Joane Somarriba (1972- VVVV): La Ciclista Vizcaína que Conquistó los Grandes Tours y el Cielo del Ciclismo Femenino
Joane Somarriba (1972- VVVV): La Ciclista Vizcaína que Conquistó los Grandes Tours y el Cielo del Ciclismo Femenino
Los Primeros Kilómetros: Orígenes y Ascenso Inicial
Sopelana: El origen de su pasión por el ciclismo
Joane Somarriba nació el 11 de agosto de 1972 en Sopelana, un pequeño municipio costero de la provincia de Vizcaya, en el País Vasco, España. Desde temprana edad, su vida estuvo marcada por el entorno deportivo que la rodeaba, especialmente por su familia, que sería crucial en su carrera. Su padre, un marinero que conocía bien los sacrificios y la disciplina, y su hermana mayor, Ainhoa Somarriba, ciclista amateur, fueron los pilares que encendieron la chispa de su pasión por el ciclismo. Joane solía acompañar a su hermana a entrenamientos y competiciones, un vínculo que no solo fortalecería su relación familiar, sino que también fue clave para desarrollar sus habilidades en las dos ruedas.
La influencia de Ainhoa fue fundamental, pues fue ella quien le enseñó no solo a pedalear, sino a comprender los sacrificios que implica el deporte profesional. En los primeros años, Joane comenzó a participar en competiciones locales de ciclismo y, al igual que su hermana, descubrió las exigencias del ciclismo, pero también la emoción de la velocidad y la victoria. A su lado, Joane se forjó una determinación que marcaría su trayectoria.
Los primeros logros en el Campeonato de España juvenil
La joven ciclista no tardó en destacarse por su talento natural. En 1990, antes de cumplir los 18 años, logró un par de victorias en el Campeonato de España en la categoría juvenil, lo que le permitió hacerse notar en el ámbito deportivo nacional. Fue en esos momentos cuando comenzó a consolidarse su ambición de llegar lejos en el ciclismo profesional. No era una competidora más: su talento era evidente, y sus logros tempranos le dieron la confianza necesaria para lanzarse a competiciones de mayor prestigio.
Ese mismo año, Joane fue seleccionada para participar en el Campeonato Mundial de Ciclismo, que se celebraba en Japón. Allí, aunque no logró completar la prueba de fondo, fue parte de un equipo español debutante que consiguió un sexto puesto en la prueba de 50 kilómetros contrarreloj. A pesar de no obtener un resultado sobresaliente en lo individual, este evento fue crucial para la joven Somarriba, ya que marcó el inicio de su carrera internacional y la exposición al ciclismo de élite.
Participación en el Mundial de 1990 y su impacto
La experiencia en Japón dejó una huella en Joane. Aunque las expectativas eran altas, la joven ciclista no logró completar la prueba de fondo, una decepción que, sin embargo, no la desanimó. Por el contrario, su participación en este Mundial le permitió medir sus habilidades con ciclistas de todo el mundo, aprender de los mejores y comprender la dureza del ciclismo profesional. Fue una enseñanza crucial que la preparó para los desafíos venideros, demostrando que su determinación no se vería quebrantada por los tropiezos iniciales.
A finales de 1991, Joane ya era una ciclista prometedora en el circuito español. Fue la primera española clasificada en la Vuelta Internacional del Alto Aragón, terminando en la cuarta plaza, un resultado que no pasó desapercibido. Solo un mes después, participó en el Mundial de Stuttgart, donde, aunque no pudo subir al podio, continuó demostrando su calidad y se posicionó como una de las mejores ciclistas españolas.
El diagnóstico que casi acaba con su carrera y su regreso al ciclismo
El destino, sin embargo, tenía otros planes para Joane. En 1992, un diagnóstico médico amenazó con truncar su carrera antes de que despegara. Sufrió una hernia discal que, en principio, parecía haberle cerrado la puerta del ciclismo profesional. La operación, complicada por una infección, fue un golpe devastador. Durante un tiempo, el pronóstico de su regreso al ciclismo fue incierto, y la ciclista estuvo cerca de quedar relegada a una silla de ruedas. Sin embargo, su fortaleza mental y su pasión por el deporte jugaron un papel fundamental en su recuperación.
