Lascelles Abercrombie (1881-1938). El poeta británico que defendió la tradición en tiempos de cambio

Figura clave de la literatura inglesa de principios del siglo XX, Lascelles Abercrombie destacó como poeta, dramaturgo, crítico literario y profesor universitario. En una época marcada por la emergencia de nuevas corrientes vanguardistas, él eligió mantenerse fiel a los valores estéticos del pasado, especialmente aquellos heredados del periodo victoriano. Su obra es una rica amalgama de tradición, innovación filosófica y profundidad formal, lo que lo convierte en un referente tanto en el ámbito creativo como teórico.

Orígenes y contexto histórico

Nacido en Ashton-upon-Mersey el 9 de enero de 1881, Abercrombie creció en una Inglaterra que aún vibraba con los ecos del esplendor victoriano. A finales del siglo XIX, el país vivía una transición cultural, científica e industrial. En este contexto, el joven Lascelles se interesó inicialmente por el conocimiento científico, matriculándose en la Universidad de Manchester para estudiar Ciencias. Sin embargo, su auténtica vocación terminó imponiéndose: la literatura.

Inspirado por la obra de autores del siglo XIX como Robert Browning, Abercrombie se fue alejando del pensamiento científico para abrazar la complejidad del lenguaje poético. Esta transición no solo marcó su carrera personal, sino también su lugar dentro del panorama literario británico, donde se le reconocería como uno de los más distinguidos “poetas georgianos”, un grupo que, a pesar de convivir con las vanguardias, se mantuvo apegado a formas clásicas de expresión.

Logros y contribuciones

Una poética arraigada en la tradición

El debut literario de Abercrombie se produjo en 1908 con Interludes and Poems, una colección que ya desde el título reflejaba su preferencia por las estructuras teatrales y los modelos dialogados. Esta obra fue recibida con entusiasmo, consolidando su reputación como un autor de talento. En ella se observa un esfuerzo deliberado por rescatar temas, formas y estilos del pasado reciente, articulados en una poesía de rica sonoridad y profundo contenido filosófico.

Con el paso del tiempo, su obra lírica evolucionó hacia una expresión más densa, influida por ideas metafísicas y reflexiones abstractas, lo cual la hizo menos accesible para el lector común. Esta complejidad estilística quedó recogida en Twelve Idyls and Other Poems (1912), volumen en el que su preocupación por lo trascendente adquiere protagonismo. En él, se evidencia su voluntad de abordar los dilemas existenciales del ser humano mediante una poesía exigente tanto en forma como en fondo.

Éxito en el teatro y ensayos influyentes

Abercrombie también destacó como autor dramático, obteniendo un notable reconocimiento con obras como The Sale of Saint Thomas (1911) y Deborah (1913). Estas piezas teatrales no solo fueron aplaudidas por el público sino también valoradas por la crítica, por su capacidad para incorporar el conflicto espiritual y la búsqueda de sentido dentro de marcos dramáticos bien construidos.

Sin embargo, su legado más duradero reside en su labor como teórico de la literatura. En este campo, sus aportaciones resultan fundamentales para comprender el pensamiento literario de su tiempo. Entre sus obras más destacadas se encuentran:

  • Thomas Hardy (1912): estudio donde analiza con profundidad la obra del célebre novelista inglés.

  • Speculative Dialogues (1913): un conjunto de reflexiones sobre la creación poética y la función del arte.

  • Theory of Art (1922): colección de ensayos que abordan la estética contemporánea desde una perspectiva crítica y filosófica.

  • Poetry, Its Music and Meaning (1932): síntesis de su pensamiento literario, donde examina la relación entre música, forma y sentido en la poesía.

A través de estos ensayos, Abercrombie ofreció herramientas teóricas clave para escritores, críticos y estudiantes, y su influencia se extendió a numerosos autores contemporáneos.

Momentos clave

A lo largo de su trayectoria, varios hitos marcaron la evolución y consolidación de Lascelles Abercrombie como figura intelectual:

  1. 1908 – Publicación de Interludes and Poems, su debut literario.

  2. 1911 – Estreno de The Sale of Saint Thomas, que le otorga reconocimiento como dramaturgo.

  3. 1912 – Publicación de Twelve Idyls and Other Poems, que lo vincula al movimiento georgiano.

  4. 1922 – Publicación de Theory of Art, referencia obligada en estudios de estética literaria.

  5. 1932 – Culmina su pensamiento crítico con Poetry, Its Music and Meaning.

  6. 1938 – Fallece en Londres el 27 de octubre, dejando un corpus literario y ensayístico que todavía es objeto de análisis y estudio.

Relevancia actual

En un contexto actual donde la innovación y la ruptura con lo anterior suelen valorarse como signo de genialidad, la figura de Lascelles Abercrombie ofrece una lección de equilibrio y continuidad. Su obra invita a reconsiderar el valor de la tradición literaria como una fuente legítima de creatividad. Lejos de quedarse anclado en el pasado, supo reinterpretar modelos antiguos bajo una óptica moderna, impregnada de profundidad intelectual y sensibilidad estética.

Además, su pensamiento crítico sigue vigente en áreas como la teoría de la literatura, la estética y la crítica textual. Autores, investigadores y docentes encuentran en sus ensayos una base sólida para el análisis del lenguaje poético, la relación entre forma y contenido, y la experiencia del lector frente al arte.

Legado de Abercrombie en la actualidad:

  • Influencia en la crítica literaria académica contemporánea.

  • Inspiración para poetas y dramaturgos que buscan integrar reflexión filosófica en sus obras.

  • Presencia en estudios universitarios sobre estética y teoría literaria.

  • Ejemplo de fidelidad a los valores artísticos frente a las modas efímeras.

Un defensor de la poesía como forma de pensamiento

Lascelles Abercrombie no fue simplemente un poeta más dentro del canon inglés del siglo XX. Fue, ante todo, un pensador del hecho poético, un artista convencido de que la poesía debía ser tanto una manifestación estética como una vía de conocimiento. En sus versos y ensayos palpita una preocupación constante por la naturaleza del arte, por el papel del lenguaje en la expresión humana y por la capacidad del individuo para transcender lo cotidiano mediante la palabra.

Su inclusión en el grupo de los “poetas georgianos” lo sitúa en un lugar particular: ni plenamente moderno, ni completamente tradicional. Esta posición intermedia fue, sin embargo, la clave de su originalidad. Supo tomar los recursos del pasado para hacerlos dialogar con los problemas de su tiempo, y en ese esfuerzo encontró una voz propia, lúcida y coherente.

El estudio de su obra no solo permite apreciar su maestría formal, sino también entrar en contacto con una de las mentes más lúcidas del pensamiento literario británico del siglo XX. A pesar de haber fallecido hace casi un siglo, Lascelles Abercrombie continúa interpelando a quienes se acercan a su obra, reafirmando con cada lectura su lugar en la historia de la literatura.