Abd-El-Kadir Ghilani (¿-1165). El místico persa que dio forma al sufismo kadiri

Figura central en el desarrollo del sufismo islámico, Abd-El-Kadir Ghilani fue un influyente doctor musulmán nacido en Ghilon, Persia, cuya vida y enseñanzas marcaron profundamente la espiritualidad del mundo islámico. Murió en el año 1165, pero su legado místico y doctrinal sigue vigente hasta nuestros días gracias a su papel clave en la fundación de la orden sufí Qadiriyya, una de las más antiguas y extendidas del islam.

Orígenes y contexto histórico

Abd-El-Kadir Ghilani nació en un momento en que el mundo islámico experimentaba una consolidación tanto política como religiosa. Aunque la fecha exacta de su nacimiento es incierta, su ciudad natal, Ghilon (actualmente parte del norte de Irán), se encontraba en un cruce de caminos culturales y espirituales, lo que favoreció su exposición a una gran variedad de corrientes filosóficas y teológicas desde una edad temprana.

Durante los siglos XI y XII, el califato abasí enfrentaba una evidente decadencia política, mientras que el islam sunní trataba de afirmar su ortodoxia frente a los movimientos chiíes y las múltiples expresiones místicas que surgían en los márgenes. En este contexto, el sufismo —una corriente mística del islam centrada en la búsqueda directa de Dios a través de la purificación del alma— comenzó a tomar fuerza. Fue precisamente en este entorno que Abd-El-Kadir Ghilani desarrolló su pensamiento y acción espiritual.

Logros y contribuciones

Uno de los mayores aportes de Abd-El-Kadir Ghilani fue la fundación formal de la orden sufí conocida como Qadiriyya, llamada así en su honor. Esta orden no solo sobrevive hasta nuestros días, sino que también ha influido profundamente en la espiritualidad musulmana en regiones tan distantes como África del Norte, el sudeste asiático y la India.

El pilar doctrinal de su enseñanza quedó plasmado en la obra Malfuzat, que recoge sus enseñanzas espirituales y constituye una referencia esencial dentro del sufismo. Otro de sus escritos clave fue Kadiri, donde estableció los estatutos de la secta de los Sufitas, trazando un camino claro de prácticas, virtudes y aspiraciones espirituales que sus seguidores debían abrazar.

Entre los elementos más destacados de su doctrina se encuentran:

  • La importancia de la humildad y la austeridad como vías para acercarse a Dios.

  • La renuncia al mundo material en favor de una vida dedicada a la oración, la meditación y el servicio.

  • La educación espiritual del discípulo como camino obligatorio hacia la iluminación.

  • El equilibrio entre la Sharía (ley islámica) y el tasawwuf (espiritualidad mística), promoviendo una práctica devocional que no contradijera los preceptos religiosos.

Ghilani también se destacó como predicador y teólogo. Sus discursos, conocidos por su elocuencia y profundidad espiritual, convocaban a multitudes en Bagdad, donde pasó gran parte de su vida adulta. Su fama como maestro atrajo discípulos de distintas partes del mundo islámico, lo que facilitó la difusión de su pensamiento más allá de las fronteras de Persia.

Momentos clave

Aunque muchos aspectos de su vida permanecen envueltos en el misterio, existen varios hitos relevantes que marcaron su trayectoria:

Fundación de la Qadiriyya

Este evento fue fundamental para estructurar y dar permanencia a su legado. A través de esta orden, sus enseñanzas se institucionalizaron y se transmitieron de generación en generación bajo una disciplina clara y un liderazgo espiritual jerarquizado. El modelo de tariqa o vía espiritual que propuso la Qadiriyya se convirtió en un referente para otras órdenes sufíes posteriores.

Redacción del Malfuzat y el Kadiri

La fijación escrita de sus enseñanzas permitió preservar con fidelidad su mensaje. En estos textos se recogen no solo preceptos teológicos, sino también instrucciones prácticas sobre la conducta personal, el control de los deseos y la manera de alcanzar la cercanía divina.

Su impacto en Bagdad

La ciudad de Bagdad, entonces uno de los principales centros intelectuales del islam, fue el lugar donde Ghilani desplegó su influencia. Su figura se convirtió en símbolo de santidad y sabiduría, y su presencia consolidó la legitimidad del sufismo como expresión válida del islam sunní.

Relevancia actual

Más de ocho siglos después de su muerte, la figura de Abd-El-Kadir Ghilani sigue siendo venerada como un santo por millones de fieles musulmanes. En muchas partes del mundo, especialmente en países como Irak, Pakistán, India, Marruecos y Senegal, su tumba es lugar de peregrinación y sus escritos siguen siendo estudiados por eruditos y buscadores espirituales.

Su legado es especialmente importante por haber mostrado que es posible combinar una vida interior profunda con el respeto a las normas religiosas externas. Esta armonización entre ley y mística, entre razón y corazón, entre conocimiento y experiencia, ha sido uno de los factores clave en la perdurabilidad de su mensaje.

Además, en un mundo marcado por el conflicto y la fragmentación, las enseñanzas de Ghilani cobran una nueva vigencia, ya que promueven valores como:

  • Tolerancia religiosa

  • Diálogo interespiritual

  • Compasión hacia los demás

  • Búsqueda del bien común

En el plano académico, su influencia se analiza desde múltiples disciplinas, incluyendo la teología, la filosofía islámica, la antropología religiosa y la historia del pensamiento místico. Su obra ha sido objeto de traducción a varios idiomas y forma parte del corpus esencial de la literatura sufí.

Legado espiritual y cultural

La herencia de Abd-El-Kadir Ghilani no se limita al ámbito estrictamente religioso. Su impacto también puede rastrearse en la cultura popular, el arte islámico y las prácticas devocionales cotidianas de muchas comunidades musulmanas. Las celebraciones en su honor, conocidas como urs (aniversarios de muerte de santos sufíes), están cargadas de simbolismo, música espiritual (qawwali), lecturas devocionales y caridad.

También ha inspirado a numerosos pensadores posteriores, tanto dentro como fuera del islam. Su insistencia en la pureza de intención, en la sinceridad del corazón y en la búsqueda interior de Dios ha sido considerada un modelo a seguir para todos aquellos que aspiran a una vida más consciente y ética.

Una figura inmortal del sufismo

Abd-El-Kadir Ghilani fue mucho más que un doctor musulmán. Fue un maestro espiritual, un organizador de comunidades místicas y un guía del alma en tiempos convulsos. Su capacidad para sintetizar la ortodoxia islámica con la búsqueda interior de Dios lo convierten en uno de los grandes referentes de la historia del islam.

La Qadiriyya, como vía espiritual que aún sobrevive, sigue siendo testimonio de su genio y su santidad. Su vida y obra son ejemplo de cómo una profunda conexión con lo divino puede influir no solo en la vida de sus contemporáneos, sino también en generaciones futuras, manteniendo viva la llama de la espiritualidad en el corazón del islam.