Celestino Sarobe (1892-1952): El barítono vasco que brilló en los escenarios internacionales
Celestino Sarobe, nacido en Orio, Guipúzcoa, el 6 de abril de 1892, es considerado una de las figuras más destacadas de la ópera española. Su carrera como barítono lo llevó a escenarios internacionales, donde fue admirado por la sutileza y precisión de su canto. Con una voz clara, brillante y capaz de alcanzar los más variados matices, Sarobe se especializó en el canto de recital y en la ópera de cámara, y dejó una huella imborrable en la historia de la música clásica.
Orígenes y contexto histórico
Sarobe nació en el seno de una familia de tradición vasca, en una época en que la música clásica comenzaba a ganar terreno en España. Aunque inicialmente se inclinó por la carrera de Medicina, la pasión por la música y el canto lo condujeron a cambiar su rumbo profesional. Tras terminar sus estudios de Medicina en Valladolid en 1917, se dedicó por completo al arte lírico. La influencia de grandes maestros fue clave en su formación vocal, iniciando su aprendizaje con Ignacio Tabuyo, para luego perfeccionarse bajo la tutela del célebre barítono italiano Mattia Battistini.
Formación y debut
Sarobe debutó en el Teatro del Liceo de Barcelona en 1919, donde interpretó la obra La favorita de Gaetano Donizetti. Esta presentación marcó el comienzo de una carrera internacional que lo llevaría a escenarios de toda Europa. Fue precisamente Battistini quien lo apoyó en su debut, y su influencia fue fundamental en el desarrollo de su técnica vocal, basada en la tradición belcantista. Este estilo, caracterizado por la agilidad vocal y la capacidad de ornamentación, sería una de las características que definieron a Sarobe como cantante.
Logros y contribuciones
A lo largo de su carrera, Celestino Sarobe tuvo la oportunidad de trabajar con algunos de los más grandes nombres de la ópera de su época. Su participación en teatros de renombre como la Fenice de Venecia, el Teatro Regio de Turín, el Teatro San Carlo de Nápoles y el Teatro Real de Madrid fue constante. En 1925, participó en el estreno de Nerón, una ópera de Boito dirigida por Arturo Toscanini, junto a destacados artistas como Pertile y Journet. Este evento se considera uno de los puntos más altos de su carrera internacional.
Sarobe también fue reconocido por su interpretación de roles icónicos en la ópera, como el de Germont en La Traviata y Fígaro en El Barbero de Sevilla, los cuales fueron de sus personajes preferidos. A lo largo de su carrera, su repertorio se amplió, incluyendo títulos como Tosca, Otello y Rigoletto, los cuales le permitieron consolidarse como una figura de referencia en el panorama operístico internacional.
Momentos clave en la carrera de Celestino Sarobe
A lo largo de su carrera, Sarobe vivió varios momentos clave que marcaron su trayectoria:
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1919: Debut en el Teatro del Liceo con La favorita de Donizetti.
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1923: Invitado al Teatro Real de Madrid para el estreno de Amaya, de Jesús de Guridi, junto a Ofelia Nieto e Isidoro Fagoaga.
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1925: Participación en el estreno de Nerón de Boito en el Teatro Regio de Turín, bajo la dirección de Arturo Toscanini.
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1935: Estreno en Bilbao de Canciones de Don Quijote a Dulcinea de Maurice Ravel.
Estos hitos fueron cruciales en su consolidación como uno de los barítonos más importantes de su tiempo.
Relevancia actual
Hoy en día, Celestino Sarobe sigue siendo recordado como una de las figuras más destacadas de la ópera española del siglo XX. Su legado perdura en las grabaciones y partituras que dejó, además de en los testimonios de quienes tuvieron el privilegio de escuchar su inconfundible voz en los escenarios más prestigiosos del mundo. Su contribución al repertorio belcantista, especialmente en el ámbito de la música de cámara, sigue siendo estudiada por cantantes y músicos. Además, su transición hacia la enseñanza después de su retiro y su labor en el Conservatorio del Liceo son un testamento a su compromiso con el desarrollo de nuevas generaciones de músicos.
El impacto de Sarobe no solo se mide por los papeles que interpretó, sino también por la influencia que tuvo sobre sus contemporáneos y sobre aquellos que lo siguieron. Su habilidad para manejar los matices vocales y su dedicación al perfeccionamiento de la técnica del canto le aseguraron un lugar destacado en la historia de la ópera.
El legado de un barítono excepcional
La carrera de Celestino Sarobe es un claro ejemplo de la excelencia en el arte lírico. Su formación rigurosa, su dedicación al bel canto y su capacidad para conectar con el público en cada interpretación lo convirtieron en un referente de su época. Hoy en día, su legado continúa inspirando a artistas y amantes de la música clásica, y su figura sigue siendo un símbolo de la gran tradición operística española.
A lo largo de su vida, Celestino Sarobe no solo fue un cantante excepcional, sino también un pedagogo que dejó una huella imborrable en la música de cámara y en el mundo de la enseñanza del canto. Sin duda, su historia es la de un hombre que no solo brilló sobre los escenarios, sino que también contribuyó de manera significativa al desarrollo y la difusión del arte de la ópera en todo el mundo.
MCN Biografías, 2025. "Celestino Sarobe (1892-1952): El barítono vasco que brilló en los escenarios internacionales". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/sarobe-celestino [consulta: 28 de septiembre de 2025].