El regreso no fue fácil, pero Joane no estaba dispuesta a rendirse. En 1993, apenas un año después de la operación, logró volver a las competiciones con gran fuerza. En el Campeonato de España de ese año, sorprendió al terminar en tercera posición, y en el Mundial de Oslo, terminó como la mejor ciclista española, logrando el puesto 19 en la prueba de fondo. Fue una recuperación admirable, que no solo la devolvió al circuito, sino que la posicionó como una de las ciclistas más fuertes de su país.
Recuperación y primer título nacional
A pesar de las complicaciones físicas y la lucha constante con su salud, el carácter de Joane le permitió superar cada obstáculo. En 1994, ya recuperada, se proclamó campeona de España en carretera, un título que consolidó su regreso al más alto nivel del ciclismo. Sin embargo, no todo fue fácil. Nuevos problemas de salud la impidieron participar en los Mundiales de Sicilia, pero su motivación era inquebrantable. La victoria en los campeonatos nacionales fue solo el primer paso de lo que sería una temporada prometedora en 1995.
Ese año, Joane volvió a demostrar su calidad, alcanzando el cuarto puesto en los Campeonatos de España y participando en el Mundial de Duitama (Colombia). Además, debutó en dos de las pruebas más importantes del ciclismo mundial: el Giro de Italia y el Tour de Francia. En ambos casos, sus actuaciones fueron notables, consiguiendo el cuarto puesto en la clasificación general del Giro y finalizando entre las treinta primeras del Tour.
La Protagonista del Ciclismo: Triunfos, Controversias y Superación
La consolidación en la élite del ciclismo femenino
A partir de 1996, Joane Somarriba consolidó su lugar en la élite del ciclismo femenino internacional. La ciclista vizcaína comenzó a dejar claro que sus victorias no eran producto de la casualidad, sino fruto de un trabajo constante y de una mentalidad implacable. Ese año, Somarriba alcanzó la tercera posición en el Campeonato de España en carretera, por detrás de dos grandes ciclistas como Izaskun Bengoa y Dori Ruano. Sin embargo, su victoria más destacada fue en la prueba contrarreloj, en la que se proclamó campeona nacional.
Su incursión en el Giro de Italia continuó en 1996, donde repitió su excelente rendimiento en la edición anterior, terminando en el cuarto puesto en la clasificación general. Estos logros la afianzaron como una de las ciclistas más competitivas de la escena internacional. Somarriba también debutó en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, donde, a pesar de no ganar medallas, logró destacarse como la española mejor clasificada, ocupando el puesto 21 en la prueba en ruta y el puesto 13 en la contrarreloj individual.
El doblete histórico de 2000: Su victoria en el Giro y Tour
La temporada de 2000 representó un antes y un después en la carrera de Joane Somarriba, marcando el punto culminante de su trayectoria. Fue el año en el que alcanzó el histórico doblete: la victoria en el Giro de Italia y en el Tour de Francia, convirtiéndose en la primera ciclista española en lograrlo, y solo la segunda a nivel mundial, después de la italiana Fabiana Luperini.
En el Giro, Somarriba mostró su gran clase al hacerse con la victoria absoluta. Su destacada actuación en la contrarreloj le permitió tomar la delantera en la general, y el 9 de julio de 2000, en Piovene Rocchette, se coronó campeona de la ronda italiana por segunda vez consecutiva. La UCI la posicionó en el séptimo lugar del ranking mundial, un reconocimiento merecido a su brillante temporada.
Después de esta hazaña, Somarriba afrontó el Tour de Francia 2000 con el mismo ímpetu. Inicialmente, iba a trabajar como gregaria para su compañera de equipo, la lituana Edita Pucinskaite, pero la carretera le ofreció un giro inesperado. Joane demostró una vez más su imbatible resistencia y se posicionó como líder de su equipo, logrando el maillot amarillo al final de la décima etapa. En la jornada del 20 de agosto de 2000, Somarriba cruzó la línea de meta en París, vestida de amarillo, y se consagró como la campeona del Tour de Francia, lo que la convirtió en un ícono del ciclismo femenino.
