Muhammad Ben Ahmed Abdelghani (1927-1996). El líder militar que consolidó el poder en la Argelia poscolonial
Muhammad Ben Ahmed Abdelghani fue una de las figuras más relevantes de la historia contemporánea de Argelia. Militar, político y primer ministro entre 1979 y 1984, desempeñó un papel fundamental tanto en la lucha por la independencia del país como en la posterior consolidación del Estado argelino bajo un régimen autoritario pero funcional. Su vida estuvo marcada por la defensa de la soberanía nacional, la fidelidad al Frente de Liberación Nacional (FLN) y una capacidad estratégica que lo llevó a ocupar cargos clave durante décadas convulsas.
Orígenes y contexto histórico
Nacido en Orán el 18 de marzo de 1927, Abdelghani provenía de una familia modesta. Este entorno no impidió que accediera a la educación secundaria en su ciudad natal, un logro significativo en el contexto colonial francés que relegaba a la población autóctona. Su formación académica y sensibilidad social lo condujeron tempranamente hacia el activismo político, uniéndose al Partido del Pueblo Argelino (PPA), liderado por el influyente nacionalista Messali Hadj.
El PPA representaba una corriente nacionalista que promovía la autodeterminación y reformas profundas. En este contexto, Abdelghani comenzó a forjarse como una figura destacada del movimiento anticolonial.
El punto de inflexión llegó en 1954, con el estallido de la insurrección contra la colonización francesa. Este conflicto daría paso a la Guerra de Independencia de Argelia, un enfrentamiento brutal que duró hasta 1962 y que transformó completamente el escenario político del Magreb.
Durante esta etapa, Abdelghani se integró en el Frente de Liberación Nacional (FLN), liderado por Ferhat Abbás, desde donde se impulsó la resistencia armada y diplomática contra Francia. Fue destinado a El Cairo como coordinador y reclutador, reforzando los lazos internacionales del movimiento.
Logros y contribuciones
El papel de Abdelghani durante la guerra fue notable. Entre 1956 y 1962, ejerció la jefatura de distintos sectores militares, destacándose por su capacidad organizativa y táctica. Al alcanzar la jefatura de la I Región Militar tras la independencia, se consolidó como uno de los líderes más respetados del nuevo ejército argelino.
Su ascenso no se detuvo ahí. A pesar de que el nuevo gobierno encabezado por Ben Bella no contaba con su apoyo, Abdelghani mostró fidelidad a Huari Boumedian cuando este lideró el golpe de Estado de 1965. Esa lealtad fue premiada: en 1974 fue nombrado ministro del Interior, una posición clave desde la que ejerció un férreo control del orden interno en plena consolidación del régimen.
En 1979, tras la muerte de Boumedian, el FLN designó a Chadli Benyedid como presidente. Este confió a Abdelghani la jefatura del Gobierno, lo que convirtió a este veterano militar en primer ministro de Argelia. Fue un reconocimiento a su trayectoria, pero también una maniobra política para garantizar la estabilidad del nuevo régimen.
Durante su mandato, Abdelghani impulsó medidas de modernización administrativa, promovió infraestructuras y manejó crisis severas, tanto naturales como políticas.
Momentos clave en su carrera
1. Guerra de Independencia (1954-1962)
Abdelghani desempeñó un papel militar decisivo, logrando el rango de coronel. Su influencia se extendió a las decisiones estratégicas del conflicto y a la posterior reestructuración de las fuerzas armadas.
2. Apoyo al golpe de Boumedian (1965)
Su ruptura con Ben Bella y adhesión al nuevo liderazgo consolidó su estatus dentro del poder. La confianza que le otorgó Boumedian se tradujo en altos cargos que ocuparía por décadas.
3. Gestión del Ministerio del Interior (1974-1979)
Abdelghani enfrentó importantes desafíos internos, como los conflictos con la población beréber en la región de La Kabila, defensora de sus tradiciones frente a una creciente arabización oficial. También tuvo que gestionar la respuesta al devastador terremoto de El Asnam (hoy Ech Chelif) en 1980, que dejó aproximadamente 10.000 muertos y más de 300.000 desplazados.
4. Primer Ministro de Argelia (1979-1984)
Durante su gobierno, trató de mantener la cohesión dentro de un sistema dominado por el partido único, pero con una creciente demanda de apertura. Benyedid, su superior, inició tímidas reformas, mientras Abdelghani intentaba contener la agitación social y económica.
5. Reforma constitucional y caída (1988)
En medio de una crisis nacional que desembocó en graves disturbios y protestas, Benyedid impulsó una reforma constitucional para abrir el sistema. Esta reforma implicó el cese de Abdelghani de sus cargos políticos el 9 de agosto de 1988, poniendo fin a su protagonismo gubernamental.
Relevancia actual
La figura de Muhammad Ben Ahmed Abdelghani es central para entender la transición de Argelia de colonia a Estado independiente. Su trayectoria refleja la complejidad del proceso de descolonización y la construcción de un régimen autoritario de partido único, que si bien logró estabilidad, también sembró las bases de futuras crisis.
Su fidelidad institucional, su habilidad para manejar conflictos y su capacidad de adaptación lo convirtieron en un arquitecto clave del poder militar- político en Argelia. A pesar de no haber sido presidente, su rol como primer ministro fue decisivo en momentos de redefinición del liderazgo nacional.
Actualmente, su legado se analiza desde dos prismas:
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Como héroe militar de la independencia, gracias a su papel activo en el campo de batalla y en la estructuración del ejército nacional.
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Como figura del régimen autoritario, criticado por la falta de apertura democrática y por el papel represivo que desempeñó desde el Ministerio del Interior.
Principales aportes de Abdelghani
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Jefatura militar durante la guerra de independencia.
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Reorganización del Ejército tras la independencia.
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Liderazgo en el Ministerio del Interior durante momentos de gran tensión social.
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Estabilidad institucional como primer ministro.
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Promotor de políticas de control estatal y orden interno.
Aunque retirado de la vida política activa tras 1988, Abdelghani dejó una huella profunda en las estructuras del poder argelino. Su vida simboliza el paso de la resistencia armada al autoritarismo institucionalizado, una etapa que marcaría a varias generaciones.
Murió en Argel el 22 de septiembre de 1996, dejando tras de sí un legado complejo, pero innegablemente influyente en la historia moderna del país. Su figura sigue siendo objeto de análisis en los debates sobre la construcción del Estado en el norte de África y la evolución del nacionalismo postcolonial.