Cándido Hernández, Jerónimo José (1763-1839): Un referente histórico en el mundo del toreo
Cándido Hernández, conocido también como Jerónimo José, nació en Chiclana de la Frontera, Cádiz, el 14 de junio de 1763. Fue un matador de toros español que marcó un hito en la historia de la tauromaquia, contribuyendo con su técnica innovadora y estilo único. A lo largo de su carrera, Jerónimo José destacó por su destreza y habilidades, tanto en la plaza como fuera de ella, y dejó un legado imborrable en el toreo que perdura hasta hoy. Su vida, sin embargo, estuvo llena de altibajos, desde su formación taurina hasta sus momentos de gloria y decadencia. A través de su historia, se revela la evolución de la tauromaquia en el siglo XIX y cómo un hombre logró posicionarse como uno de los referentes de su época.
Orígenes y contexto histórico
Cándido Hernández nació en una familia vinculada al mundo del toreo. Su padre, José Cándido, también fue matador de toros, pero su carrera terminó trágicamente cuando fue mortalmente corneado en la plaza de El Puerto de Santa María en 1771. Tras la muerte de su progenitor, Jerónimo José pasó por tiempos difíciles y vio cómo la pequeña fortuna que su padre había amasado se desvanecía rápidamente. Sin embargo, su destino cambió cuando fue acogido por don José de la Tixera, un gran aficionado a los toros, quien reconoció el talento del joven y decidió apoyar su formación taurina. Fue entonces cuando el legendario Pedro Romero, uno de los matadores más importantes de la época, se encargó de enseñarle los secretos del toreo.
El aprendizaje de Jerónimo José fue intenso y cercano, ya que no solo fue discípulo de Romero, sino que también se convirtió en miembro de su cuadrilla. Además, entabló una relación personal con la familia Romero, lo que lo llevó a casarse con una hermana de su maestro. Esta conexión fue fundamental para su carrera, ya que le permitió ascender rápidamente en el mundo del toreo, convirtiéndose en un matador destacado en su época.
Logros y contribuciones
La carrera de Jerónimo José Cándido comenzó a brillar con fuerza a partir de su debut en Madrid en 1792. A lo largo de los años, toreó en diversas plazas de España, siendo especialmente notable su participación en Madrid y Sevilla. Durante sus primeras etapas como matador, alcanzó una gran popularidad por su habilidad con el capote y la muleta. Su estilo ecléctico y variado le permitió adaptarse a diferentes tipos de astados y lidiar con ellos con gran destreza. Esta versatilidad fue una de las principales características de su carrera, lo que lo distinguió de otros toreros de su tiempo.
Uno de sus mayores logros fue la introducción de la costumbre de dar la vuelta al ruedo, una tradición que perdura hasta el día de hoy. Además, Cándido perfeccionó la técnica de la estocada al encuentro, un estilo de matar al toro que le permitió arriesgar más que con la tradicional estocada al volapié. Esta innovación le dio una ventaja competitiva, permitiéndole destacarse en las plazas más importantes de la época.
Momentos clave de su carrera
A lo largo de su carrera, Jerónimo José vivió varios momentos decisivos que marcaron su destino:
-
1792: Debut en Madrid, donde empieza a destacar como matador.
-
1800: Se retira temporalmente del toreo debido a la falta de noticias sobre sus actuaciones.
-
1810-1811: Regresa a Madrid con gran éxito, recuperando la fama que había ganado en sus primeros años.
-
1816-1820: Regresa a los ruedos tras una breve pausa, enfrentándose a su rival Francisco Herrera Rodríguez, conocido como «Curro Guillén», y demostrando su maestría en la plaza madrileña.
-
1820: Después de una grave cogida en Madrid, se retira nuevamente, pero sigue vinculado al mundo del toreo.
-
1834-1838: Durante los últimos años de su carrera, Cándido volvió a Madrid y continuó toreando a pesar de su avanzada edad, hasta llegar a los 75 años.
Relevancia actual
Aunque la figura de Cándido Hernández, Jerónimo José, ha quedado en gran medida relegada a la historia, su legado sigue presente en la tauromaquia moderna. La evolución del toreo y las innovaciones técnicas que él introdujo continúan siendo fundamentales para entender el desarrollo de la fiesta brava. Su estilo ecléctico y su habilidad para lidiar con distintos tipos de toros lo consolidaron como una figura única en su tiempo, y su influencia sigue siendo reconocida por aquellos que estudian la historia del toreo.
El hecho de que Cándido fuera uno de los primeros en dar la vuelta al ruedo demuestra su capacidad para comprender la dimensión simbólica de la tauromaquia, elevando el toreo no solo a una disciplina técnica, sino también a un acto de exhibición y espectáculo que atrae tanto al público como a los toreros. Además, la estocada al encuentro que él perfeccionó sigue siendo una referencia para muchos toreros actuales que buscan encontrar nuevas formas de enfrentarse a los astados.
Su papel como director en la Escuela de Tauromaquia de Sevilla
A finales de su carrera, Jerónimo José Cándido fue nombrado director de la recién fundada Escuela de Tauromaquia de Sevilla, un cargo de gran importancia en el mundo del toreo. Sin embargo, este proyecto fue un rotundo fracaso. A pesar de su gran experiencia y conocimientos, la escuela no logró tener éxito bajo su dirección y apenas duró tres años. Esto no desanimó a Cándido, quien siguió vinculado al toreo en calidad de ayudante de su antiguo maestro Pedro Romero, quien asumió finalmente la dirección de la escuela.
La relación con Pedro Romero fue siempre estrecha, y aunque Cándido no alcanzó el reconocimiento que quizás merecía en este último proyecto, su contribución al mundo del toreo fue indiscutible. La escuela de Sevilla fue una de las primeras iniciativas en intentar institucionalizar la formación de los toreros, aunque no tuvo el éxito esperado. Sin embargo, Cándido no dejó de ser una figura clave en la historia del toreo.
La decadencia y el final de su carrera
Los últimos años de la vida de Jerónimo José Cándido estuvieron marcados por la decadencia tanto física como económica. A pesar de su avanzada edad y su delicada salud, nunca dejó de participar en los ruedos, y en 1834, con 71 años, se presentó nuevamente en Madrid. Aunque sus actuaciones ya no eran las de antaño, el público lo recordaba con cariño, y su presencia en la plaza seguía siendo un homenaje a su legado.
En 1838, después de varios años de lucha contra la enfermedad y la pobreza, Jerónimo José Cándido se retiró definitivamente del toreo. Su vida terminó el 1 de abril de 1839, dejando atrás una historia llena de grandes triunfos, pero también de momentos de sufrimiento y dificultades personales.
A pesar de los altibajos en su vida, Cándido Hernández, Jerónimo José, sigue siendo una figura relevante en la historia del toreo español. Su destreza y valentía en la plaza, así como su capacidad para innovar en la técnica, lo consolidaron como uno de los grandes nombres de la tauromaquia del siglo XIX. Hoy en día, su nombre sigue siendo recordado y venerado por los aficionados al toreo, quienes le reconocen como un pionero que dejó una huella indeleble en la tradición taurina española.
MCN Biografías, 2025. "Cándido Hernández, Jerónimo José (1763-1839): Un referente histórico en el mundo del toreo". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/candido-hernandez-jeronimo-jose [consulta: 17 de julio de 2025].