Álvarez, Luis Fernando (1902-1952).
Poeta, narrador, periodista y diplomático venezolano, nacido en Caracas el 28 de diciembre de 1901, y fallecido en su ciudad natal el 24 de octubre de 1952. Considerado como uno de los grandes poetas surrealistas hispanoamericanos del siglo XX, dejó una honda producción poética caracterizada por la patética presencia de la muerte.
Impulsado desde su temprana juventud hacia el cultivo de la creación literaria, orientó sus primeros pasos profesionales por el sendero del periodismo, disciplina en que llegó a alcanzar gran notoriedad en los medios culturales venezolanos, como redactor del rotativo Crítica (1937) y director de la revista Fomento. Simultáneamente, se integró en los principales foros literarios de su país natal y se dio a conocer por sus composiciones poéticas de marcado signo surrealista, principalmente a través del denominado Grupo Viernes, del que fue uno de sus miembros fundadores. Congregada alrededor de la revista homónima, esta agrupación de jóvenes autores venezolanos estaba integrada por poetas de las más variadas tendencias estéticas, como Ángel Miguel Queremel (1899-1939), José Ramón Heredia (1900-1987), Pablo Rojas Guardia (1909-1978), Otto De Sola (1912-1975) y Vicente Gerbasi (1913-1993).
En su faceta de hombre público al servicio de los intereses de su nación, Luis Fernando Álvarez ocupó diferentes cargos diplomáticos que, a lo largo de toda su vida, le llevaron a permanecer largo tiempo fuera de Venezuela. Entre las numerosas legaciones diplomáticas que frecuentó, figuran las de Filipinas, Honduras y Costa Rica.
Sus inicios en el mundo de la creación poética tuvieron lugar en el seno de esa atmósfera de pesimismo y desamparo que sacudió las conciencias de todo el orbe al término de la Primera Guerra Mundial; de ahí que toda su obra gire en torno a la presencia obsesiva de la muerte, siempre acompañada de otros temas que definen la angustia existencial del ser humano, como el sentimiento de soledad y la patética contemplación de un entorno hostil y desolado. Desde el punto de vista estilístico, esta constante reflexión acerca del desarraigo y desamparo le llevó a replantearse, a lo largo de su fecunda trayectoria lírica, los fundamentos estéticos de la Vanguardia e, incluso, los postulados éticos de las sociedades que la hicieron posible. Por lo demás, el vigor expresivo de su lenguaje poético, centrado y concentrado una y otra vez en la insoslayable presencia de la muerte, le permite hallazgos literarios de un desgarramiento tan plástico como este: «Oh, los muertos de rostros fatigados, / navegando de espaldas, entre inmóviles aguas, / con las manos exhaustas, como durmiendo. / Muertos, cuyas uñas moradas y barbas tristes, / crecen -oh, todavía- entre hormigas y tinieblas«. Un tono similar se aprecia en sus composiciones más célebres, como la titulada «Ceremonias ante la muerte de mi cigarra» o «Hay un dolor», donde puede leerse el siguiente fragmento: «Manos viudas / erizan la epidermis del silencio / con aullidos de huesos, que apacientan / los pies desnudos de los huérfanos«.
Entre sus poemarios más celebrados por la crítica y los lectores especializados, sobresalen los titulados Va y ven (Caracas: Cooperativa de Arte Gráficas, 1936), Recital (Caracas: Publicaciones del «Grupo Viernes», 1939), Portafolio del navío desmantelado (Caracas: Publicaciones del «Grupo Viernes», 1940), Soledad contigo (Caracas: Publicaciones del «Grupo Viernes», 1940), Vísperas de la muerte (Caracas: Publicaciones del «Grupo Viernes», 1940) y Poeta, nube e hijos (Caracas: Editorial Elite, 1941).
En su condición de narrador, Luis Fernando Álvarez dio a la imprenta una recopilación de sus relatos, presentada bajo el título de Retorno a la vida (1933).
Bibliografía
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– GERBASI, Vicente. «Luis Fernando Álvarez y su caos en la muerte», en RNC (Caracas), 17, págs. 51-64.
– PLA Y BELTRÁN, P. «Luis Fernando Álvarez», en Humanidades (Mérida [Venezuela]), II, 7-8 (1960).
– VENEGAS FILARDO, P. «Luis Fernando Álvarez, poeta de la muerte y de la soledad», en RNC (Caracas), 37, págs. 3-10.
JRF.