Adax (ca. 403-410). El caudillo alano que se enfrentó al Imperio Romano
Adax fue un destacado caudillo de los alanos que vivió en el período comprendido entre los años 403 y 410 d.C. Su figura cobra relevancia en la historia de la Europa tardía debido a su papel en las invasiones bárbaras que sacudieron el Imperio Romano de Occidente. Este líder alano dirigió a su pueblo en una serie de confrontaciones que terminaron por marcar el destino de la Península Ibérica y de gran parte de la Europa central en la época.
Orígenes y contexto histórico
Los alanos eran un pueblo de origen iranio, que, en un momento de su historia, habían construido un imperio que se extendía desde el norte del Cáucaso hasta los Urales. Sin embargo, este imperio fue devastado en el 360 d.C. por la invasión de los hunos, lo que provocó la dispersión de los alanos por Europa. A pesar de esta derrota, los alanos continuaron existiendo como un pueblo nómada y guerrero, adaptándose a las nuevas circunstancias históricas.
Una rama de este pueblo, bajo el liderazgo de Adax, decidió desplazarse hacia el centro de Europa, donde se unieron con los vándalos y los suevos. Hacia el año 401 d.C., estos pueblos se establecieron en las regiones de la Norica (actual Austria) y la Retia (hoy Suiza y Baviera). En este periodo, Adax y sus seguidores formarían parte de una de las grandes olas de invasión que marcaron la decadencia del Imperio Romano de Occidente.
Logros y contribuciones
Invasión de las Galias y la Península Ibérica
El gran hecho que catapultó a Adax a la historia fue su participación en las invasiones bárbaras de finales del siglo IV y principios del siglo V. En el año 407 d.C., los alanos, los vándalos y los suevos cruzaron el Rin, desbordando las fronteras del Imperio Romano y devastando amplias regiones de la provincia de las Galias. A pesar de que las autoridades romanas intentaron hacer frente a esta invasión, las divisiones internas y las usurpaciones en el Imperio debilitaron su capacidad para repeler el ataque.
A finales del verano de 409 d.C., el ejército conjunto de los pueblos bárbaros cruzó los Pirineos por sus pasos orientales y penetró en la Península Ibérica. La invasión de Hispania causó una serie de devastaciones que afectaron tanto a las poblaciones locales como a las cosechas. La crónica escrita por Hidacio, un obispo y cronista hispanorromano, describe en su obra las atrocidades sufridas por los habitantes de Hispania, lo que deja claro el impacto que tuvieron estas invasiones sobre el pueblo romano y sus territorios en la península.
El reparto de Hispania
Una vez los pueblos bárbaros se adentraron en el territorio ibérico, la situación se tornó aún más compleja. En el año 411 d.C., se llegó a un acuerdo entre los invasores para repartirse los territorios de la península sin la autorización del Imperio Romano. A los alanos bajo el mando de Adax les correspondieron las regiones de Lusitania y la Cartaginense, lo que les permitió establecer un control efectivo sobre una parte importante de la península.
Este reparto de territorios fue rápidamente respondido por el emperador Honorio, quien envió a las tropas comitatenses visigodas para sofocar la rebelión. Estas fuerzas visigodas, lideradas por el rey Valia, ya habían llegado a un acuerdo con el emperador romano Constancio, comprometiéndose a recuperar a la princesa Gala Placidia y a luchar como auxiliares del Imperio Romano. La acción de los visigodos fue rotundamente eficaz, y los bárbaros fueron derrotados.
Momentos clave
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401 d.C.: Los alanos se establecen en la Norica y la Retia, uniendo fuerzas con los vándalos y los suevos.
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407 d.C.: La alianza entre los tres pueblos bárbaros cruza el Rin, desbordando las fronteras del Imperio Romano y devastando las Galias.
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409 d.C.: Los invasores atraviesan los Pirineos y entran en la Península Ibérica, causando una grave crisis en Hispania.
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411 d.C.: El reparto de los territorios peninsulares entre los pueblos bárbaros, donde los alanos reciben Lusitania y la Cartaginense.
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La respuesta visigoda: Los visigodos, bajo el liderazgo de Valia, derrotan a los alanos, que son exterminados como pueblo.
Relevancia actual
A pesar de la derrota y la desaparición de los alanos como pueblo independiente, Adax y su pueblo tuvieron un impacto significativo en la historia de Europa y en la formación de los pueblos germánicos. Su invasión y posterior derrota ilustran el colapso de las estructuras del Imperio Romano en Occidente y el ascenso de nuevas fuerzas en el continente europeo, como los visigodos, que jugarían un papel decisivo en la historia de la Península Ibérica.
El poder central romano nunca pudo frenar completamente las incursiones de los pueblos bárbaros, lo que aceleró la caída del Imperio Romano de Occidente y el inicio de un nuevo período en la historia europea, conocido como la Edad Media. Los movimientos de pueblos como los alanos contribuyeron a la creación de las bases para las futuras reinos germánicos, entre ellos el reino visigodo que posteriormente dominaría Hispania.
Impacto en Hispania
La invasión de Adax y sus compañeros bárbaros no solo significó una catástrofe para el Imperio Romano, sino también un punto de inflexión para Hispania. La devastación causada por las invasiones modificó la estructura política y social de la región, dejando una huella profunda en la historia de la Península. Las crónicas de la época reflejan el sufrimiento de los habitantes de Hispania y su incapacidad para repeler a los invasores, lo que a largo plazo impulsó la transformación de Hispania en un territorio de nuevos reinos germánicos.
Conclusión
El legado de Adax y su papel como líder de los alanos en los primeros años del siglo V es una de las muchas piezas que componen el complejo mosaico de la caída del Imperio Romano. Su historia es testigo de los intensos cambios que vivió Europa durante la época de las invasiones bárbaras, un período que contribuyó a redefinir las fronteras, las culturas y las estructuras políticas del continente. Aunque el fin de los alanos como pueblo independiente se consumó en su derrota a manos de los visigodos, su impacto perduró como parte del fenómeno histórico que transformó Europa en la Edad Media.