Este doblete, ganado en la misma temporada, es considerado uno de los logros más significativos en la historia del ciclismo femenino, pues consolidó a Joane Somarriba como la ciclista más destacada de su generación.
Momentos de incertidumbre y sacrificio personal
A pesar de los éxitos, la vida de Somarriba no estuvo exenta de sacrificios personales y momentos de incertidumbre. Tras lograr sus victorias, la ciclista vasca se enfrentó a la falta de un equipo y patrocinadores. Las dificultades económicas y las decisiones poco favorables de la industria del ciclismo femenino pusieron en riesgo su continuidad en la élite. Sin embargo, Somarriba no estaba dispuesta a abandonar su sueño.
Decidió trasladarse a Italia en 1997, donde las condiciones del ciclismo femenino eran mejores y las competiciones más competitivas. En Italia, fichó por el equipo Sanson y comenzó a competir junto a grandes nombres del ciclismo internacional, como Fabiana Luperini, una de las mejores ciclistas de la época. A través de su aprendizaje con Luperini, Joane comenzó a mejorar aún más su técnica y táctica, lo que la llevó a obtener importantes resultados en el Giro y otras competiciones. En 1999, su segundo Giro fue un éxito, y finalmente conquistó la maglia rosa en la sexta etapa, culminando como vencedora de la carrera.
Este periodo en Italia también la permitió conocer la dureza de competir al más alto nivel, y la confianza adquirida fue clave para enfrentar los desafíos de las grandes pruebas mundiales.
La desaparición de su equipo y su regreso triunfal
A pesar de los logros, la desaparición del equipo Alfa Lum al final de 2001 representó otro gran desafío para Somarriba. En un ciclismo femenino donde los recursos eran limitados y las opciones escasas, la ciclista se vio obligada a buscar un nuevo equipo. En 2002, finalmente firmó con el equipo Deia-Pragma-Colnago, patrocinado por el diario vasco Deia y dos empresas italianas. Aunque ese año no logró el título en el Tour, la visibilidad y el respaldo económico que obtuvo le permitieron mantenerse activa y luchar por nuevas victorias.
En 2002, después de una temporada marcada por lesiones y enfermedades, Joane participó en los Campeonatos Mundiales en Zolder, Bélgica. A pesar de la mala suerte, alcanzó el cuarto lugar en la contrarreloj, a solo tres centésimas del podio. Sin embargo, en la prueba de fondo, Joane mostró nuevamente su capacidad para superar adversidades, logrando la medalla de bronce.
Últimos Años y Legado en el Ciclismo
De campeona mundial a la retirada: Desafíos y títulos
Joane Somarriba continuó demostrando su tenacidad y calidad a lo largo de su carrera, a pesar de que los años de competencia y los sacrificios comenzaban a pasar factura. La temporada 2003 fue una de sus últimas grandes campañas, en la que se coronó como una de las mejores ciclistas de la historia del ciclismo femenino. En el Giro de Italia, Somarriba terminó en tercer lugar, demostrando una vez más su consistencia en las grandes vueltas.
Su objetivo principal ese año era despedirse del Tour de Francia con una victoria. Con el equipo Bizkaia, más modesto que en temporadas anteriores, las expectativas de ganar eran menores, pero Joane no dejó de luchar. En la cuarta etapa del Tour 2003, se vistió con el maillot amarillo, un logro significativo, y no lo soltó hasta el final, a pesar de la dura competencia de sus rivales más cercanas, como la suiza Nicole Brändli y la italiana Fabiana Luperini. Este triunfo fue un momento clave, no solo porque Somarriba se convirtió en la líder de la ronda francesa, sino porque significó su tercer Tour de Francia, una hazaña que aún no había sido lograda por ninguna otra ciclista española.
