Brueghel, Pieter el Viejo (1528-1569).
Pintor flamenco del que se tienen escasas noticias sobre los primeros años de su vida, aunque se sabe que nació en Breda en 1528 ó 1530, y murió en Bruselas en 1569. Fue hijo de María Bessemers, una de las principales pintoras del momento, quien posiblemente lo introdujo en el mundo de la pintura. No se sabe exactamente cuándo se trasladó a Amberes, ciudad donde ya estaba inscrito en el año 1551 como pintor en la Guilda de San Lucas. Al año siguiente, inició un viaje por Italia, y visitó Nápoles y Sicilia; de su estancia son testimonios una Vista de Reggio Calabria y una Vista de Nápoles. En 1553, se encontraba en Roma, donde hizo una serie de dibujos de la ciudad que más tarde convertiría en grabados. En 1554, regresa a Amberes, donde colaboró con Hieronymus Cock en la colección de grabados de los Grandes paisajes, publicada en 1555, para la que realizó dibujos de composiciones satíricas, que enlazan con la obra del Bosco, la del propio Hieronymus y otros grabadores del momento.
Su actividad como pintor se inició en 1557. Permaneció en Amsterdam hasta 1562, y se estableció en Bruselas al casarse, en 1563, con Mayken Coecke, hija del culto e italianizante pintor Pieter Coecke van Aelst. Allí nacerían sus dos hijos, Pieter y Jan, también pintores.
Pese a su viaje a Italia, y su estancia en Roma, su obra no muestra un interés particular por los modelos de la Antigüedad clásica, o por la figuración del Renacimiento italiano. Su principal interés se centró en la representación de la Naturaleza, inspirada en los espectáculos naturales de los Alpes, que lo indujeron a renovar radicalmente la gran tradición de la pintura nórdica de paisajes. Son extraordinarias sus representaciones de los Meses (1565), realizadas para Nicolás Jonghelinck, su principal cliente junto a Granvelle, serie a la que corresponden las escenas de El día sombrío, La vuelta del ganado o El carro de heno y La siega.
Desde el primer momento, Brueghel retomó y desarrolló con una gran originalidad la tradición de la pintura flamenca, sobre todo el mundo visionario y fantástico del Bosco. Recurrió a las mismas fuentes de folklore y refranes populares que éste, lo que se refleja en obras como Los proverbios flamencos (1559), La disputa entre Carnaval y Cuaresma (1559) y Los juegos de niños (de 1560), o el Triunfo de la muerte y Dulle Griet.
Brueghel también cultivó cuadros de temática religiosa, especialmente entre los años de 1562 y 1567, en los que dio una importancia paralela a las figuras y al paisaje, con lo que logró una gran solidez compositiva. Los más destacados son: El suicidio de Saúl, La torre de Babel, La conversión de Saulo, La subida al calvario, La adoración de los Magos y La predicación del Bautista. Con estas obras se inició en el Naturalismo, afianzado en sus últimas composiciones: la Danza Nupcial, El misántropo, La danza de los ciegos, Los mendigos, El ladrón de nidos, La garza sobre la horca, La danza de los campesinos y El banquete nupcial. En todas ellas mostró una excepcional libertad y originalidad estilística, con un desarrollo pictórico ancho y plano, de colores luminosos, en el que conjugó un primitivismo formal con la introducción de fuertes escorzos y composiciones de perspectiva, con una extraordinaria vivacidad narrativa y un gran naturalismo.
Brueghel fue, sin duda, el pintor por excelencia del paisaje, en el que se integra la empequeñecida figura humana de forma perfecta. Su visión de la naturaleza, aparentemente cotidiana, parece aproximarse a un sentimiento panteísta. Como fundador de la escuela paisajista flamenca se apartó de la visión alemana del paisaje o de la veneciana, donde la naturaleza era algo grandioso y, en muchos casos, fantástico y sin referencia con las figuras. Para Brueghel, el paisaje se entiende como algo conocido y querido, que en la mayor parte de los casos narra hechos cotidianos y concretos, con escenas de pequeñas figuras que se relacionan con él con total naturalidad.
Pieter el Viejo fue el fundador de una importante familia de pintores flamencos, sus dos hijos, Pieter Brueghel el Joven y Jan Brueghel el Viejo, nacidos pocos años antes de la muerte de su padre, no recibieron su primera formación con él sino con la madre de éste, su abuela María Bessemers, que fue una de las pintoras más famosas de su tiempo y que también había iniciado a su propio hijo. La actividad de esta importante familia fue continuada por Abraham Brueghel, hijo y discípulo de Jan Brueghel.
Bibliografía
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ARPINO, G.: Brueghel. Barcelona, 1982.
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FRATTI, T.: Brueghel. Barcelona, 1981.
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MALICUA, J.: El Arte flamenco. Barcelona, 1988.
EAC.