, 1963), considerada unánimemente como su obra maestra, y galardonada con el primer premio en la convocatoria de 1959 del relevante Certamen Hispanoamericano de Novela, organizado por la revista O Cruceiro Internacional. Se trata de una espléndida narración en la que el escritor de Emperador analiza con singular pericia la psicología de los protagonistas, una serie de jóvenes cuyos ideales políticos constituyen, a la vez, el eje central de la materia narrativa de la obra. Además de esta especial habilidad para reflejar sobre el papel las conductas, obsesiones, sentimientos y emociones de sus personajes, Alfredo Cantón demostró en esta novela -y, en general, en toda su producción literaria- una singular maestría en la captación de los registros coloquiales del habla panameña, siempre reproducida en sus obras por medio de un lenguaje llano y directo cuya extrema sencillez no oculta, empero, un arduo proceso de selección y elaboración artística.
Idénticas preocupaciones formales y estilísticas pueden apreciarse en la siguiente entrega narrativa del escritor istmeño, en la que vuelven a ocupar un primer plano sus inquietudes sociales y su interés por la profundización en la psicología de los protagonistas. Se trata de la novela titulada Nalu Nega (La casa del pargo) (Panamá: Ministerio de Educación, 1962), también ubicada por críticos y lectores entre lo mejor de su prosa de ficción, que fue galardonada en 1961 con el premio más importante de cuantos se conceden en Panamá, el Ricardo Miró.
En su faceta de ensayista, Alfredo Cantón ha dado a la imprenta varias obras que dejan traslucir su intensa preocupación por la política educativa desarrollada en su país natal y, en general, en todo el ámbito centroamericano. Entre sus títulos más destacados dentro de este género, cabe recordar aquí Hacia una nueva escuela rural americana (1952) y Al margen de los nuevos programas (1953).
JRF.