Balaguer, Joaquín (1907-2002).
Político dominicano, presidente de la República en varias ocasiones durante tres periodos de la historia de su país (1960-1962, 1966-1978, 1986-1996), nacido el 1 de septiembre de 1907 en Villa Bisonó y fallecido el 14 de julio de 2002 en Santo Domingo.
Estudió Derecho en las universidades de Santo Domingo y la Sorbona (París), institución esta última en la que se doctoró en Leyes y Ciencias Económicas. Durante la dictadura de R. L. Trujillo desempeñó diversos puestos diplomáticos y gubernamentales; sirvió en la misión de Madrid (1932-1935), fue subsecretario de Asuntos Exteriores (1936-1940) y representante plenipotenciario en Colombia (1940-1946), Naciones Unidas (1947), Venezuela, Honduras y México. Entre 1954 y 1955 ocupó el ministerio de Asuntos Exteriores, y de 1955 a 1957 el de Educación.
En 1957 fue nombrado vicepresidente con Héctor Trujillo, el hermano del dictador, y en 1960 pasó a ocupar la propia presidencia, si bien R. L. Trujillo se reservaba el poder real en tanto que «Generalísimo» y «Benefactor de la Patria». No obstante, el dictador pereció en un atentado el 30 de mayo de 1961, y el 5 de julio siguiente Balaguer fue confirmado en la suprema magistratura. Quince días después de que constituyera un Consejo de Estado y tras varias semanas de manifestaciones contra la continuación de las estructuras represivas del trujillismo, el 16 de enero de 1962 Balaguer fue derrocado en un golpe de Estado encabezado por el general Pedro Rodríguez Echevarría, y se exilió en EE.UU.
La grave crisis de 1965, en la que los partidarios y detractores del presidente depuesto en 1963, el izquierdista J. Bosch, se enzarzaron en una suerte de guerra civil, quedó zanjada con una intervención militar de EE.UU. y el compromiso de las partes para celebrar elecciones, lo que permitió el regreso de Balaguer a Santo Domingo. En las elecciones del 1 de junio de 1966 Balaguer, candidato del Partido Reformista (PR, que fundara en junio de 1964 en Nueva York), se impuso a Bosch, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), en lo sucesivo su más enconado rival. Tras eliminar la prohibición constitucional de un segundo mandato presidencial, Balaguer obtuvo la reelección en las elecciones de 1970 (16 de mayo) y 1974 (16 de mayo), que se desarrollaron sin verdadero juego competitivo, pero hubo de reconocer, ante las presiones de EE.UU., su derrota en la edición de 1978 (16 de mayo) ante el candidato del PRD, A. Guzmán, al que cedió las funciones el 16 de agosto. Tal hecho se presentó entonces como el final del pos-trujillismo y un principio de aceptación de la alternancia de poder y la neutralidad del Ejército en las cuestiones políticas. En las elecciones de 1982 (16 de mayo) Balaguer volvió a ser batido por el candidato gubernamental, S. J. Blanco.
Tras ocho años en la oposición, Balaguer ganó las elecciones de 1986 (16 de mayo) con el 41% de los votos, no sin la impugnación del candidato del PRD, Jacobo Majluta. Prácticamente ciego y con la salud muy quebrantada, Balaguer fue reelegido en 1990 (16 de mayo) con sólo un punto de diferencia sobre el también anciano Bosch, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), quien acusó al PRSC (partido surgido de la fusión del Partido Reformista y el Partido Revolucionario Social Cristiano, que desde ese momento pasó a llamarse Partido Reformista Social Cristiano) de haber cometido fraude. Aún insistió Balaguer, pese a los achaques propios de su avanzada edad (86 años), en un último mandato presidencial, y las elecciones de 1994 (16 de mayo), si bien lo proclamaron vencedor con el 42,5%, destacaron como las más sucias de los últimos años; fue evidente entonces que había ganado el perredista José Francisco Peña Gómez. El gran revuelo generado, más la mala imagen internacional, forzaron a Balaguer a pactar la celebración de nuevas elecciones en 1996, a las que no se presentaría. Como último gesto de astucia, Balaguer pactó inesperadamente con su inveterado adversario Bosch, escorado desde hacía tiempo a la derecha, para sostener al nuevo líder del PLD, L. Fernández, frente al enemigo común, Peña Gómez. Éste, que se había impuesto ampliamente en la primera vuelta (16 de mayo), cayó derrotado en la segunda (30 de junio). Balaguer ni siquiera se molestó en hacer campaña por el candidato de su propio partido, Jacinto Peynado.
El 16 de agosto entregó el poder a Fernández, poniendo fin a un ejemplo de perdurabilidad inédita en la región (exceptuando la dictadura de Fidel Castro) y a un estilo de hacer política, paternalista, conservador y caudillista. Volvió a postularse en 2000 y logró la segunda posición en los comicios que elevaron a la máxima magistratura del país al socialdemócrata Hipólito Mejía.
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