Su victoria en el Tour de Francia 2003 cerró un ciclo impresionante de tres títulos en la ronda francesa, un logro que consolidó su lugar en la historia del ciclismo femenino.
El oro en los Campeonatos Mundiales de 2003
Sin embargo, aún le quedaba un gran desafío por enfrentar: los Campeonatos Mundiales de Ciclismo en carretera. En 2003, Joane Somarriba alcanzó su ansiado sueño de lograr la medalla de oro en la modalidad de contrarreloj, en los Mundiales de Hamilton, Canadá. Tras años de intentos fallidos, la ciclista vizcaína por fin subió a lo más alto del podio, convirtiéndose en la primera española en ganar este título en contrarreloj. A pesar de un fallo mecánico en la prueba de fondo, donde no pudo conseguir medalla, el oro en la contrarreloj fue la recompensa merecida a su constancia y dedicación.
Este logro representó la culminación de su carrera mundialista, ya que, tras muchos años de sacrificios y caídas, Joane finalmente alcanzaba el título que tanto había deseado.
La despedida de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004
En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Joane Somarriba participó en sus últimos juegos olímpicos, aunque los resultados no fueron los que esperaba. A pesar de su experiencia y su destreza en competiciones por etapas, las pruebas olímpicas de contrarreloj y fondo no se adaptaban a sus habilidades. En ambas pruebas, terminó en séptima posición, lejos de las medallas, lo que marcó una desilusión para la ciclista española, que esperaba mucho más de su última cita olímpica.
Sin embargo, a pesar de la frustración, Somarriba continuó demostrando un espíritu de lucha inquebrantable, manteniéndose en la vanguardia del ciclismo internacional hasta el final de su carrera profesional.
El final de una carrera legendaria
En 2005, Somarriba cerró su carrera de manera digna, logrando la medalla de plata en los Campeonatos Mundiales de Ciclismo en Madrid, en la modalidad de contrarreloj. Aunque no alcanzó el oro, este fue un resultado que dejó claro que, a pesar de las dificultades físicas y las lesiones que la afectaban, aún seguía siendo una de las ciclistas más destacadas del mundo. En la prueba de fondo, Somarriba terminó en el puesto 23, sin poder disputar el sprint final debido a la fatiga acumulada.
Ese mismo año, Joane recibió el Premio Nacional del Deporte, otorgado por el Ministerio de Educación, Ciencia y Deporte de España. Este galardón reconocía su excepcional trayectoria deportiva y su aporte al ciclismo femenino, consolidando aún más su legado como una de las figuras más grandes de la historia del ciclismo español e internacional.
El impacto de Joane Somarriba en el ciclismo femenino
La carrera de Joane Somarriba no solo se distingue por sus victorias en los grandes tours y campeonatos mundiales, sino también por el impacto que tuvo en el ciclismo femenino en España y en el mundo. A lo largo de su carrera, Joane fue un referente para las futuras generaciones de ciclistas. Su trabajo incansable, su disciplina y su capacidad para superar obstáculos en un deporte dominado históricamente por los hombres dejaron una huella imborrable.
Somarriba rompió barreras y abrió el camino para que más mujeres pudieran soñar con llegar a la cima del ciclismo. Gracias a su éxito, muchas jóvenes ciclistas españolas comenzaron a ver el ciclismo profesional como una opción viable y alcanzable.
Además de su éxito en las pruebas de ruta y contrarreloj, la visibilidad que proporcionó a las competiciones femeninas ayudó a mejorar las condiciones para las mujeres en el deporte. A través de su esfuerzo y logros, Somarriba contribuyó al avance de la profesionalización del ciclismo femenino, abriendo puertas para un futuro más equitativo en el deporte.
MCN Biografías, 2025. "Joane Somarriba (1972- VVVV): La Ciclista Vizcaína que Conquistó los Grandes Tours y el Cielo del Ciclismo Femenino". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/somarriba-arrola-joane [consulta: 28 de septiembre de 2025].