Arrau, Claudio (1903-1991).


Pianista chileno (aunque poseyó la doble nacionalidad chilena y estadounidense); nació en Chillán el 6 de febrero de 1903 y murió en Muerzzuschlag (Austria) el 9 de junio de 1991. Destacó Arrau en el piano desde su infancia, de modo que dio su primer concierto en su ciudad natal con tan sólo cinco años y el primero en Berlín tan sólo seis años después, a la edad de once. Su estancia en Berlín, debida a una beca del gobierno chileno, procedía de 1913 y se prolongó más de veinte años. Fue su primer profesor en Alemania Martin Krause, uno de los últimos discípulos de Liszt, lo que convirtió a Arrau en un eslabón que llevó la técnica del maestro húngaro del XIX a lo largo del siglo XX. A la muerte de Krause, decidió trabajar sin profesor, lo que no fue obstáculo para que ganara el Premio Liszt, vacante desde hacía cuarenta y cinco años, en dos convocatorias seguidas: las de 1919 y 1920, el Premio Ibach y la Medalla Gustav Höllander. En 1921, regresó por primera vez a su país, dentro de una gira de conciertos por toda América.

En 1925, iniciada ya su carrera internacional, fue nombrado profesor del Conservatorio Stern de Berlín, en el que permaneció hasta 1940. En 1927, ganó el Concurso Internacional de Ginebra y al año siguiente dio su primer concierto con la Filarmónica de Berlín. Allí fue dirigido por batutas de la talla de Otto Klemperer, Bruno Waltero Richard Strauss, aunque poco después se retiró para dedicarse a la enseñanza. Tras abandonar el conservatorio berlinés en 1940, marchó a Chile, donde fundó en Santiago una escuela de piano.

A partir de 1941, volvió Arrau a los escenarios y su carrera avanzó hasta los años inmediatos a su muerte cosechando éxitos y honores por todo el mundo. En su interpretación, la perfección técnica se pone siempre al servicio de la expresión de la música. Además de uno de los grandes pianistas del siglo, fue Arrau sistemático estudioso de la literatura pianística del Clasicismo, el Romanticismo y el Impresionismo, de la que nos ha dejado grabaciones, con frecuencia integrales (así de la música pianística de Chopin o Beethoven), que constituyen auténticos hitos de la interpretación de nuestro siglo. Fue también destacado intérprete de la obra de Bach desde su juventud (en 1935 y en Berlín interpretó en una serie de doce conciertos la integral de sus conciertos para clave), aunque un estudio detallado de ésta lo llevó a negarse a interpretarla en piano por considerar que el complicado contrapunto de cantor de Leipzig no quedaba suficientemente bien retratado en el sonido brillante y lleno de armónicos del piano moderno. Ésta fue la causa de que se negara a que se publicaran sus grabaciones, por demás magistrales, de El Clave Bien Temperado y los Ejercicios para Clave (Klavier-übung), que la casa discográfica para la que las llevara a cabo editó tras su muerte. Sorprende tal rigor (el intérprete señaló que interpretaría de nuevo a Bach el día que supiese tocar el clave) en época tan temprana, cuando apenas comenzaba a desarrollarse de nuevo la técnica clavecinística, mirada punto menos que como un capricho de purista por intérpretes y público. Es muestra, sin duda, del cuidado con el que Arrau afrontaba la música que iba a interpretar. No nos encontramos, sin embargo, con interpretaciones retóricas e historicistas; muy por el contrario, Arrau se caracteriza por lo poco ostentoso de su interpretación y por la hondura del sentimiento que transmite, para el que se vale en ocasiones de tempora muy lentos que no disminuyen la expresividad y que muestran su maestría técnica.

Como parte de este estudio musicológico, es necesario destacar su edición de las Sonatas para piano de Beethoven, realizada para la editorial Peters. En 1967, creó los Fondos Claudio Arrau para ayudar a la formación de jóvenes músicos. De entre los honores alcanzados, es digna de destacarse la Medalla Hans von Bülow que le concediera en 1978 la Filarmónica de Berlín. En 1980, obtuvo el Premio Nacional de Arte de Chile.