Tomás Abigton (1560-1647): El historiador que desafió el poder en la Inglaterra de los Tudor y Estuardo
Tomás Abigton, nacido en el Condado de Surrey en 1560 y fallecido en 1647, es una figura histórica que dejó una huella en los registros de la historia inglesa. A pesar de ser más conocido por su implicación en eventos tumultuosos de la época, como la conspiración de Babington, su legado va más allá de los escándalos políticos. Fue un historiador y erudito que dedicó su vida al estudio y la preservación de la historia inglesa, contribuyendo de manera significativa con sus obras sobre Eduardo IV y las antigüedades de la provincia de Worcester. A lo largo de su vida, Abigton se vio envuelto en situaciones peligrosas que pusieron en juego su vida, pero logró sobrevivir y, a pesar de todo, encontró tiempo para la reflexión histórica.
Orígenes y contexto histórico
Tomás Abigton nació en 1560 en el Condado de Surrey, una región al sur de Londres que, en ese momento, estaba bajo el dominio de la dinastía Tudor. Esta era una época de enormes tensiones políticas y religiosas en Inglaterra, especialmente debido a la Reforma Protestante y los conflictos entre católicos y protestantes. La situación de la reina María I de Escocia, quien fue encarcelada y finalmente ejecutada, es un ejemplo de las complejidades que marcaron la historia de este periodo. Abigton, aunque no tan famoso como algunos de sus contemporáneos, tuvo un papel crucial en estos eventos al verse implicado directamente en la conspiración de Babington.
La conspiración de Babington: La prisión en la Torre de Londres
La conspiración de Babington, un intento fallido para liberar a la reina María de Escocia y derrocar a Isabel I, tuvo repercusiones graves para muchos involucrados, y Abigton no fue la excepción. Este intento fue un plan católico para derrocar a la reina Isabel I, y como parte de este complot, Abigton fue arrestado y enviado a prisión en la Torre de Londres, donde pasó seis largos años entre 1586 y 1592. Este período de reclusión en la Torre no solo marcó su vida, sino que también evidenció el riesgo al que se enfrentaban aquellos que se oponían al régimen protestante de Isabel I.
Abigton, aunque no fue uno de los líderes de la conspiración, fue considerado uno de los cómplices debido a sus simpatías hacia los católicos y su apoyo tácito a la causa de María de Escocia. Sin embargo, a diferencia de otros conspiradores, Abigton logró sobrevivir a la prisión y salir con vida, una vez que el escándalo de la conspiración fue sofocado. Este episodio de su vida reflejó las tensiones extremas entre las facciones católica y protestante que caracterizaron la Inglaterra de los siglos XVI y XVII.
Logros y contribuciones
Tras su liberación en 1592, Tomás Abigton se retiró al tranquilo pueblo de Henlip, en el Condado de Lancaster, donde se dedicó principalmente al estudio y la escritura. A pesar de las dificultades personales y políticas que enfrentó, Abigton se mantuvo activo en la vida intelectual y académica de la época. Su obra más destacada fue su Historia de Eduardo IV, un trabajo sobre uno de los monarcas más importantes de la Casa de York. Este libro es una de las contribuciones más significativas de Abigton al campo de la historiografía inglesa, ya que ayudó a consolidar la comprensión de los eventos de la Guerra de las Dos Rosas.
Además de su trabajo sobre Eduardo IV, Abigton también escribió sobre las Antigüedades de la provincia de Worcester y la Historia de la catedral de Worcester. Estos escritos son valiosos no solo por sus detalles sobre la historia local, sino también por la forma en que abordan la conservación del patrimonio histórico en una época de turbulencia política. La investigación sobre las antigüedades de Worcester fue especialmente relevante, ya que aportó una perspectiva más amplia sobre las raíces de la Inglaterra medieval, ayudando a preservar la memoria de una ciudad rica en historia y tradiciones.
La conexión con los jesuitas y la conspiración de las pólvoras
La vida de Tomás Abigton estuvo marcada por su contacto con varios personajes clave de la historia inglesa, incluidos los jesuitas, quienes también fueron perseguidos durante el reinado de Isabel I y, más tarde, bajo Jacobo I. Abigton fue un firme defensor de la libertad religiosa, y su apoyo a los jesuitas lo llevó a ofrecerles asilo en su hogar de Henlip. En 1605, tras el fallido intento de la conspiración de las pólvoras, Abigton se vio nuevamente implicado en una situación peligrosa, esta vez relacionado con los acusados de complicidad en dicho complot, como los jesuitas Garnet y Oldeorn.
Debido a su asociación con los jesuitas, Abigton fue procesado y condenado a muerte. No obstante, gracias a la intervención de su cuñado, Lord Mointegu, la pena capital fue conmutada por un destierro de Londres, lo que le permitió evitar la ejecución y continuar su vida, aunque fuera lejos de la capital.
Momentos clave de su vida
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La conspiración de Babington: Un hito en la vida de Abigton fue su implicación en la conspiración de Babington, que lo llevó a la prisión en la Torre de Londres.
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La escritura histórica: Tras su liberación, Abigton se dedicó a la escritura, destacándose por su Historia de Eduardo IV y su trabajo sobre las antigüedades de Worcester.
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El apoyo a los jesuitas: Durante los eventos relacionados con la conspiración de las pólvoras, Abigton ofreció refugio a los jesuitas, lo que le costó su condena.
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El destierro: Finalmente, tras la intervención de su cuñado, Abigton fue desterrado de Londres en lugar de ser ejecutado.
Relevancia actual
La relevancia de Tomás Abigton en la historia inglesa no debe subestimarse. Aunque su figura no es tan conocida como la de otros contemporáneos de su época, sus escritos siguen siendo una fuente importante para el estudio de la Inglaterra medieval y de los turbulentos años de la Reforma y la contrarreforma. Abigton contribuyó a la preservación de la historia de Eduardo IV y de la ciudad de Worcester, ofreciendo un testimonio único de la Inglaterra de finales del siglo XVI y principios del XVII.
Además, su vida refleja los conflictos ideológicos y religiosos que marcaron una era de persecuciones y luchas políticas. A través de su implicación en la conspiración de Babington y su relación con los jesuitas, Abigton se convirtió en un símbolo de la resistencia intelectual y religiosa en un tiempo de opresión.
Un legado de resistencia y conocimiento
El legado de Tomás Abigton es, sin lugar a dudas, uno de resistencia intelectual. A pesar de los enormes riesgos personales y políticos que corrió a lo largo de su vida, su dedicación al estudio de la historia y su valentía al desafiar las normas de su tiempo son un ejemplo para generaciones posteriores. Abigton no solo fue un historiador de importancia local, sino que también jugó un papel activo en los eventos que definieron el destino de su país en una época crucial para la historia de Inglaterra.
Hoy, su obra continúa siendo relevante para los historiadores interesados en el período Tudor y Estuardo, y su vida sirve como recordatorio de los desafíos que enfrentaron aquellos que, en su época, lucharon por la libertad religiosa y el conocimiento en un contexto de represión política y religiosa.