Campanella, Tommaso (1568-1639).
Filósofo italiano, es reconocido como uno los principales representantes del pensamiento renacentista de su país. Olvidado durante varios siglos, su pensamiento ha sido revalorizado en el presente.
Vida y obras
Nacido en Stilo (Calabria), cambió su nombre original, Givanni, por el de Tommaso al entrar en el convento de los dominicos. En el convento leyó a Erasmo, Ficino y Telesio; compartió el antiaristotelismo de este último, y cuyas doctrinas defendió en la Philosophia sensibus demonstrata (1591). Este hecho, unido al interés que demostraba por las artes mágicas, despertaron las sospechas de sus superiores, por lo cual huyó a Nápoles, donde estudió magia y ocultismo con G. Della Porta. Fruto de estos estudios fue la obra De sensu rerum et magia. Sometido a un primer proceso por herejía en 1591, huyó nuevamente del convento y se trasladó a Padua, donde conoció a Galileo. Después de varios procesos, y de haber sido condenadas todas sus obras, fue confinado a un convento de su orden en Calabria. Sus escritos principales de este período son: De sensitiva rerum facultate, De monarchia christianorum, De regimine Ecclesiae, Discorsi ai principi d’Italia, Dialogo contro Luterani, Calvinisti, e altri eretici. Durante su confinamiento en Calabria urdió una conjura contra los españoles. Descubierto y capturado, fue llevado a juicio, pero fingió estar loco y así se libró de la pena de muerte. Sin embargo, fue condenado a prisión perpetua. En la cárcel pasó 27 años, período que se caracteriza por dos hechos: la metanoia filosófica del propio Campanella y la producción literaria. Con respecto a la primera, Campanella abandonó el sensismo y el naturalismo religioso sin dogmas, y se entregó, como él mismo declara, «a la verdadera religión, después de haberse comportado en forma poco cristiana«.Fruto de su actividad literaria fueron las obras: La città del sole, su obra más conocida, en la que describe una sociedad que vive según las leyes de la naturaleza y que espera, por la revelación, una vida mejor; Metaphisica, gran enciclopedia en 18 libros; Theologia, en 30 libros; y las dos obras de teología práctica: Atheismus triumphatus y Reminiscentur. Sobre la acción política de las naciones católicas tratan La monarchia di Spagna y Antiveneti. Escribió también en defensa de Galileo Apologia pro Galileo, en la que enseña que no es la Biblia la que esclarece la física, sino ésta a aquélla, en los pasajes que sea necesario.Liberado de la cárcel en 1629, gozó del favor del Papa Urbano VIII, quien le tomó como consultor en asuntos de astrología y política. Pero reclamado de nuevo por los españoles por suponer que formaba parte de una nueva conspiración en Nápoles, se ve obligado a huir a Francia en 1634. Aquí es bien acogido por el rey Luis XIII, y respetado tanto por intelectuales como por nobles. Es en Francia donde publica Philosophia realis, Quaestiones y De Praedestinatione. Muerto en el convento de San Honorato, sus cenizas fueron dispersadas durante las turbulencias de la Revolución.
Pensamiento filosófico
La metafísica naturalista
Para Campanella la filosofía es un conocimiento de las ideas divinas, leídas con la luz natural en el libro de la naturaleza. Comienza su libro de la Metaphisica proponiéndose el estudio del saber, del ser y del actuar. El agnosticismo queda refutado, siguiendo el razonamiento de San Agustín, con la afirmación de la autoconciencia, en la que el propio ser se manifiesta con una evidencia irrefutable. Esta es una sapientia innata, a la cual se añade, mediante la experiencia, una sapientia addita. La filosofía tiene, pues, la misión de despertar el primitivo conocimiento de sí, demostrando que ni siquiera el sentir sería posible sin un previo sentir de sentir. «Sentire est scire», concluirá. Este argumento parece anticipar de alguna forma el cogito ergo sum de Descartes. Según Campanella, todas las cosas están dotadas de sensibilidad, de ahí el principio de su universalismo mágico. Todo ser tiene tres primalidades: potencia, sapiencia y amor. Toda primalidad sigue el principio de que cada ser se refiere a los demás después de referirse a sí mismo. Tiene saber innato de sí, y después del mundo; se ama a sí mismo y después a los otros seres. Pero estas tres primalidades sólo son perfectas en Dios. En el resto de las criaturas a estas primalidades se unen tres primalidades opuestas: impotencia, ignorancia y odio. Por eso el mundo de las criaturas es una mezcla de orden y desorden, de contingencia y de armonía, de finalismo y azar.El cosmos de Campanella, animado por esta intrincada red de correspondencias, afinidades ocultas y oposiciones, que vinculan entre sí a todos los seres, es una totalidad orgánica en la cual se anuncia por todas partes, la vital presencia de Dios.
Teología y política
En La città del Sole, Campanella sueña con una gran reforma político-espiritual que compusiera las rupturas del interior del cristianismo, y reconstruyera el imperio universal de la Iglesia. El instrumento de esta unificación debería haber sido la hegemonía española, o, al decaer ésta, la monarquía francesa. Pero esa unificación debía de ir acompañada de una reforma, por parte de la Iglesia, en los fundamentos de su dogma, corrompido, según él, por el aristotelismo escolástico. La república de Campanella se presenta como «un hallazgo de la filosofía y de la razón humanas, para demostrar que la verdad evangélica está de acuerdo con la naturaleza«.La idea que Campanella tiene de la política, fundada en una visión ético-religiosa y cósmico-mágica, se opone decididamente a Maquiavelo y a los teóricos de la razón de Estado, manifestando ese singular cruce de lo viejo y de lo nuevo que es un rasgo característico de toda la obra de este pensador.
Pedagogía y estética
Campanella esboza algunas ideas que parecen adelantarse a los conceptas de la pedagogía moderna. La educación se basa en dos principios: el primero es el papel de la sabiduría, entendida como parte principal en la perfección general del hombre. Al ser el hombre una participación de la esencia divina, tiende por su naturaleza a imitar la omnisciencia de Dios. El segundo es el carácter experimental en que debe basarse la educación. En efecto: todo el ámbito de la comunidad civil y religiosa, y no sólo una parte de ella, debe ser una perpetua enseñanza para los educandos. Los niños, «jugando y sin fastidio, pueden encontrar figurados en los aspectos de la vida cotidiana todos los órdenes de lo cognoscible«.Campanella tuvo también una amplia producción lírica a lo largo de su vida, especialmente en los años de cárcel. En su conjunto trata de liberar al juicio estético de la sujeción a las reglas establecidas por los aristotélicos. Su formulación de la estética se encuentra en la Poetica (obra redactada dos veces). Define la poesía como un «instrumentum magicum, magia vocalis» que favorece la conservación del espíritu. El encanto de la poesía no depende tanto de sus temas cuanto de los modos de transmisión y de recepción de la palabra. La poesía se convierte así, para Campanella, en un medio maravilloso y extraordinario de percepción de la realidad.
Bibliografía
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SQUILLACE, M., La vita eroica di T. Campanella, Roma,1967.
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FEMIANO, S., La metafísica di T. Campanella, Milán, 1968.
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BONANSEA, B., T. Campanella, Reniassance pioner of modern Thought, Washington, 1969.