Basilio Valentín (s. XV).
Alquimista alemán del s.XV que se cree fue monje benedictino en el convento de San pedro de Erfurt, en Prusia, a principios de ese siglo. Acerca de su identidad existe gran controversia, pues no consta su nombre en los archivos del convento. Unos señalan que Basilio Valentín fue en realidad un tal Johann Tholden, que publicó una hagiografía germánica del fraile en Erfurt en el año 1612. Otros autores señalan que fue un monje que debió vivir en siglos posteriores, pues en algunas versiones de sus obras se hace mención del uso de la aleación de antimonio para construir caracteres de imprenta, que en su época se construían todavía de madera, y de la utilización de las sales de antimonio contra la sífilis, enfermedad que con los nombres de ‘mal francés’ o ‘enfermedad de los militares’ empezó a darse a conocer a mediados del siglo XVI.
De su vida tan sólo cabe reseñar que preconizó el uso del stibium como panacea para todos los males, de suerte que, decidido a revitalizar a sus compañeros de convento, les administró este elemento con tan mala fortuna que varios de ellos perecieron. Tal hazaña fue pronto conocida por la población, de tal forma que el stibium vino en llamarse, en el latín bastardo de la baja edad media, como antimoine (‘antimonje’), y de aquí procede antimonio, nombre con el que se conoce en la actualidad a tal elemento.
Sus obras fueron editadas a mediados del siglo XVI en dialecto alto-sajón, y destaca la llamada Currus Triumphalis Antimonii (1624). También publicó diversos trabajos sobre los métodos de obtención de cobre, hierro y otros metales.