José Horacio Campillo Infante (1872-1956): El Arzobispo que Transformó la Iglesia Chilena
José Horacio Campillo Infante, nacido en Santiago de Chile el 15 de octubre de 1872, fue un destacado religioso que se convirtió en el sexto arzobispo de Santiago. Su legado en la iglesia chilena y en la sociedad es profundo y ha dejado huella en diversas instituciones de la Iglesia Católica. Campillo dedicó su vida a la formación religiosa, al apoyo de los más necesitados y a la profundización del Derecho Canónico, lo que le permitió no solo dirigir la archidiócesis más importante de Chile, sino también hacer contribuciones clave en el ámbito social y académico.
Orígenes y Contexto Histórico
José Horacio Campillo nació en una familia con una rica tradición política y social. Era hijo de María Teresa Infante Montt y Cosme Campillo Ibáñez, un abogado y político destacado que fue diputado por las ciudades de Talca, Valdivia y Osorno. Su origen familiar le proporcionó una educación sólida, lo que lo encaminó hacia un futuro de servicio tanto en el ámbito religioso como en el académico.
A la edad de 12 años, comenzó sus estudios en el colegio San Ignacio, donde inició su formación en Humanidades. Posteriormente, se trasladó al colegio San Pedro Nolasco para completar su educación, y luego se inscribió en la Universidad Católica de Chile para estudiar Leyes. Tras obtener su título de abogado en 1896, decidió ingresar al seminario de Santiago para continuar su vocación religiosa. Fue ordenado sacerdote el 9 de junio de 1900, a la edad de 27 años, un hito que marcó el inicio de una destacada carrera en la Iglesia.
Logros y Contribuciones
José Horacio Campillo Infante destacó por su trabajo en diferentes frentes, tanto en la enseñanza como en la obra social y pastoral. Uno de sus primeros logros fue la creación de varias instituciones caritativas y educativas, inspiradas en la encíclica papal Rerum Novarum, que propugnaba la justicia social y los derechos de los trabajadores. En 1900, fundó el Patronato Santa Filomena, una organización orientada a ayudar a los más necesitados, especialmente a las clases trabajadoras.
Poco después, Campillo continuó su labor con la creación de la Sociedad de Instrucción y Habitaciones para Obreros, que incluía una iglesia, dos escuelas primarias y una escuela taller. Estas iniciativas le permitieron brindar formación y apoyo integral a las comunidades más vulnerables. En total, impulsó la creación de cuatro liceos, ocho escuelas básicas y un Instituto Comercial e Industrial, estableciendo un sólido sistema educativo que benefició a miles de niños y jóvenes de clases humildes.
Como parte de su trabajo educativo, José Horacio Campillo también se destacó como profesor. Fue nombrado catedrático de Derecho Canónico en la Universidad Católica de Chile en 1920, donde impartió clases y se encargó de la formación de futuras generaciones de sacerdotes y laicos interesados en los temas eclesiásticos.
Momentos Clave en su Carrera
A lo largo de su vida, Campillo vivió diversos momentos clave que marcaron su carrera tanto en la iglesia como en la política:
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1900: Fundación del Patronato Santa Filomena, en consonancia con los principios de la encíclica Rerum Novarum.
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1930: Asume la administración apostólica de la archidiócesis de Santiago, tras la muerte del arzobispo Juan Ignacio González Eyzaguirre.
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1931: Es designado como el sexto arzobispo de Santiago tras la muerte del arzobispo Crescente Errárzuriz.
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1932: Publica su obra Condición jurídica y civil de la Iglesia, que aborda los aspectos legales y sociales de la Iglesia en Chile.
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1939: Tras el fallecimiento del presidente Arturo Alessandri, Campillo renuncia a su cargo como arzobispo y se traslada a Europa para asistir al Papa Pío XI.
Uno de los momentos más significativos de su vida fue la renuncia a su puesto como arzobispo en 1939, después de haber vivido tensiones políticas durante el mandato de Alessandri. En lugar de aceptar un banquete por su nombramiento, Campillo optó por organizar una comida para cien pobres, lo que demuestra su profundo compromiso con los más necesitados.
Relevancia Actual
Aunque José Horacio Campillo renunció a su puesto como arzobispo en 1939, su legado sigue vivo hoy en día a través de las instituciones y obras que fundó. Su dedicación a la justicia social, la educación y el bienestar de los pobres lo consolidó como una figura clave de la Iglesia Católica en Chile. Su impulso al desarrollo de la Acción Católica, la Sociedad de San Juan de Dios y otras instituciones eclesiásticas demuestra su profundo amor por su comunidad y su incansable trabajo en favor de los más desfavorecidos.
El arzobispo, después de su renuncia, fue designado obispo de Larissa, en Grecia, donde pasó los últimos años de su vida en un retiro casi completo de la vida pública. Durante estos años, vivió en oración y dedicó su tiempo a la reflexión espiritual y académica. José Horacio Campillo falleció en 1956, a los 84 años, y fue sepultado en la cripta de los obispos de la catedral de Santiago, dejando un legado que sigue siendo recordado y admirado por su contribución a la sociedad y la Iglesia chilena.
Contribuciones y Obras Importantes
A lo largo de su vida, José Horacio Campillo Infante dejó una serie de contribuciones importantes, no solo en el ámbito religioso, sino también en el campo social y educativo. Entre las más destacadas, se incluyen:
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Fundación del Patronato Santa Filomena.
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Creación de la Sociedad de Instrucción y Habitaciones para Obreros.
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Desarrollo de una red educativa que incluyó liceos, escuelas y un Instituto Comercial e Industrial.
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Publicación de la obra Condición jurídica y civil de la Iglesia, que aportó valiosas perspectivas sobre el marco legal de la Iglesia en Chile.
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Fomento de la Acción Católica, que promovió la participación activa de los laicos en la vida eclesiástica y social.
Legado y Reconocimiento
El legado de José Horacio Campillo Infante no se limita solo a su trabajo pastoral y educativo. Fue un líder comprometido con la justicia social, que supo combinar sus principios religiosos con una profunda sensibilidad hacia las necesidades de los más desfavorecidos. Su trabajo como arzobispo de Santiago dejó una marca indeleble en la Iglesia chilena, especialmente a través de su enfoque pastoral en las zonas obreras y su incansable labor en la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias.
Al igual que sus contemporáneos, como Juan Ignacio González Eyzaguirre, Crescente Errárzuriz, Arturo Alessandri y Pío XI, Campillo jugó un papel clave en los eventos históricos de la época, particularmente en la relación entre la Iglesia y el Estado, y su contribución al desarrollo de la vida eclesiástica en Chile sigue siendo un referente importante en la actualidad.
José Horacio Campillo Infante permanece como un modelo de dedicación y servicio tanto para la Iglesia Católica como para la sociedad chilena, y su influencia continúa siendo un pilar en el estudio de la historia de la Iglesia en Chile.
MCN Biografías, 2025. "José Horacio Campillo Infante (1872-1956): El Arzobispo que Transformó la Iglesia Chilena". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/campillo-infante-jose-horacio [consulta: 16 de julio de 2025].