Benites Vinueza, Leopoldo (1905-1995).
Escritor y diplomático ecuatoriano, nacido en Guayaquil el 17 de octubre de 1905, y muerto en la misma ciudad en 1995. Fue presidente del Consejo de Seguridad de la ONU en 1966 y presidente de la Asamblea General en 1973. Realizó sus primeros estudios en Ríobamba y Guayaquil, y la carrera de Jurisprudencia en la Universidad de Guayaquil. En 1926 se licenció en Ciencias Sociales. En su juventud formó parte del grupo Hermes, hondamente influido por la poesía de Rubén Darío, pero más aún por Rodó y Herrera Reising. Sus primeros poemas simbolistas aparecieron en la revista Síngulus del mismo grupo, de la que Benites fue director. También por aquellos años comenzó a publicar en El Guante versos y cuentos juveniles.
En 1923 ganó un concurso en el Vicente Rocafuerte con dos relatos cortos: La Mala hora y El enemigo, que eran un preludio de la tónica de la literatura que predominaría años más tarde en el grupo de Guayaquil. A partir de 1924, trabajó como profesor en el colegio Vicente Rocafuerte, hasta que en 1941 fue privado de su cátedra por el régimen de Arroyo, a causa de los artículos publicados en el periódico El Universo. La persecución de Arroyo no paró hasta que, en 1942, Benites fue apresado sorpresivamente y encarcelado durante diez meses sin fórmula de juicio. Aún desde la cárcel, siguió enviando sus colaboraciones a El Universo.
Al recobrar la libertad entró a militar en las filas de «Acción Democrática Ecuatoriana» (ADE). Con el triunfo de la revolución el 28 de mayo de 1944, su situación mejoró: fue nombrado diputado funcional por el periodismo de la costa en la Asamblea Nacional de Quito, y en 1945 fue elegido miembro nacional de la Casa de la Cultura. Destacó, de manera especial, en el campo de la diplomacia: representó a su país como embajador en Uruguay, Bolivia, México, Argentina y ante la Organización de Naciones Unidas; en el seno de esta organización fue elegido presidente del Consejo de Seguridad en 1966 y presidente de la Asamblea General en 1973. Representó también al Ecuador ante la Comisión de Derechos Humanos con sede en Ginebra, en 1976, y formó parte de la comisión de la ONU que investigó la violación de los derechos humanos en Chile.
Sus ideas socialistas le llevaron a preocuparse siempre por la situación de su país y de sus gentes, tanto en sus trabajos periodísticos, como en sus obras literarias. Entre éstas hay que destacar las siguientes: Argonautas de la selva, publicada en 1945 por el Fondo de Cultura Económica de México, al igual que Ecuador: drama y paradoja (1950); Cuzunza o Aguas Turbias (obra de teatro estrenada en Montevideo que no ha sido publicada), El vigilante de la noche (título que recoge estudios sobre Espejo, Mejía, Montalvo y otros) y Poemas en tres tiempos, selección de poesías publicada por la Casa de la Cultura del Guayas en 1977. Las universidades de Montevideo, Setton Hall de New Jersey y la de Guayaquil le honraron con el título de «Doctor Honoris Causa». A los 80 años se retiró de la vida pública, para seguir trabajando en estudios sobre Bolívar y Montalvo.